La imagen me seguía con su mirada desde el
rostro de un mendigo, que a pesar de su miseria; sonreía. Me embelesaba la
realidad de la pintura, tan bella y lograda en su dolor, pero al alejarme una voz entrecortada llegó hasta
mi; “Lucha, vive, es tan corta la existencia que se escurre como arena y el mar
de los años, se la lleva”. Me volví a
mirar el cuadro, no podía creerlo pero la voz había salido del mendigo, acerqué
mi mano hasta la tela y noté estremecida el latir de un corazón. Un temor
absurdo se apoderó de mí, retrocedí y busqué el pasillo de salida, en el, encontré al guardia que
lentamente recorría las salas del museo, le conté mi experiencia y con
naturalidad respondió, señalando la pintura de una bella dama vestida de blanco:
—No me asombra, la señorita Rosario me invita
todas las noches a entrar en su cuadro, le dije que soy casado… pero insiste,
tal vez un día responda a su requiebro.
Siguió su ronda y yo, sin conjetura alguna que
explicara lo vivido y escuchado, escapé buscando la salida.
"La señorita Rosario" del pintor, Felipe S. Gutierrez.
21 comentarios:
¡Oh, qué bonito!
Muy bien escrito y muy hermosas las pinturas. A veces, están tan llenas de vida, que no me extrañaría tener estas maravillosas alucinaciones.
Abrazos
Quizá ese lugar necesita un exorcismo.:O
Muy impresionante. Un beso
Precioso, los personajes cobran vida...¡puro arte!
Abrazos
Tu cuento me hizo acordar de unos selecos cortos del maestro nipón Kurosawa. En uno de los cortos hce un homenaje a un cuadro de Van Goh, donde hay un trigal y al fondo una casa. UNo de los veedores de la exposición se siente tan atraido con la pintura que, ingresa en ella, hasta llegar a la casa. Tu relato fascinantemente surreal. Un abrazo. Carlos
Un relato que invita a sonreír... Gracias.
Un abrazo.
Muy buen relato María Rosa!
Me encanta el clima de misterio que le has dado.
Y ese final en verdad es para que cada lector/lectora ponga a volar su imaginación.
El Mendigo me parece una imagen bellísima.
Abrazo
Qué lindo por dios, fijate siempre cuando voy a visitar un mueso esa sensación me recorre por la mente, alguna pinturas no solo nos hablan, parece estar vivas dentro de su mundo.
Hay tanto realismos en algunas imágenes que no solo nos hablan los ojos , nos invitan a entrar en sus vida .
Un besote grande.
ME ENCANTAN TUS RELATOS, ESA FORMA SINGUALR DE MOVERSE ENTRE LA REALIDAD Y LA IMAGINACIÓN ME PIRRA.
GRACIAS
Por las noches seguro que se bajan de sus marcos y charlan o juegan hasta que llegan los visitantes. Abrazos
Apreciada, María Rosa, bello lo que me cuentas de la muchacha que desaparece y luego el conserje del museo le dice que está en uno delos cuadros del museo. Todo eso es poesía que sólo es posible en su capacidad de surrealidad
Mi aprecio. Carlos
Los cuadros hablan. Solo hay que escucharlos.
Un abrazo.
Buenas noches, amiga!
es verdad, ocurre una especie de magia, hay vida oculta en el arte visual. El arte puede tener un impacto profundo y generan conversaciones y emociones incluso cuando no hay espectadores! los cuadros tienen "alma" y salen a vivir cuando nadie las ve.
Te mando un gran abrazo, feliz descanso y felicidades por tu hermosa creacion.
Me gusto la historia las pinturas siempre nos cuenta algo. Te mando un beso. https://enamoradadelasletras.blogspot.com/
Qué buena historia amiga mía, me ha encantado. Besos :D
Una impresión, impresionante ...valga la redundancia
me gusta esa imaginería de darle pleno sentido a las cosas aparentemente mustias , pero que cobran fuerza en el ver del poeta escritor
Abrazos.
María Rosa, me encantó tu relato...No hay duda de que los cuadros tienen alma y nos sugieren muchas cosas. La pintura, al igual que las palabras, tienen su propio espíritu y captamos su energía, positiva o negativa. El arte sale de la inspiración sagrada del artista y ahí está hablándonos desde su bella dimensión.
Mi felicitación y mi abrazo admirado por tu creatividad.
Maravilloso e intrigante relato....¡me encanta mariarosa! has dejado en el el suficiente misterio para atrapar al lector y desear más y más
Te felicito
Un abrazo
Tiene sentido.
Yo aceptaría la invitación de alguna ninfa, o de una bruja, de una pintura de Waterhouse.
Un abrazo.
Me da paz al alma el leerte
Ha de ser muy aburrida la existencia de un cuadro colgando día tras día la misma pared...
Saludos,
J.
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