domingo

La del noveno B


La policía  llamó varias veces a mi departamento. Les expliqué que tengo sueño pesado, que no escuché nada y que debo ir a trabajar.
Nos convocaron a los inquilinos del noveno piso  en el salón  de la planta baja. El comisario repetía las preguntas, primero a uno, luego a otro, era molesto. Me miraba e insistía, al fin me cansé y dije: ¿Por qué no preguntan a los demás inquilinos del edificio?

Yo no conocía a la chica, era nueva y no se daba con nadie. Alguien comentó que salía temprano y regresaba tarde, pasadas las 23hs y los viernes llegaba  acompañada de un señor mayor y agregó, seguramente su padre. La viuda del noveno sonrió burlona, ¿Padre? No salían del departamento hasta el domingo a la noche y por los grititos y corridas, lo pasaban muy bien. Todos la miramos, y no dijo nada más. Nos separaron por grupos y comenzaron a interrogarnos, ¿dónde, a qué hora, ruidos, qué clase de persona era? Qué sé yo  y qué me importa, respondí con rabia. Medina mi jefe me va colgar, ya llevo una hora de atraso. 

Al fin me dejaron salir, directo a escuchar a Medina y sus gritos.
La avenida era un caos, hora en que las madres llevan sus hijos a la escuela, todos con el tiempo justo y la mayoría,  como yo, con el yugo de sus jefes en la espalda.
Qué pretenden los investigadores, que les aclare el crimen de una joven desconocida, están locos si piensan que voy a decir algo. 

Laura, Laura Ordoñez, así se llamaba, recién me entero.
A Laura la había conocido unos meses atrás, en un restaurante, estábamos festejando el cumpleaños de mi hermano Javier, ella se acercó y lo saludó con un beso, “es una compañera de la facultad”, dijo Javier. Ella se fue sin mirarnos. Nunca más la volví a ver, hasta este verano en que la encontré bajando del ascensor y la vi entrar al noveno B. Ella no me reconoció, y yo seguí, sin darme a conocer. Días después le comenté a Javier, se encogió  de hombros y dejó caer un calificativo que no me gustó. “Vamos hermanito, ésa no es forma de hablar de una mujer”, le dije. Se lo merece, respondió.  Intenté hurgar cuál era el motivo de su enojo y su respuesta me inquietó; “Éramos algo más que amigos, manteníamos nuestra relación en secreto, hasta que pudiéramos irnos a vivir juntos, hace unos meses se  despidió de mí con algo que no esperaba, dijo que estaba saliendo con un amigo de su padre, un empresario que le había alquilado un departamento y que no me iba a decir la dirección para que no  hiciera un escándalo.” Que ironía, alquilaron en tu mismo edificio y piso. Lo noté tan apenado que sólo me animé  a decirle; “dejá que haga su vida, es mejor  no seguir pensando en quien no te ama.” No volvimos a hablar de ella.

¿Y ahora qué?
¿Cómo  le explicaré a mi conciencia que esa noche, vi salir a Javier del departamento de Laura?


32 comentarios:

El Demiurgo de Hurlingham dijo...

Parece que la protagonista pretende ocultar lo que hizo a los lectores. Da la impresión de que tomó represalia.

Unknown dijo...

Hola María Rosa ! como siempre un relato prolijo e interesante además de muy actual.
Pero no puedes dejarnos con el Jesús en la boca ... Yo quiero saber qué viste esa noche. No quiero esperar mucho para conocer el desenlace.
Muchos besos.
¡Feliz domingo !

Charlie El Balsero dijo...

Uy me he quedado con la duda... fue el hermano de la protagonista?

muy bueno Maria Rosa.
Hay veces que hay que guardar secretos

Abrazos
carlos

Ernesto. dijo...

La/él de cualquier piso, de cualquier número, de cualquier calle o ciudad. Sea cual sea el tema que toques Mariarosa, el interés, esa cierta intriga, ese saber contar, es lo que nos mantiene con gusto hasta el final...

Aunque no siempre hay un final definido...

Un gran abrazo.

Meulen dijo...

esta esa verdad que dice que muchos viven como les da la gana sin importar lo que puedan causar en el resto...y al fin sin medir consecuencias...
la vida les da reversa sin a veces pensarlo...
claro que quien llegue a esos extremos está igualmente perdido y no hay peor castigo para el que tiene conciencia...porque algunos hasta eso les resbala...

Carlos Augusto Pereyra Martínez dijo...

Genial¡Siempre hay una razón para el homicidio...UN abrazo. Carlos

Carlos Augusto Pereyra Martínez dijo...

Genial¡Siempre hay una razón para el homicidio...UN abrazo. Carlos

Rafael dijo...

Interesante relato.
Un abrazo.

Diana de Méridor dijo...

Ay, madame, que no creo que entrara allí a nada bueno, no. Realmente una cuestión de conciencia para la hermana. Creo que ella debería hacer caso a su conciencia, aunque se trate de su hermano.

Buenas noches

Bisous

Unknown dijo...

Acá estoy ... viendo cómo es...
¿encubre al hermano? ...
Besos.

Lola dijo...

Pues sí, hay veces que se comete el crimen perfecto porque quien sabe cosas no las dice...
Me ha gustado mucho tu relato. Un abrazo.

Anónimo dijo...

Hola María Rosa..Un cuento más que bueno,...con ése acostumbrado gustito a misteerio. Haces honor a tu segundo nombre: Rosa, pues nos mostraste la flor del cuento y nos dejaste con la espina clavada ...¡¡¡cada vez escribís mejor!!!Afectuosamente. Juan Angel Petta

Man dijo...

Bueno... pues ya sabes lo que ocurrió en el 9º B: (No ve. No ve)

Kasioles dijo...

Si interesante ha sido tu relato, lo has contado de tal manera, que tienes al lector pegado a cada línea que has escrito.
El final no me lo podía esperar.
Estoy segura de que no podrás sacar a Javier de tu pensamiento.
¿Sabremos el desenlace de esa historia?
He visto una foto preciosa de tus nietos, yo también tengo seis y así los considero, unas joyas, entre ellos y mis hijos, me alegran la vida.
Abrazos.
Kasioles

Mª Jesús Muñoz dijo...

María Rosa, nos dejas un relato muy cercano y real...Todos ignoran pero todos saben. La indiferencia parece dominar el vecindario, pero no es así...Y aquel, que escapa aburrido a su trabajo es quién sabe verdaderamente el hilo de la historia...Mi felicitación y mi abrazo inmenso por tu maestría, que hila muy fino y ameno, amiga...
Feliz semana, María Rosa.
M.Jesús

TIGUAZ dijo...

Quien lo sabe...Esperamos su continuación. Como siempre intenso e interesante, mi cariño y admiración.

Mirella S. dijo...

Un buen policial que recién se devela en el final el motivo de la reticencia del protagonista a decir si oyó o vio algo esa noche.
Muy bien tramado, Mariarosa.
Besos.

Antorelo dijo...

Un magnífico relato el que hoy nos ofreces. Muy bien relatado.
Un abrazo

Rosi dijo...

Un relato muy interesante María Rosa.
¿Habrá una segunda parte?
Nos dejas en ascuas.
Un abrazo grande.
Rosi

Marinela dijo...

Muy bueno con final inesperado,así queda muy bien, el lector tiene la opción de imaginar lo que quiera,otro final? Ami me gusta tal cual.

Feliz semana.
Abrazos

José A. García dijo...

Y por qué habría de darles explicaciones a la policía o, llegado el caso, a esa otra maldita entrometida de la conciencia...

Saludos

J.

omar enletrasarte dijo...

un crimen, dos protagonistas y algún "extra", y una trama bien elaborada dan como resultado un relato ameno, digno de leer
saludos

Lapislazuli dijo...

Muy buen relato. Felicitaciones
Abrazo

Mercedes Pajarón dijo...

Qué bien has presentado el dilema de una conciencia angustiada...Me pregunto qué haríamos cada uno de nosotros en un caso así...
Como siempre, ha sido una delicia leerte.

cachos de vida dijo...

Un buen relato. La verdad que había quien podía contar algo de la vida de misteriosa chica.
Un beso.

Joaquín Galán dijo...

Las casualidades son un punto fuerte en los relatos de misterio pero no basta con eso, hay que saber hacerlas creíbles y tú lo consigues.
Otro buen relato con el que nos has hecho pasar un rato muy agradable.

Abrazos María Rosa.

AdolfO ReltiH dijo...

ESAS HISTORIAS TUYAS... SIEMPRE RETEBUENASSSSSSSSSSSS.
BESOS

María Socorro Luis dijo...


Excelente relato, sobre todo, por lo natural y creíble.

Buenas noches, Maríarosa.

Luján Fraix dijo...

Oh... Maria Rosa, me encantó!!! Qué final, siempre impredecible contigo.
Cosas que ocurren lamentablemente hoy en día.
La venganza, y la hermana que calla.

Besos

cachos de vida dijo...

Feliz fin de semana.
Un abrazo.

Mavi dijo...

Bonito e interesante relato¡
besitos
Mavi

La abuela frescotona dijo...

mientras leía pensaba, ¿como termina este escrito? y me gustó, saludos querida amiga

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