miércoles

Céfiro.

 

 

 

El cumpleaños del abuelo Juan se acercaba. 

Gonzalo aprovechó las vacaciones para  conseguir el mejor regalo. Debía ser algo especial, como tal era el abuelo. Pasó varios días recorriendo la playa de Gesell, sus siete años buscaban un bello caracol o la piedra más brillante, sin embargo no lograba hallarlos.

Una mañana muy temprano decidió recorrer la playa, tal vez durante la noche el mar hubo de arrojar algún tesoro desde sus entrañas, de pronto un  viento muy fuerte, lo hizo estremecer, no le permitía avanzar, un temor subió por su espalda, enredó su pelo y lo obligó a pegarse contra las rocas que a manera de pared, custodiaban al mar, se aplastó en ellas lo más que pudo, imagino que si no lo hacía, saldría volando, en ese momento escuchó una voz  suave que se elevó por entre las ráfagas de arena:

—¡¡Basta padre, no lo asustes que es un niño!!

El viento se calmo, se convirtió en una brisa y volvió a escuchar la voz:

—No te asustes, soy Céfiro, y el que se divirtió contigo fue mi padre; Eolo, dios de todos los vientos, le gusta espantar a los pequeños.

—¿Céfiro?

Las palabras parecían llegar desde la arena, por momentos brotaban de las rocas, pero era solo eso,  una voz muy dulce, no había imagen ni figura.

—Sí soy Céfiro, dios del viento suave y de las flores. ¿Qué hace un niño solo, tan temprano  en la playa?

—Busco un regalo para mi abuelo…

—¿Quieres que te ayude?

Gonzalo dijo sí y partió a recorrer la orilla acompañado por la voz.

 

Llegó el día del cumpleaños del abuelo y todos los nietos se presentaron con sus regalos; flores, un sombrero y una torta. Gonzalo fue el último en llegar, y mientras sus primos encendían las ochenta velitas, entregó su presente envuelto en papel de seda azul. Juan abrió el regalo, todos vieron aparecer una botella con un corcho rojo.

—Qué es? —Preguntaron al unísono los primos.

—Es el céfiro feliz, el viento de la playa  de Gesell.

Todos rieron. 

—¡Esta vacía! —dijeron a una voz.

—¡¡No está vacía!!—respondió Gonzalo ofendido.

—¡¡Claro que no!!—dijo el abuelo.

El anciano quitó el corcho y un viento surgió de pronto, fue como un vino espumante convertido en aire y brisa, levantó las cortinas, apagó las velas de la torta de cumpleaños y logró que el nuevo sombrero del abuelo volara por el aire como una gaviota traviesa, un perfume de flores primaverales invadió el ambiente.

Una risa cantarina se escuchó en el aire, se miraron desconcertados. ¿Quién había reído? Es Céfiro exclamó Gonzalo, se abrieron de golpe las ventanas y la risa escapó por ellas, llevada por la brisa de aquella tarde de marzo. El abuelo Juan junto a sus nietos había recibido el más cálido y perfumado regalo.

 



22 comentarios:

J.P. Alexander dijo...

Uy que bello relato. Me enterneció. Te mando un beso.

Ester dijo...

El relato es hermoso, ojala pudiéramos regalar lo intangente. es lo importante. Un abrazo

Alfred dijo...

Un regalo de los que es imposible no apreciar con un gran cariño.
Besos.

Campirela_ dijo...

Maravilloso, ohh es una delicia leerte. Un besote grande y te deseo un feliz día.

Rafael dijo...

Tierno relato con ese final cautivador. Felicidades.
Un abrazo.

Ana dijo...

El viento en la cara si es suave como Céfiro, es para mi un placer. Si además porta el perfume de la primavera es de los mejores regalos que podemos recibir.
La ternura de un niño siempre me saca una sonrisa y esa aventura y su efusivo final me ha encantado, aporta sentimientos hermosos que alegran la mañana, gracias!!.

Calidez y paz en tu jornada, besos Maria Rosa!!!

Susana Moreno dijo...

Qué hermosa historia. Un beso

Margarita HP dijo...

¡¡Qué bonito!! Me ha encantado y alegrado. Hermoso regalo hizo el nieto al abuelo. Besos :D

- R y k @ r d o - dijo...

Uma bonita estória que muito gostei de ler
.
Cumprimentos cordiais.
.
Pensamentos e Devaneios Poéticos
.

Laura. M dijo...

Los regalos más preciados. Tus relatos emocionan Mariarosa. Precioso.
Buen jueves.
Un abrazo.

Elda dijo...

Que cuento más original María Rosa, desde luego tú imaginación es de lujo, y la forma de escribir, super.
Un bonito regalo que dejó a todos sorprendidos.
Un abrazo y buen día.

Mari Carmen dijo...

Una preciosidad. Tienes una gran imaginación, la echas a volar y logras una joyita,
Un abrazo.

Hada de las Rosas dijo...

Pero que bello cuento, amiga!
Quede encantada! Esta pleno de energia, positividad y alegria✨🌸 🌸✨

🌈✨ ✨🌈
⭐️✨ ✨⭐️
🌱✨✨🌱
💕✨✨💕Te mando un abrazo muy grande 🍓✨✨🍓
✨💛✨

retazosmios dijo...

Que tierna y bonita historía mariarosa. Gran imaginación para escribir relatos tan bellos y con tanta soltura. Felicidades, amiga.
Un gran abrazo y feliz fin de semana.

Kasioles dijo...

Después de varios meses en silencio, siento reanudar mi blog con una triste noticia, si conocías a André de Ártabro (su blog Nereidas)entra en mi espacio.
He leído tu relato y me ha parecido magnífico, escribes fenomenal, felicitaciones de corazón.
Cariños.
Kasioles

Caderrno de San dijo...

Uma surpreendente narrativa. Gostei de ler-te. Não falta invenção e o domínio da da técnica. Un abrazo,

Maite-volarela dijo...

Una verdadera belleza de relato! Imaginación, delicadeza y poesía, todo en uno.
Delicioso.
Abrazo grande!

Kasioles dijo...

Ya solo nos queda recordarlo con cariño, pero sus poemas tienen fuerza para mantener vivos sus sentimientos.
Abrazos.
kasioles

Nocturno Náufrago dijo...

Muy bonito tu relato, amiga. La belleza como alimento de la aventura y una aventura con toda la magia de la niñez.
Abrazo.

Meulen dijo...

Vaya que encanto de cuento, una forma preciosa de decirnos que aún las cosas que muchas veces no tomamos en cuenta tienen esa vida y forma en nuestro pensamiento y se hacen en nuestra imaginación una realidad poderosa.

Una belleza estimada, gracias.

Emilio Muñoz dijo...

Delicioso tu relato, mariarosa!!!

Realmente delicioso!!! Me siento raro sin tener algo que comentar (que sé que a veces canso de tanto que comento) pero la belleza de este relato, tu imaginación, tu sensibilidad, y tu buen hacer con la palabra no dejan espacio para nada más que elogiarte. Quede constancia.

Un delicioso placer leerte.

Y un enorme abrazo, querida amiga!!!

Mª Jesús Muñoz dijo...

Me encantó tu relato, María Rosa. Nos acerca a la magia de la infancia, a la imaginación y a la magia, que nos envuelven en un mundo especial y necesario para no perder la ilusión y la esperanza. Asi siento tu relato, que es todo un regalo para nosotros, amiga.
Mi felicitación y mi abrazo entrañable por tu buen hacer.

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