-Mi gata es muy mimosa, está
esperando que la acaricies- dijo, mientras se acercaba.
-No me gustan los gatos -respondí,
alejándome.
-Mi gatita Titina es muy amable
-exclamó sonriente.
-Estás loca -dije furiosa-
entre tus brazos, sólo hay un trozo de tela de lana, la gata está en tú
imaginación.
-La demente eres tú, mi gata es
tan real como yo, ahora mismo está maullando de tristeza por tu desprecio, entiende
y es muy sensible…
Acariciaba el trapo y le
hablaba en voz baja con ternura y lloraba por el desprecio que según ella le
había proferido a su gata Titina, de pronto se acercó muy enojada y me dijo:
-Eres mala, Titina está
ofendida con tus palabras, me trataste de loca y a ella la ignoraste.
Hizo un gesto de furia y me
arrojo el trapo sobre mi brazo.
Luego de cerrar con llave la
puerta de entrada, la vi alejarse desde el ventanal de mi casa, mientras me
curaba los arañazos y mordiscones de mi brazo.
2 comentarios:
Genial relato uno no sabe si la gata era real o no. Te mando un beso
Tenemos ese mal hábito de sólo creer en lo que vemos, jajaja. Muy bueno el relato y muy propio para la época. ¡¡Se viene halloween!!
Besos
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