jueves

El olvido.


 


Estaba furiosa. Sus gritos se abrían sobre el parque y se perdían entre la copa de los árboles. Sus ojos despedían chistas bajo el sol y me acusaba de haberme llevado a su hermano, con intenciones de darle muerte, le juré que estaba equivocada y comencé a llorar para ver si con mis lágrimas la convencía, Nada, siguió gritando. Ella había escuchado a su hermano acusarme de un robo, ahora él no aparecía y  me señalaba, acusadora y feroz. Se apoyó en un árbol, agitada y temblando, estremecida de rabia, fue entonces, cuando reparó en la tierra removida, sus ojos se agrandaron, ya no largaban chispas, eran puñales, creí que había enloquecido, me incriminaba de haberlo enterrado allí, le dije que estaba loca, que su hermano era mi amigo del alma y yo no sería capaz de hacerle daño, que en la tierra removida había sembrado margaritas para alegrar el parque de casa.

Ya casi la había convencido cuando escuchamos el sonido. ¡Es el celular de mi hermano! dijo y comenzó a llorar nuevamente. Creí que la tierra se abría bajo mis pies, me abrazaba y enterraba a mí también. ¡Maldito Celular, me olvidé quitarlo de su bolsillo!




15 comentarios:

Emilio Muñoz dijo...

Más allá de la anécdota, que supongo tan posible y realista, está la ambientación que has creado de la escena. Ambientación creada con palabras, sí, pero ambientación al fin y al cabo. Y es realmente magnífica, María Rosa. Tu capacidad para relatar es realmente grande.

Un placer leerte!!!

Y un abrazo enorme, amiga!!!

Elda dijo...

¡Ay que tremendo!, hasta yo me estaba creyendo que era inocente.
Qué bueno M. Rosa. Increíble relato que me ha gustado mucho.
Felicidades por esa imaginación tan buena que tienes y la forma de expresar.
Un abrazo y buen fin de semana.

Susana Moreno dijo...

Muy buena historia. Un beso

- R y k @ r d o - dijo...

Uma bela estória que gostei de ler
.
Felicitações poéticas
.
Pensamentos e Devaneios Poéticos
.

retazosmios dijo...

Espeluznante relato, estimada, amiga, leyendo, leyendo, creía por un momento en su inocencia, pero el celular le delato. La justicia siempre llega algunas tarde, otras rápidas pero siempre llegan.
Me gustó mucho este corto, así como tu buena narrativa. Mis felicitaciones por ese dramático y bien desarrollado relato.
Un fuerte abrazo María Rosa.

Rafael dijo...

Relato vibrante con ese final sorprendente.
Un abrazo y felicidades.

Mª Jesús Muñoz dijo...

La intuición femenina y la posible ayuda de su hermano con el sonido del móvil delataron el crimen. La verdad tarde o temprano aparece. Muy bueno y expresivo, captaste la atención del lector, que te lo agradece.
Mi abrazo admirado por tus buenas y creativas letras, amiga M.Rosa.

Hada de las Rosas dijo...

Esta historia podria ser una variante de la anterior
y otra vez Garmendia, atonito, reiria, por no llorar.
Muy creativa, amiga, buena historia!
Te felicito por tu imaginacion valiosa y te envio un abrazo grande.

Ernesto. dijo...

Es lo que tienen los celulares. Dan buen servicio, se vuelven insustituibles, pero de vez en cuando... te buscan la ruina! :))))))

Abrazo Mariarosa.

Franziska dijo...

Sus gritos estaban justificados y es que por bien que se realice un crimen, siempre queda un cabo suelto. En mi opinión, es verdad que matar es un pecado que nuestra conciencia humana no puede soslayar.
Feliz sin de semana.

El Demiurgo de Hurlingham dijo...

Hay que desconfiar de los personajes narradores.
Ella parecía una pobre víctima, acusada injustamente por una desquiciada.
Y el celular la delató ante la hermana de la víctima, como ante los lectores.
Por lo que la acusadora resultó ser muy lúcida. Y sus gritos, justificados.
Bien contado.

Carlos Augusto Pereyra Martínez dijo...

No hay crimen perfecto. Qué bien lo uentas. Un abrazo. Carlos

Lu dijo...

Hola hola
Excelente como nos vas llevando a creer en la inocencia de la acusada y luego...
¡Ese magnífico e inesperado final! Ninguna inocente resulta ser.

Te superas cada día María Rosa.
¿Genial!
Un abrazo sureño va

SÓLO EL AMOR ES REAL dijo...

jajajajjaja un pequeño detalle....

Muy bueno

Isaac

Frases Bonitas dijo...

El cellular siempre suena cuando no queremos oirlo.

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