jueves

Dos seres insomnes.


 

 

No ganaba nada con preguntarse qué hacía allí, durmiendo junto a un hombre desconocido. Se levantó sin hacer ruido y se vistió. La habitación estaba a oscuras, sin embargo por el costado de la gruesa cortina una línea suave de claridad se filtraba curiosa. Iba a abrir la puerta cuando una voz la detuvo:

—¿Por qué te vas?

No respondió, no sabía que decir.

—Te invito a desayunar…—insistió la misma voz.

—No, fue una locura lo que hice… no te conozco, me porté como una cualquiera…

Quiso agregar algo más y no pudo, la voz se le ahogo en la garganta.

—Te portaste como una mujer que  estaba sola, y yo, como un hombre solo y triste, dos corazones dolidos, caminando bajo una garua que nos calaba hasta los huesos.

—Ni tu nombre sé…

—¿Importa?

No respondió. Se puso la campera y salió de la habitación, no quería escuchar nada más. La recibió el frío de la calle, al cruzar la plaza recordó la madrugada anterior.

 

Había salido  angustiada por el encierro y la soledad, era pasada la medianoche, garuaba fina y suavemente. Las hojas de los árboles y de los arbustos brillaban bajo la luz de los faroles. Ni un alma circulaba por la plaza, de pronto una voz la detuvo:

—¿Eres sonámbula y o insomne?

—Puede que las dos cosas ¿y vos?

El hombre que estaba frente a ella, respondió sonriendo:

—Un hombre aburrido del encierro y la soledad.

—Somos dos —dijo y siguieron caminando juntos.

Hablaron como si se conocieran, olvidados de la garua y del frío de esa madrugada otoñal que se agitaba entre los plátanos  de las viejas calles del barrio.

—Vivo cerca —dijo él— te invito a un café.

Ella se detuvo.

—¿Y si sos un asesino?

Él rio y respondió con voz misteriosa…

—¿Y si sos una viuda negra?

La tomó de la mano, la llevaba como si fuera de algodón, caminaron en silencio, se detuvieron en un edificio de piedras blancas. Subieron al 8 piso, atravesaron  la puerta del 10 C.

 Primero fue el café, luego una caricia y no recordaba más, no quería recordar. ¿Por qué era tan tonta? De qué se avergonzaba de haber sido feliz al menos un poco, ni que fuera una chiquilina.

 

Seguía el tiempo destemplado. La calle era un torbellino de  viento y agua. Llegó hasta su casa y al entrar la recibió el silente ambiente frío que era su vida.

Las campanas de la Iglesia le recordaron que era domingo. Se dijo que no se iba a quedar velando su soledad. Cerró la casa y salió a la calle. Llegó al edificio de piedras blancas, subió hasta el 8 piso, temblaba como una estrella en el agua del río, golpeó  en el 10 C, él abrió y por unos segundos la miró hondo hasta que dijo:

-Te estaba esperando, preparé un  desayuno, desde ahora nada de  preguntas, ni tristezas.

 La tomó de la mano y la llevó al comedor, donde el aroma a café y a tostadas, jugaban en el aire.

Afuera el domingo se desmayaba  entre el frío y la llovizna.

 

26 comentarios:

Campirela_ dijo...

Que bonita historia y es verdad se puede dar. Las almas solitarias se buscan y algunas veces se encuentran como en esta ocasión. Ya no estarían solos. Un fuerte abrazo y me encantan los cuentos que terminan bien. Besos.

Carlos Augusto Pereyra Martínez dijo...

Me encanta, porque en medio del halo de misterio se desnuda la metáfora de la soledad. UN abrazo. Carlos

J.P. Alexander dijo...

Uy adore esta historia es muy hermosa . La unión do dos lamas solitarias. Te mando un beso uy es gusto volverte a leer de nuevo. Te mando un beso

Siby dijo...



Que interesante lo que escribiste
mi amiga, sinceramente me agrado
mucho, dice que hay almas que
se vuelven a encontrar.

Besitos dulces

Siby

Ernesto. dijo...

Bienvenida la contadora de historias bonitas, cuando no intrigantes o aterradoras... Creíbles todas ellas. Reales!

Me alegra tu vuelta al ruedo amiga. Las buenas letras se echan de menos siempre.

Abrazo Mariarosa.

Elda dijo...

Que bueno María Rosa, volver a leer tus historias siempre tan interesantes y tan bien diseñadas que da gusto transitar por ellas.
Me ha encantado este tema de dos almas que se encuentran en la soledad y deciden la compañía mutua. Y como lo desarrollas es genial.
Felicitaciones siempre.
Un cálido abrazo y buen fin de semana.

Ester dijo...

Es magnifico leer historias hermosas donde los corazones libres se encuentran, dos es una unidad de ilusiones. Le has dado un toque especial con el frio y la lluvia. Abrazos

retazosmios dijo...

Un hermoso y bello relato que aplaudo mariarosa, se hace corta y muy agradable su lectura.
Un abrazo y buen resto de semana.

Margarita HP dijo...

¡¡Qué bonitoooo!! Me ha encantado Maria Rosa, qué preciosidad. Besos cariño :D

Susana Moreno dijo...

Espero que se dijeran sus nombres. Un beso

María Pilar dijo...

Bonito y muy emotivo. Muy bien por ella. Me alegro por la decisión que tomó. A veces la educación recibida nos impide a las mujeres vivir la vida como nos gustaría y me estaba temiendo lo peor. Siempre es un placer leerte.

Un saludo, Rosa.

Juan L. Trujillo dijo...

Bien venida: se echaban de menos tus relatos llenos de poesía.
Este de hoy, te reconforta con la existencia y demuestra que la libertad. cuando se limpia de prejuicios y moralina, hace que la vida tome sentido y sea más grata.
Besos.

Milena dijo...

Qué bonita y romántica historia... ya se queda uno imaginando bien lindo...
Ya te echaba de menos, Maria Rosa, qué bien tu regreso :))
Abrazo grande

Sandra Figueroa dijo...

Que bonita historia. Dos almas solas que se encuentran y el amor dando calor. Saludos amiga.

Maria dijo...

Let's pray for each other WE ARE STRONGEST TOGETHER for the honor and glory of Our Lord Jesus Christ 🙌🙌🙌🙌🙌🙌🙌🙌🙌🙌

Laura. M dijo...

Compartieronsu soledad mutuamente. Linda historia Mariarosa. Bienvenida.
Buen fin de semana.Cuídate.
Un abrazo.

Hada de las Rosas dijo...

Hola hermosa y querida amiga, bienvenida! se notaba mucho tu ausencia,
pero regresaste con todo, la historia mas agradable, imposible.
Te envi muchos besos y abrazos, feliz domingo!

Maite Sánchez-volarela dijo...

Con qué maestría nos has narrado el encuentro de dos solitarios... Las dudas de ella, la certeza de él...
Toda la escena es bellísima, con la lluvia como fondo.
¡Enhorabuena una vez mas!

Mi abrazo grande y admirado

Mª Jesús Muñoz dijo...

María Rosa, me alegro de leerte y sentir la magia del destino uniendo a dos seres, que luchan con la educación y los prejuicios, pero que al final el calor, el sentimiento y la empatía por lo vivido los une definitivamente. Muy bueno, cercano, real y entrañable, amiga.
Mi abrazo entrañable y admirado, compañera.

José Luis Asensi dijo...

Precioso relato.Hay que dejarse llevar por la magia y alejar los prejuicios, porque muchas veces sólo nos puede esperar una vida de tristeza y de soledad, si no somos un poco atrevidos y nos dejamos llevar.Tal cual como la vida misma.
Repito,precioso y real.
Abrazos,María Rosa.

eli mendez dijo...

Me gustó muchisimo Maria Rosa. Lamentablemente mucha gente continua siendo infeliz en todas las etapas de la vida porque no se permite "sentir", asumir el riesgo, comprender que es normal , que puede pasar... un relato de vida tan bien llevado... Te felicito!!!
Desde aqui mi reconocimiento a tus espacios que en verdad tienen magia
https://eli59elgristambienexiste.blogspot.com/2021/06/muy-interesantes.html#comment-form
Un abrazo grande y feliz noche

Meulen dijo...

Seguramente dos soledades que se unen para ser un camino lleno de nuevas esperanzas...

Todo llega a su tiempo.

Un abrazo.

ETF dijo...

Magnífico relato. Tan desenfadado como real ... muy real.
Enhorabuena por mantener viva esta linda página.
Saludos de martes

Enca Gálvez dijo...

Un gran relato de dos almas solitarias, que bien podría ser el comienzo de una novela, ¿no lo has pensado? pues yo te animo a que sigas escribiendo, estos personajes pueden contarnos miles de cosas...Ha sido un placer leerte.
Un abrazo y buen día!

LA CASA ENCENDIDA dijo...

Un placer leerte. Vengo tras la recomendación de Eli.
Bonito tu relato.
Besicos muchos.

silvioafonso dijo...

Gostei muito do jeito como
narras o fato, as histórias.
Continuo te seguindo.
Beijos e beijos, muitos.

La Gardenia.

  Nunca había tenido en mis manos una flor de Gardenia, ni imagine que esa simple flor me llevaría por caminos filosóficos en los que nunca ...