Mi trabajo en una casa de regalos me lleva a conocer personas y personajes
que llegan a ser sorprendentes.
Hace unos días, René, mi compañera de tarea había salido, me encontraba sola y en un
horario en que el sol otoñal que se asomaba por los cristales me hacía sentir
prisionera y mis ganas de cerrar el negocio y escapar a recorrer las calles de
la ciudad era un llamado, al que no podía responder.
Sumida en mis pensamientos no vi que había entrado una mujer. Silenciosamente
recorrió el local, tal vez quería comprar algo, pero parecía indecisa, yo la seguía
sin perder sus movimientos. Su perfume intenso me resultó conocido. Ella era elegante, pero
dentro de su finura descubrí un toque arcaico, como salida de una revista de
modas del siglo pasado.
Al fin se acercó y me pidió un par de guantes de seda, le
ofrecí lo que teníamos, al verla de cerca descubrí que su peinado y el rojo de
sus labios confirmaban mi primera impresión, eran de años atrás y reconocí el
perfume que usaba mi madre.
Le entregué su compra, y en ese momento entró
René. La mujer, sin preguntarme el valor de sus guantes, dejó su dinero sobre el
mostrador y se alejó, fue tan rápida que no atiné a decirle nada. La vi abrir
la puerta de cristal y esfumarse en el aire
como un puñado de humo, dejándome con la boca abierta y sin poder
reaccionar.
René se acercó y me preguntó qué me pasaba, le
conté y entre risas respondió que el cansancio me había hecho imaginar fantasías.
“Cuando entré, no había nadie en el local, me
dijo.”
Un temblor se apoderó de mi cuerpo, estaba
segura que la mujer estuvo allí y me pidió guantes y que al salir se desvaneció
como un fantasma. “Sería un fantasma”, exclamó René riendo y sin darle importancia a mi temor, se acercó y
tomó el dinero que la mujer había dejado sobre el mostrador, sin controlar su
risa me dijo: “Era un fantasma de verdad, estos son Australes, dinero del año
90” que ya no circula más…”
Me aferré al mueble, creí que me iba a desmayar, mientras René me contemplaba con
sus ojitos divertidos y sin controlar su risa burlona.
22 comentarios:
Hay cosas que solo pasan, no necesitan explicación.
Tu relato es fantástico amiga mariarosa, con un misterio de esos que te mantienen atento y te hacen divagar en las posibilidades de lo ocurrido.
Un fuerte abrazo.
Uy buen relato pobrecita que susto le dio el fantasma. Te mando un beso
Curiosa historia a veces lo oculto se nos muestra y camina en nuestro mundo. Buen finde.
El temple de Renë es admirable como original el que termines el relato con dinero caducado para darle énfasis a tu visión. Abrazos
Vaya, que sorprendente el final de la historia, aunque ella intuía algo extraño.
Me encanta el relato, lleva impreso ese estilo tuyo que casi siempre tiene un halo misterioso.
Un placer Leerte María Rosa.
Un abrazo y buen fin de semana.
Qué historia tan intrigante. Un beso
-Que tensión ;pensar que la visitó una apariencia :y hasta el olor de su perfume le recordó el mísmo que usaba su madre...
Otro más de tus estupendos relatos.
Un abrazo feliz fin de semana
Un interesante y hermoso relato, por lo bien contado, María Rosa. Estuvimos en la tienda viendo y sintiendo el paso de la extraña mujer y el asombro de la dependienta. A veces la vida nos deja mensajes de que cerca de nosotros hay otras dimensiones paralelas, que ignoramos.
Mi gratitud y mi abrazo por tus buenas historias, amiga.
Que linda historia de misterio, como la iba leyendo veía a esa dama de otro tiempo ,tal vez la tienda le fuera conocida en una vida anterior. Me encantan las historias que nos dejas de intriga. Un beso con cariño.
Obrigado meu senhor Jesus Cristo por, mais um dia ter a graça de poder te ouvir, neste cerco de jericó.
Es bonito detenerse en tus relatos. Felicidades.
Un abrazo.
☆.¸¸.•´☆.¸¸.•´☆.¸¸ Que tal mariarosa, buenas noches!.•´☆.¸¸.•´☆.
simplemente adore tu espeluznante historia glamorosa ☆.¸¸.•´☆.¸¸.•
te dejo un abrazo´☆.¸¸.•´☆.¸¸.•´☆.
genial un cuento genial muchacha de ojos bellos
Cuando lo imposible se manifiesta a nuestros ojos...vaya es una sentir que de seguro a quien le suceda no es para sentirse muy feliz...
Buen relato.
Ellos no se van del todo, aveces vuelven a visitarnos. Me encanto el relato amiga. Saludos.
Australes de curso legal hasta el 1 de enero de 1992. Sí señor, antes de la fantasía del 1 a 1 que tanto nos destrozó después.
Saludos,
J.
Guau Maria Rosa, como siempre, me tienes fascinada. Me ha encantado el misterio de este fantasma. Besos :D
Excelente relato, lo disfrute mucho, gracias por compartir. Abrazo!
Hola Maria Rosa , podría ser el mismo fantasma de su madre
que vino a hacerle una visita , un relato muy interesante que bien
podría ser una experiencia real , te deseo una feliz noche besos de flor.
La capacidad narrativa, apreciada amiga, de hacernos creíble esta historia fantástica. UN abrazo desde mi cubil colombiano. Carlos
Qué buen relato, Maria Rosa, misteriosa es la vida, de eso no hay duda :))
Un abrazo
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