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UNA VIEJA LEYENDA

Cuenta una vieja leyenda del pueblo hebreo, que un peregrino llegó desde muy lejanas tierras a las ruinas de lo que en un tiempo fueron los jardines colgantes de Babilonia.
Lo acompañaba un sirviente, el peregrino era un hombre muy viejo y ciego.
Al llegar, pidió al joven:
-Josué, cuéntame que ven tus ojos.
El muchacho miró y le dijo:
-Nada Señor, solo piedras, rocas, ladrillos esmaltado, pero todo destruido por la guerra.
El anciano volvió a pedir:
-Dime que ves, cuéntame detalladamente que ven tus ojos…
-Solo destrucción señor, pero algo de la antigua belleza del lugar sigue viviendo.
El anciano intrigado preguntó:
-¿Qué es eso tan bello?
El joven mirando a su alrededor le explicó:
-A pesar de tanta pérdida, entre las ruinas han renacido y florecido las rosas del gran jardín, hay también otras plantas y flores desconocidas para mí, pero dan color y luz a tanta tristeza.
Así es- dijo el anciano- Dios hace nacer belleza en medio del caos.

Cuando regresaban, se sentaron a descansar, entonces el joven intrigado preguntó:
- Señor, si tú sabías, que todo era destrucción… por qué viajaste tanto ¿Para ver ruinas?
-No Josué, lo que quise ver con tus ojos fue la destrucción de un rey, de un hombre soberbio y codicioso que destruyó a su paso cuanto pueblo encontró. En su maldad llegó a destruir el templo de Jerusalén que era la octava maravilla por su hermosura. Ese rey fue Nabucodonosor y mi pueblo no solo fue arrasado por él, sino que fue llevado a Babilonia y esclavizado. Yo viví ese cautiverio en carne propia. Viví mis años pensando en una venganza y creí que al estar frente a las ruinas de su ciudad, me iba a sentir reconfortado, al ver que otro monarca había hecho  justicia al vencer a su hijo Nabólico y destruir lo que Nabucodonosor amaba; sus Jardines.  Pero no fue así, sentí una gran pena y comprendí que la venganza es como la guerra, solo una consecuencia del horror que hay en el corazón del hombre, sin embargo, la naturaleza es más elevada, se renueva y todo lo bello en ella; resurge.
















27 comentarios:

Rafael dijo...

Bonita leyenda que nos dejas, felicidades.
Un abrazo.

buhoevanescente dijo...

Hola!que linda leyenda y cuánta poesía. Gracias y un abrazobuho😊

Sandra Figueroa dijo...

Que bonita leyenda.... la venganza nunca es buena....y si..puede haber belleza donde otros solo ven ruinas...saludos

Margarita HP dijo...

Precioso María Rosa, y desde luego una lección importante a tener en cuenta.
Muchos besos :D

Mari-Pi-R dijo...

Muy buena leyenda!, la venganza no lleva a nada bueno, tan solo a la destrucción.
Un abrazo.

Susana dijo...

La naturaleza siempre acaba ganando. Un beso

Luján Fraix dijo...

Hola María Rosa
Precioso mensaje de sabiduría que nos deja pensando. La belleza nace desde el interior.
Un beso grande

Elda dijo...

Una preciosa leyenda con un gran mensaje que todo el mundo debiéramos aplicar, pero el primer momento que se siente después de una injusticia, es querer una venganza, con el pensamiento, pues ya sabemos a que lleva la furia aplicada...
Encantador leerte Maria Rosa.
Un abrazo.

Franziska dijo...

Gracias por la ejemplar lección de sabiduría.

Quedo a la espera de que vuelvas a publicar para poder retornar a leer tus relatos.

Un abrazo. Franziska

Campirela_ dijo...

Una preciosa leyenda y que nos deja muchas claves a seguir , una de ellas es que la venganza no es buena y la naturaleza es más sabia que todos nosotros .
Gracias por compartirla .
Un abrazo y feliz noche.

Carlos Augusto Pereyra Martínez dijo...

Querida, Rosa, que gran lección en este cuento, que recoge lo legendario de los relatos bíblicos. UN abrazo. Carlos

Alicia dijo...

La naturaleza siempre es más sabia. Bonita historia con un buen mensaje. Besos

El Demiurgo de Hurlingham dijo...

Sabías palabras, prevaleció la admiración por la naturaleza y la melancolía ante la destrucción, por sobre la idea de venganza.
Un abrazo.

Mirella S. dijo...

Algo más para aprender, de las ruinas siempre continuarán brotando flores. Todo renace por encima de las venganzas.
Una gran alegoría, Mariarosa.
Besos.

Navegante dijo...

La venganza es la guerra misma, claro. Y la naturaleza sabe construir a lo largo de los siglos aquello que tan fácil se destruye, ejemplo claro de la verdadera sabiduría ante la estupidez.
Saludos.

Sara O. Durán dijo...

Cierto, la naturaleza es más noble y resiliente. Mucho que aprenderle. Bella manera de narrarlo, María Rosa.
Un abrazo.

buhoevanescente dijo...

Maria Rosa! compartimos lo que nos cuentas en el nuevo post, gracias por ser tan generosa, espero te guste !! abrazosbuhos, gracias por sumar mas.

J.P. Alexander dijo...

Uy que hermosa leyenda . La naturaleza siempre nos da lecciones

Meulen dijo...

Cuanto nos falta por entender de la vida

ya viejos y maltrechos algo comprenderemos
que todo está siempre cerca de nosotros y aún dentro de uno mismo
que no hay que andar tanto para comrender
esos avatares y lo que realmente importa...

te dejo un abrazo.

el oso dijo...

Bellísimo relato! Me encantan los relatos asociados con las historias bíblicas y le diste en la tecla con la reflexión.
Besos

María Pilar dijo...

Bellísima leyenda con una moraleja que da una lección de vida impresionante. Me ha recordado la obra pictórica de El Guernica de Picaso, también entre tanta destrucción hay una pequeña flor, fuente de vida.
Mi cariñoso abrazo, María Rosa.

Ernesto. dijo...

Vieja y leyenda. Dos palabras que definen una realidad...

¿Realidad? Leyenda y vieja no parecen señalarla como tal. Y si una enseñanza, más, relatada en cuento o poema.

Cabe reconocer, sin embargo, el olocausto vivido por ese pueblo ebreo en el pasado... Que, curiosamente, hace vivir hoy al pueblo palestino.

Un abrazo Mariarosa.

carmen estany dijo...

Hermosa leyenda nos dejas hoy, Mariarosa.las guerras y rencores no sirven para nada y el tiempo se encarga de reafirmarlo.
Me ha gustado mucho este relato.
Un abrazo

José A. García dijo...

Pero... a Nabucodonosor no lo vencieron, murió en el trono, a quien vencieron los persas fue a Nabónido, uno de sus hijos...

En fin, cuestiones que no restan valor a tus palabras.

Saludos,

J.

José A. García dijo...

María Rosa, como dije en el mensaje anterio, y como respuesta a tu comentario en mi blog. Un nombre cambiado no quita valor a lo que escribiste. En muchos textos religiosos hay referencias que se consideran históricas y que en realidad no lo son. Por ejemplo, los hebreos nunca fueron esclavos en Egipto, sin embargo, se repite la misma historia todos los años...

Tampoco quiero parecer quien tiene todas las respuestas, porque no es así.

Gracias por la visita, la lectura y por seguir escribiendo.

Saludos,

J.

lanochedemedianoche dijo...

Me gusto tu inspiración para esta leyenda, escribimos como lo dicta el pincel del escritor a ti siempre te queda maravillosa.
Abrazo

Flor dijo...

Hola guapa , paso por aquí por que esta entrada me llamo la atención , y sabes me gusto mucho esta leyenda , es muy bonita te felicito amiga mía , te deseo una feliz semana ,besos de Flor.

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