Nunca había tenido en mis manos una flor de
Gardenia, ni imagine que esa simple flor me llevaría por caminos filosóficos en
los que nunca había transitado.
Salía de la capilla de San Francisco, miraba los
árboles, vi uno muy alto con enormes flores blancas entre hojas de un verde
oscuro. Pregunté al jardinero que
cuidaba el césped en ese momento; “¿Qué flor es esa? “Es una gardenia”, me dijo. ¿Quiere una? “Están
muy altas, mejo no” respondí. Igualmente se acercó, no logro llegar a la altura
de las flores, solo pudo cortar un pimpollo cerrado. “Es una pena haberlo
cortado, no va a abrir en un florero “le dije. “Póngala en agua y va a ver qué
bonita es.”
La puse en un florero y días después, sus
pétalos comenzaron a abrirse y cuando llegó al límite de su tamaño, mi admiración no
encontraba palabras. Durante tres días su belleza y perfume me acompañaron, al
cuarto comenzó a cambiar su color, fue tomando un tono castaño, hasta que días
después, se cerró con un tono marrón.
La contemplé con pena, mi mente comenzó a
divagar e hice una analogía con nuestra existencia y la vida de la gardenia, en
algo se parecen, tal vez lo mío es una simple conjetura. Creo que comprendí mi
propia finitud, ese tiempo que todos tenemos, existencia limitada, a la cual
debemos tratar de analizar y disfrutar, ya que cada uno hace lo que puede con
ella y nunca perder la esperanza, mi pensamiento es lo contrario de lo que
decía Nietzsche; “La muerte no nos deja descansar, es la perdida de la
esperanza…”.
Somos una suma de ideales que no siempre se
concretan, pero esa utopía de llegar a ellos es la que nos hace avanzar en la
vida; es la esperanza.
Duramos un tiempo, somos capullos cerrados
frescos y alegres, el tiempo va pasando y nos vamos gastando y a veces
cambiamos el color de la piel y el pelo, terminado el ciclo de nuestra vida, se cierran
nuestros ojos y el misterio se transforma según nuestra fe y creencias.
Tal vez lo mío ha sido una filosofía cursi, pero es lo que la gardenia me inspiró con su belleza y perfume. Recordé al Principito cuando preguntaba por la vida de las flores y el geografo le dijo que las flores eran "efimeras", él se puso triste, ya que para su forma de ver, las flores eran lo más bonito y no debían desaparecer.
18 comentarios:
Es una buena reflexión. Un beso
Las flores suelen dejar sonrisas en el alma.
Abrazo.
Las flores por eso encantan, por su finitud. Quisiéramos que las flores fueran eternas, pero son tan proximas a nuestra existencia, que además por bellas, nos hacen quererlas. UN abrazo grande. Carlos
Una preciosa reflexión y la flor preciosa, y es cierto creo que lo más bonito de la vida siempre es efímero, por eso es tan bello, no da tiempo a cansarnos de ello.
Un besote, feliz noche.
Que bonito lo que te ha dicho una flor, que maravilla cuanto has descubierto en ti desde ese pimpollo. Un abrazo
Hermosa flor. Bella reflexion. Te mando un beso.
No fue una filosofia cursi, fue una filosofia poetica y romantica. Como la gardenia, tu historia perfuma , renueva y nos hace florecer en nuevas formas. 🌸
Un besote, feliz noche y semana.
Gran reflexión Mariarosa y nada cursi. Así es la vida y las flores la representan muy bien.
Preciosa la gardenia.
Buena semana.
Un abrazo.
Nada de cursi,es algo tan real como el aroma de esa gardenia que te inspiró. Somos seres efímeros y de cada uno depende cómo afrontarlo. La frase de Nietzsche,aunque no exenta de verdad, duele. Por eso me quedo con tu forma de ver la vida.
Un abrazo, Mariarosa.
Para nada cursi, es una buena reflexión.
Quizás fue efímera la flor, pero mientras duró te regaló su belleza y su aroma, que ahora atesoras en tu memoria. Y te llevó a una reflexión que te conecta con la vida. Aunque haya durado poco, su vida ha tenido valor.
Besos
Precioso, la gardenia tiene un aroma de otro mundo, y las flores cierto es que nos hacen reflexionar sobre la vida y la muerte... Muy bonito, Maria Rosa
Besos
Lejos de ser cursi tu filosofía es muy profunda y hoy, en un día medio tristón me diste esperanza y una sonrisa. Hermosa experiencia ver el día a día de la gardenia.
Un gran abrazo
Bonito cuento. Reflexión y filosofía incluida...
Te leo con interés, como siempre, acorde con la calidad de tus escritos.
En esta ocasión, y conociendo tu fe y creencias, permíteme que matice un dato...
Si bien la vida de cada uno se vive así o parecido: "Somos una suma de ideales que no siempre se concretan, pero esa utopía de llegar a ellos es la que nos hace avanzar en la vida..."
¡¡Cuando se termina el ciclo, se termina el dicho anterior!! ¡Y se hace presente la única realidad que Es!
¡¡Ahí ya o caben ideales... humanos, utopías o creencias!!
¡Sólo la realidad que Es! Hayamos sido o no conscientes de ella!
Abrazo Mariarosa.
Nada de cursi amiga. Diferente a tu estilo, de todos modos es un bello texto. Para reflexionar, para entender que la belleza y la felicidad están en las cosas simples de la vida.
Bellísima la gardenia! Me gustó mucho esa analogía que haces entre la vida de la flor y la nuestra
Fuerte abrazo
Excelente reflexión d elo que es la vida...con sus ayes y sus alegrías...de como somos en el cuerpo una casa que guarda lo mejor el alma y por ella es que cada día deveríamos ocuparnos de su viaje...
No conocía esa flor y me parece maravillosa...
Un abrazo.
Me quedo releyéndote. Me enseña mucho tu "detección" inspirada en un capullo de gardenia... Inolvidable entrada, amiga!!
Hermosa reflexión te ha inpirado la gardenia. Para nada es cursi.
Abrazos.
Me encantó el relato mariarosa y me encanta la reflexión que haces....creo que si, que nos asimilamos mucho, la vida puede parecer larga pero es muy corta, tan efímera casi como la de la flor, por eso...esparzamos olor, color, belleza y dejemos ese boniro rastro que ellas dejan
Un fuerte abrazo querida amiga
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