viernes

Ella esperaba.


 


 

 

Ella esperaba.

A pesar de los años, ya olvidó cuantos, ella soñaba con el regreso de su amor.

Pasaban los inviernos y las manos se le helaban, se fueron arrugando, junto con sus sueños, pero ella esperaba.

Las primaveras llegaban con su tibieza y ella se vestía con colores alegres esperando.

Los otoños traían brisas que elevaban las hojas y las hacían jugar en su pelo y ella esperaba.

El verano la llevaba al río, la bañaba de luz en los largos días de calor y ella esperaba.

Las amigas se casaron y tuvieron hijos. Sus padres partieron al país de los sueños perdidos y ella seguía fiel a su amor.

Cuidaba los rosales, las azaleas y los jazmines, ellos seguían a su lado para regarle sus flores y perfumes.

Hasta que un día, él regresó.

Traía una rosa roja y masitas, igual que en los dorados domingos de la juventud y ella lo abrazó y lo besó como aquella primera vez. Espero que él le dijera por qué había tardado tanto, pero él, habló de su andar por el mundo y lo hermoso que había sido pasar de un país a otro y conocer sus bellezas, sus éxitos y su felicidad.

Rieron felices, ella preparó el café y él acomodó en un plato las masitas.

Esa noche se amaron, con la misma fiebre de la juventud.

Al despertar él la esperaba, es hora de preparar el café, le dijo. Ella sonrió. ¿No lo preparaste vos?

Él se encogió de hombros y tomó asiento esperando.

Ella se acercó cariñosa, lo tomó del brazo y lo acompañó hasta la puerta de calle. Lo besó con ternura, esta vez, sin pasión. Gracias, le dijo, se terminó el romance. Él abrió los ojos como monedas enormes, sin entender. Cuando le cerró la puerta en las narices, recién comprendió.

Ella sonrió y ya no esperó más.

 

 

17 comentarios:

Vivir y dejar Vivir...Liz dijo...

Querida y dulce amiga, precioso cuento, mientras ella esperaba el gozaba por el mundo hasta que se dio cuenta del paso del tiempo.
Eso pasa cuando uno de los dos se cree el amor eterno para otra persona, el buscaba que lo atendieran en su edad avanzada.
Amiga mía siempre es un placer leerte, tienes sabiduría
Abrazos y besos dulce

Susana Moreno dijo...

Él no había esperado por ella. Un beso

Majo Dutra dijo...

Genial, estimada escritora!
É de lamentar que tal discernimento seja realmente muito raro!
Bom fim de semana. Abraços
=====

Alfred dijo...

Ahora era su vez.

Abrazo.

Rafael dijo...

Relato con ese final tan tuyo y acertado. Felicidades.
Un abrazo.

Joaquín Galán dijo...

Una mujer de carácter,lo que se empieza hay que terminarlo. Me gustó ese final sorpresivo.
Un abrazo

Campirela_ dijo...

Suelo pasar que se ama y se idealiza a esa persona y con el tiempo cuando se vuelven a encontrar, todo era un sueño, él cambió y ella lo ve como es y fue en realidad.
Una buena moraleja
Un besote.

Mª Jesús Muñoz dijo...

Si, ella esperó demasiado...el llegó tarde, cansado y esperando que lo cuidaran. Pero la protagonista no sólo tenía corazón, también mente y carácter.
Muy bueno, María Rosa.
Mi abrazo entrañable y admirado, amiga.

Ernesto. dijo...

Un excelente relato amiga.
Vivo, natural y certero en todas sus expresiones. ¡Bonito!
Abrazo Mariarosa.

Cabrónidas dijo...

Desde luego, con lo fáciles que son de preparar...

Lu dijo...

¡Precioso relato María Rosa! No falta ningún condimento y ese final...¡la frutilla del postre!
Bravo por esa mujer.
Abrazo
¡Buena semana!

Conchi dijo...

Magnífico relato MaríaRosa! El final es ¡Genial!.

Un abrazo.

Hada de las Rosas dijo...

Hola amiga, feliz inicio de semana!
pobre mujer la de la historia de hoy,
se olvido de vivir x alguien manipulador que solo la uso :(
pero nunca es tarde.

Besos.

Milena dijo...

Buenísimo! Muchos relatos así se han de escribir, y leer frecuentemente!
Feliz día, Maria Rosa, buen final pusiste al cuento, me encantó!

Soñadora dijo...

Fue bueno darse cuenta que aquel a quien esperó con ilusión, ya no existía.
Abrazo

MELODY JACOB dijo...

What a poignant story about love and the beauty of self-discovery! It's inspiring to see her choose her own happiness. I enjoyed reading your blog. You can find me at www.melodyjacob.com.

Carlos Augusto Pereyra Martínez dijo...

El cierre contundente. Un abrazo. Carlos

En una librería de la calle Corrientes.

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