lunes

Una historia casi real...(Crónica de una vida)

Frigorificos ababndonados
 


 

Me fue revelado su nombre y su historia por  mi tío abuelo Genaro.

El personaje de la historia se llamaba Ángelo Marini.

Llegó al país por la década del cuarenta, desde un pueblo perdido en el sur de Italia, dejó atrás  una madre llorosa y dos hermanos mayores que prefirieron  el trabajo en su tierra, a la aventura de emigrar a un país desconocido.

 

Con su voz pastosa producto del  cigarrillo y los años, Genaro fue relatando la vida de su amigo o que él creyó por años su amigo:

“Tenía dieciséis años cuando llegó a nuestro país, era alto y fuerte, consiguió trabajo en un frigorífico de Avellaneda, trabajaba de sol a sol.

Encontró parte de su familia,  unos tíos que lo recibían encantados para compartir con él la tallarinada de los domingos.  

En esa casa  conoció al amor de su vida, se llamaba Mariana, estaba casada con un  paisano algo mayor, al que solo le interesaba atender su almacén y las carreras de caballos, Palermo y San Isidro era su entretenimiento de los fines de semana.

Mariana era la mujer de otro, pero a Ángelo no le importó, sabía que el amor es una aventura en sí mismo, así que se lanzó a descubrirlo.   Mientras el marido jugaba su dinero a las carreras, Ángelo disfrutaba un mundo nuevo: el amor  de una mujer fina y delicada que le enseñó a comer con educación, a hablar en castellano y a contener sus torpes modales.

La visitaba en su casa y fingía ser un acompañante educado, y cuando Salvador llegaba  cerca del anochecer, los encontraba jugando a las cartas. Ángelo  saludaba, y se despedía dejando atrás una mujer satisfecha y un hombre que solo pensaba en volver a las carreras para desquitarse o si había tenido suerte en el juego, disfrutar de su mujercita.

Durante casi cuatro años realizó  esa vida. Hasta que otro paisano envidioso, descubrió el juego y se lo dijo al marido. Salvador los encontró un domingo en plena tarea amorosa, la paliza que le dio a Ángelo, le dejó un ojo magullado, moretones en todo el cuerpo  y un corte en la mejilla que le quedó de recuerdo.

La venganza contra Mariana fue ofensiva, la llevó de vuelta a la casa de sus padres, como una compra que se devuelve por mala calidad.  Costumbre de su tierra y de aquellos tiempos.

Ángelo desapareció. Se perdió su rastro, llegaron a pensar que había regresado a su pueblo natal. Pero desde allí, le confirmaron a sus tíos que no sabían nada de él.

Después de algunos años reapareció en casa de la familia, pidió perdón por aquel escándalo de joven inconsciente y del pasado no se habló más.

 

Trabajaba en un frigorífico,  en las afueras de Buenos Aires, se convirtió en gremialista; era el manda más.

Se  transformó en un hombre rico, acomodado con  políticos del momento y uno de los cabecillas del gremio. Los obreros confiaban en él y los patrones también, jugaba a dos puntas.

 

Había regresado  por ella, por Mariana, la vida separa a las personas, pero a otras con más suerte, las vuelve a unir.

Diez años habían transcurrido desde aquel domingo en que un marido celoso le molió el cuerpo con sus puños fuertes.  Aquello ya era olvido, deseaban comenzar una vida nueva.

Se fueron juntos.

Nuevamente se perdió su rastro.”

 

—¿Cómo terminó  la historia de Ángelo? —pregunté a Genaro.

—Por muchos años lo di por perdido, así que lo fui olvidando, pero la causalidad lo trajo de nuevo a mi vida.

El tío se acomodó en la silla, estábamos en la cocina tomando mate, hizo un silencio para dar misterio al relato y continúo:

—Años después, fui  en un tour a recorrer pueblos de la provincia de Bs Aires, cerca de Bragado nos detuvimos a almorzar. Mientras esperábamos, lo vi entrar, tan viejo como yo, caminaba aferrado al brazo de un muchacho, tomó asiento. El mozo se acercó a saludarlo y a tomar el pedido, lo trataba con la deferencia con que se le habla a un personaje importante.

No había dudas, era él: Ángelo Marini, fui hasta su mesa a saludarlo.

—Hola Ángelo.

Los dos me observaron serios y molestos.

—Me parece que se equivoca —dijo el acompañante— mi abuelo no se llama Ángelo…

Las miradas que cruzamos fueron de hielo, Ángelo tosió y bajó los ojos y no agregó una palabra, comprendí, me disculpe por mi equivocación y volví a mi mesa.

Cuando se acercó el mozo a traer la cuenta me dijo por lo bajo:

—A don Gino le molestan las personas que se le acercan, es muy amable, pero tiene sus rarezas.

—No hay problemas, siento haberlo molestado, es que se parece mucho a un amigo al que hace años que no veo.

—Él es don Gino Montesino el dueño de la estancia “La Mariana.

Al salir, me volví a mirarlo y  le sonreí, él bajo la cabeza.”

 

Genaro había quedado con el mate en la mano mirando por la ventana  la fina garua que comenzaba a caer.

—No hay nada más triste que un domingo con lluvia— me dijo.

Yo insistí con la historia:

—¿No te habías equivocado, verdad?

—No. Su estancia se llamaba igual que ella, su gran amor y en su mejilla la cicatriz confirmaba que era Ángelo Marini.

—¿Y por qué lo negó?

—Por miedo, cuando desapareció con Mariana, el país vivía un estado de turbulencia social, los frigoríficos habían cerrado, mucha gente había quedado sin trabajo y quién sabe en qué historia turbia  estaba metido para volverse tan rico, que hasta su nombre debió cambiar. Cosas de la vida…. y de la ambición — dijo Genaro.

Me quedé pensando cuántos Ángelo Marini habrá en el mundo… pierden su nombre, sus familias por el simple hecho de ganar dinero a cualquier costa.

 

24 comentarios:

Rafael dijo...

Es una bonita historia la que nos dejas en tus letras. Felicidades María Rosa.
Un abrazo.

Susana Moreno dijo...

Una historia muy interesante. Un beso

Anónimo dijo...

Y extrañamente, su nuevo mundo no incluyó a su amigo.

Cosas de esta vida.

Saludos, J.P. Gusto de leerte.
Que tengas un día magnífico 📚

Maite Sánchez-volarela dijo...

Una buena historia que te hace reflexionar, y, como es ya habitual en la casa, muy bien narrada.
Un beso :)

Campirela_ dijo...

Muy buenas tardes, una historia donde los se ve la realidad de la vida, anteponen el dinero ante todo, aunque aquí hay algo o mucho de amor. Él regreso a por ella, a sabiendas de lo que eso le podría causar.
Como bien has dicho historias de la vida.
Un besote grande.

retazosmios dijo...

Una bella y a su vez triste historia de la vida. El dichoso dinero siempre es el causante de tantas y tantas tragedias. No aprendemos, el dinero jamás da la felicidad, puede que de la felicidad material pero nunca dará la inmaterial.
Como siempre María Rosa estupenda narrativa. Un placer leerte amiga.
Un abrazo y feliz semana.

" R y k @ r d o " dijo...

A mulher atraiçoava o marido? Não, não pode ser. Isso é "causa" dos tempos modernos. Nesse tempo isso não acontecia, ( poucas vezes, lol )
.
Uma semana feliz … cordial abraço
.
Pensamentos e Devaneios Poéticos
.

Ester dijo...

Pienso que hay muchos Ángelo Marini, el dinero esperan que les todo y no les importa perder el tiempo en ello pero tiene su punto de romanticismo que salva su vida. Un abrazo

lanochedemedianoche dijo...

Qué historia tan atrayente y tan verdadera, al final siempre hay cosas que se parece a tu cuento María Rosa, buenísima amiga.
Abrazo

J.P. Alexander dijo...

Genial relato te mando un beso.

Elda dijo...

Preciosa historia con un final un tanto triste. Y desde luego que debe de haber por el mundo cantidad de Ángelos que al final, lo pierden todo porque no se conforman con lo que en un principio tienen.
Una historia muy interesante María Rosa y tan bien escrita como es tu característica.
Como siempre un placer envolverse en tus letras.
Un abrazo y buena semana.

Mª Jesús Muñoz dijo...

María Rosa, consigues que veamos las imagenes y escuchemos la voz de quien cuenta la historia. Le has dado gran realismo y cercanía a los hechos. La vida da muchas vueltas y a veces nuevas oportunidades. Después el tiempo convierte el recuerdo en pura leyenda.
Mi felicitación por lo bien que has escrito esta historia, amiga.
Mi abrazo y mi ánimo siempre.

Margarita HP dijo...

Una historia de amor desamor y paso del tiempo con segundas oportunidades, o así quiero verlo. Qué buena historia amiga mía. Me encanta. Besos :D

Enca Gálvez dijo...

Una historia que bien podría convertirse en una novela, no has pensado en ello? pues yo te animo que lo hagas, las musas de la inspiración están de tu lado, no las deje escapar!
un abrazo.

Laura. M dijo...

Leyéndote imagimanos las personas que creas amiga. Muchos Ángelos hay por el mundo.
Buen miércoles Mariarosa.
Un abrazo.

Emilio Muñoz dijo...

Excelente relato, María Rosa.

Y la historia... un retrato de la vida misma. Grandezas y miserias. Pero sobre todo, mucho complicarse la vida el ser humano.

Un enorme abrazo!!!

Hada de las Rosas dijo...

Que tal mariarosa!
interesante relato, mira que andadas tenia el abuelito..! a veces cuando veo personas mayores me pregunto como habran sido de jovenes, y mira justo aca encuentro una especie de respuesta... unos pillines! XD
Un beso grande ・ 。
🍎∴。 *
 ・゚*。🍑・
  ・ *゚。   *
  ・ ゚*。・゚🍊。
   🍇・。°*. ゚
*  ゚。·*・。 ゚*
   ゚ *.。🍋。🍒 ・
  * 🍐 。・゚*.。
    * 🍑 ゚・。 * 。
    ・  ゚🍉 。

Sandra Figueroa dijo...

Es la historia de muchos por el mundo. Saludos amiga.

Ernesto. Del blog: "Cayado de sándalo". dijo...

Una historia interesante. Destacan dos cosas a mi modo de ver. La primera las naturales relaciones entre hombre y mujer que mantuvieron mientras ella estuvo casada. La segunda, esta más mundana, las acciones que, das a entender, pudo haber hecho para alcanzar cierto estatus económico.

Y por supuesto, la principal del relato. Volver a encontrarse!

Abrazo Mariarosa.

José A. García dijo...

El dinero siempre tira más que cualquier otra cosa.
Buen relato,

Saludos!
J.

Flor dijo...

No hay cosa más mala en el mundo que un que no a sido rico de cuna
y por avatares de la vida , se vea con dinero y ya ni se acuerde de dónde
salió y cual fueron sus orígenes , un relato muy bueno querida amiga.
Besos de flor.

El Demiurgo de Hurlingham dijo...

Tal vez no haya sido el único objetivo el hacer una fortuna, sino también volver con Mariana. Y eso lo consiguió.
Bien contado.

Lu dijo...

Hola María Rosa
Otro bello relato, cargado de sentimientos, pasiones y dudas.
Raro no lo haya "reconocido" a tu tío abuelo.
Solo podemos barajar hipótesis del motivo por el que no lo quiso saludar.

Como sea, el relato está muy bien narrado y un renglón nos lleva al otro con la avidez de saber que sucede.

Abrazo

Meulen dijo...

Muy interesante este relato
verdad o no tanto, pero es como se tejen muchas riquezas por este tiempo...claro que ahora el descaro es tal que le da lo mismo pregonar su mal hacer sin reparo, porque se ha perdido todo respeto...
la ambición nunca termina...por ella el hombre pierde su honor y muchos valores más y al final a muchos les hace perder la misma vida.

Un abrazo.

Renovar sueños

    Manejaba lentamente, deseaba contemplar cada calle de “Ceibales”, su pueblo de la infancia. Dos o tres casas nuevas la recibieron en...