EL ESPEJO
Según Clarita, me estaba
regalando una joya, yo no lo dudaba, el tema era dónde colocar semejante espejo
con pie. Mi departamento es pequeño y en el living apenas caben dos sillones y
una mesa ratona.
Luego
de correr muebles y una vez acomodado en una esquina, el efecto del espejo,
resultó agradable, era antiguo y se notaba su finura. El calor y el trabajo me
agotaron, las piernas ya no me respondían, así que me acomodé en un sillón y me
dispuse a contemplar mi obra concluida. Me gustó. Mi ensueño comenzó a volar:
¿Cuántas personas se habrán reflejado en su luna perfecta?
El espejo era francés—
dijo Clarita— y tenía más de cien años. Jóvenes, ancianos, niños, damas
elegantes, cada cual, con la moda del momento, habían desfilado frente a él.
¿Serían todos de una
misma familia o habría sido vendido muchas veces….? Quién sabe cuál fue su
historia, que seguramente fue buena, eso pensé, al verlo tan bien cuidado a
pesar de sus años, hoy me pertenecía, sería parte de mi vida.
De pronto apareció una
mujer, joven elegante, estaba preparada para una fiesta, su vestido negro le
sentaba de maravillas y en la cintura, lucía una gran camelia blanca con una
cinta roja.
—¿Qué te parece?—me
preguntó mientras volteaba de un lado a otro, haciendo volar su amplia falda.
—Hermosa —dije,
estremecida por la sorpresa. Ella se dejó llevar por una música imaginaria que
solo ella escuchaba y siguió girando, llevándose por delante los sillones y la
pequeña mesa.
Otra mujer emergió del
cristal, rubia y envuelta en un traje sastre tan elegante como ella,
sorprendida por mi presencia, preguntó:
—¿Dónde estoy?
—En mi casa. ¿Y usted
quién es?
—Soy Amelia, estoy
perdida…
Miraba hacía todos
lados, buscando algo que no hallaba, y daba vueltas por el living. Yo no daba
crédito a mis ojos, me acerqué a la ventana corrí las cortinas dejando que entrara el sol y que me aclarará un poco las
ideas, las hojas del ficus brillaban extrañamente iluminadas por la luz solar;
la rubia seguía curioseando y la otra bailaba, mientras que yo las miraba sin
entender que sucedía, habían invadido mi casa dos desconocidas.
—Usted salió de mi
espejo —dije a la rubia, ella giró a mirarlo y respondió:
—¡Es mi espejo!
La del vestido negro se
acercó y exclamó casi vociferando:
—Están equivocadas, es
mío, me lo regaló mi marido el día que cumplí treinta años.
Comenzaron a discutir a
los gritos, me retire a un costado dejando que aclararan sus ideas, estaban
furiosas, llegaron a tirarse del pelo como dos vulgares matronas callejeras,
hasta que fastidiada, alcé la voz, las amenacé con un plumero y les dije:
—Váyanse, no quiero
escucharlas más.
Y señalando el espejo,
las miré con toda la furia de la que soy capaz, asustadas, desaparecieron por
la enorme luna de plata. Tras el ventanal, y ante mi sorpresa, se desató un viento encrespado que retorcía el ficus a
su antojo, agotada y confundida, me dejé caer en el sillón, de pronto apareció
Clarita y exclamó:
—¡Qué bonito quedó el
espejo!
Le relaté lo sucedido,
sus ojos se agrandaban ante mi relato, de pronto, no pudo contener la risa y
dijo:
—Lo soñaste, estabas
cansada o tomaste mucho vino con el almuerzo; fue un sueño.
Al fin me convencí, no
encontré otra explicación, sólo un sueño, que me llevó a convertir en realidad,
lo que había estado pensando.
—Vamos a tomar un café,
que te va a hacer bien, estás pálida —dijo Clarita— yo lo preparo.
Mientras hablaba
acariciaba entre sus manos una camelia blanca con una cinta roja.
—¿De dónde sacaste eso?
—pregunté, mi pecho comenzó a latir locamente.
—No sé, la encontré
sobre la mesita ratona…
16 comentarios:
Hola Maríarosa, narras tan bien que siempre al leer tus cuentos me imagino la historia. Que interesante sería poder ver a través del espejo su historia.
Abrazo
Los espejos tienen un mundo de reflejos en su interior y tu has escrito un cuento que así lo dice, he disfrutado leyéndolo, tengo algo escrito sobre uno en particular, es el espejo donde mi abuelo se afeitaba. Abrazos
Un relato impresionante. Un beso
Es curioso los espejos me gustan como tanto miedo me dan. Y no será por mi reflejo, ajajá, bromas aparte.
Tu cuento es precioso, y tiene su lógica, los objetos tienen su propia historia, el espejo la mantuvo viva.
Un besote grande.
Hola María Rosa. Me pasa a mi, y me muero del susto, jajaja, además me encantan los espejos, menos mal que los míos no tienen historia solamente la mía, :))).
Genial tu narración, tanto que el lector se mete totalmente en el tema, por lo menos a mi me pasa eso.
Encantada como siempre de leer tus cuentos.
Un abrazo y te deseo un fantástico mes de abril.
mariarosa, un cuento exquisito, bien narrado.
cada objeto guarda una historia y un espejo que es el reflejo del otro, todo puede pasar
Una delicia leerte, cuentos para guardar
Cariños y besos querida amiga
Me gusto el cuento. Te mando un beso.
Me encantan los cuentos de espejos.
Y él que nos dejas en esta ocasión con tu estilo narrativo es para aplaudir.
En cierto modo responde a la pregunta que hice en el blog de Carlos (blogwin en el viento) hace unos días:
"¿Guardarán entonces nuestro reflejo para que tengamos trascendencia?"
Abrazo María Rosa
Me ha encantado la historia, y me ha chiflado ese final con la camelia, te ha quedado bien redondo!!
Un abrazo
Bueno, sueño sueño...
En el mundo de Mariarosa las cosas suceden de manera sorprendente... :)))))
Abrazo.
Entonces fue muy real!!! esa camelia no miente
Es un cuento exquisito, mi querida maria rosa, me encanto!
abrazo y buen fin de semana!
Maria Rosa, creo que es la primera vez que te comento, que tropiezo con tu blog y me alegro: el relato es sugerente, exquisito, luminoso, capaz de captar la atención de quien lo lee.
Muchísimas gracias por este regalo.
Te dejo un abrazo, mi agradecimiento por visitar mi pequeño rincón y mis deseos de que pases un buen fin de semana. Teo
Bellamente surreal. Un abrazo
Carlos
Los espejos tienen una magia particular, lo supe ver Borges, y no los recuerda tu relato.
Saludos,
J.
Madre mía... Yo, se lo devolvería a Clarita.
Buen domingo y abril Mariarosa.
Un abrazo.
Juraría que había escrito aquí un comentario, Mariarosa.
Bueno, esperaré por si caí en el spam.
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