jueves

Palabras.






Me siguen a todos lados, hay momentos que me aturden, y sé que lo hacen para llamar mi atención,  trato de ignorarlas, pero es imposible.
Una tarde viajando en el subte, me entretenía con las luces que titilaban en el techo, por momentos quedábamos a oscuras y al instante la luz regresaba, en ese ir y venir, las palabras de dos hombres que conversaban suavemente,  flotaron frente a mis ojos. Ellas me descubrieron y se apuraron por llegar a mi lado, cerré mis parpados para no verlas y fue inútil, se movían y me hacían cosquillas en la cara.
Cansada de ellas me bajé una estación antes.
El diarero anunciaba sus diarios y resonaba su grito en el túnel. La gente se amontonaba tratando de llegar a los molinetes, yo también buscaba evitar de ese rum rum que se metía en mi cabeza. Cuando creí que las había perdido de vista, las vi a mi lado, trepando a los saltos la escalera.
Ya en la calle, el aire fresco fue un placer, crucé la avenida  corriendo entre los bocinazos de choferes tan locos como yo,  y al llegar a una plaza, aparecieron de nuevo, habían salido de un diario olvidado en un banco, se agitaban, yo evitaba mirarlas y ellas reían a carcajadas. Me aturdían.
Escapé tan rápido como mis piernas me lo permitieron, no quería oírlas ni verlas y la gente pasaba y hablaba y las muy descaradas se prendían a mi ropa,  penetraban en mi oído, me acosaban.


Ayer, al verlas llegar, me dije que era el momento de enfrentarlas, busqué un bar, me acomodé en una silla y sobre la mesa coloqué mi cuaderno y las fui alineando en la hoja, una tras otra, las frases se hilvanaban y la idea iba creciendo. El comienzo, el conflicto y el final, las palabras se calmaron, se durmieron en el cuento y al fin, me libre de ellas.


26 comentarios:

Rafael dijo...

Hay que conseguir calmar y dormir a las palabras...
Un abrazo.

Navegante dijo...

¡Bellísimo! El sorprendente final amplía la belleza de tu relato.
Y genera una sonrisa, completo lo tuyo. Me encantó.
Besos.

Mª Jesús Muñoz dijo...

M.Rosa nos dejas toda una metáfora de lo que es la "palabra en vuelo" que nos invita a escucharla y a crear con ella...A veces nos resistimos por pereza, por indiferencia o duda...Pero, cuando nos decidimos a recibirlas y a abrazarlas en un cuento o un poema, ellas nos lo agradecen y sentimos la calma y la paz del deber cumplido.
Muy bello y bien construido, amiga.
Mi abrazo y mi cariño, María Rosa.

Campirela_ dijo...

Esas musas que te persiguen y no te dejan libre hasta que las plasmas en hoja de papel ..muy bonito ..esa persecución espero que haya merecido la pena .
Un fuerte abrazo.

Recomenzar dijo...

Escribir nos une
Las almas se unen
en la distqancia

J.P. Alexander dijo...

Es lo bueno de escribir e imaginar historias te ayuda a seguir adelante. Te mando un beso

Elda dijo...

Me ha encantado tu relato que es de lo más original y con el que has formado una interesante historia de palabras.
Aplausos y un abrazo.

Mari-Pi-R dijo...

Como mejor salirse del bochorno y respirar un poco de aire fresco y seguir, un abrazo.

María dijo...

Tus letras nos invitan a volar.

Un placer leerte.

Un beso.

Anónimo dijo...

Hola guapa.
Es posible que la palabra revolotee y nos aturda a veces.
Pero en este relato la dominas, adormeces y la haces sentirse bella.

Estos días me aventuré a visitar en lo que las fuerzas me lo han permitido para agradecer vuestro cariño y apoyo siempre.
Pero esta semana no he podido, mis fuerzas flaquean un poco, pero seguiré visitando.
Paso por una mejoría transitoria, con una aceptación de lo que la vida nos depara, aún queda un largo camino que recorrer y convivir con lo que llevo dentro es lo me queda por el resto del tiempo.
Poco a poco llegaré a saludar a todos.
Un abrazo.
Ambar

Susana dijo...

El mejor final para las palabras. Un beso

Meulen dijo...

Que interesante
me recordé en ello a una explicación de sueños que puede tener una artista que se niega o no quiere hacer su arte...él o ella, sueña que lo persigue un animal salvaje y le quiere zampar de una ...o lo quiere herir con una garra o a veces su genital...en suma aquello representa el lápiz o el pincel para que al fin el soñante agarre ánimo y cree desde su gran imaginación...
:))

Espero sigas escribiendo historias geniales.

Mirella S. dijo...

Un modo muy original de librarse de tanta palabra vana e inútil que se lee y se escucha continuamente. El resultado obtenido es fantástico.
Besos, Mariarosa.

Sara O. Durán dijo...

Te siguen, porque ellas saben que tú las vas a unir de forma espectacular para maravillarnos. Un abrazo!

El Baile de Norte dijo...

Me ha encantado la frecura del texto para con la "inspiración",... ese objeto del deseo para muchos de nosotros. Feliz fin de semana!

La Dame Masquée dijo...

Ojalá todos nuestros perseguidores fueran así, y terminaran ofreciéndonos tan buen final. A veces, en cambio, somos nosotros quienes perseguimos las letras, y nos esforzamos por alcanzarlas.

Feliz domingo

Bisous

José A. García dijo...

Ah... entonces eso es lo que debo hacer cuando me atacan las palabras.

Lo tendré en cuenta...

Saludos,

J.

Margarita HP dijo...

¡Madre mía María Rosa! ¡Eso lo he vivido yo! ¡Me ha encantado! Describes como nadie, leerte es vivir.
Muchos besos :D

El Demiurgo de Hurlingham dijo...

Así son las palabras. A veces esquivas, otras veces perseguidoras.
Un abrazo

Sandra Figueroa dijo...

Asi son ellas.....siempre estan presentes .....Bello lo que te inspiraron....saludos

Alicia dijo...

Me encanta leerte. Besos

TIGUAZ dijo...

Un cierto reflejo de lo que son esas palabras aturdidoras y que viven encadenada a nosotros

Abuela Ciber dijo...

Me encanta como sabes librarte de ellas y entretenernos a nosotros
Estupendo
Cariños

María Pilar dijo...

Buenísimo, Rosa. Qué bien has ido hilando la historia hasta ese final tan contundente. Con cuánto interés se lee y a la vez disfrutando por el aspecto jocoso del relato. Las he visto saliendo de todos los lados para llegar a ti como "moscas cojoneras", ¡pero, qué afortunada!, al final las tenías todas, solo faltaba el toque de la artista y lo has conseguido.
Me quito el sombrero.

Carlos Augusto Pereyra Martínez dijo...

Para un cuento surreal este relato donde palabras vuelven a su lugar, para dejar de ser tormento. UN beso. Carlos

Joaquín Galán dijo...

Es lo mejor que se puede hacer con ellas,ordenarlas sobre el blanco papel,sobre todo cuando se ordenan con tu maestría.Me encantó este relato.

Abrazos

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