lunes

El murmullo.


 

Era un canto que no lograba identificar, un murmullo, y no sabía desde dónde llegaba, daba la sensación que brotaba de las paredes. Di vueltas por la casa y en todas las habitaciones vacías, lo escuchaba.

Me pregunté si me estaba volviendo loca.

Regresaron a mi memoria las palabras de mi padre: “El pasado es como un pozo negro, si te acercas demasiado te puede absorber”. Intenté salir y al hacerlo la casa comenzó a cobrar vida, las paredes se cubrieron de cuadros, en la cocina, la mesa y las sillas, los muebles y ese olor  a vainilla de las tortas de mi madre, todo regreso y fue nuevo.

En el parque que rodea la casa, los arbustos habían cubierto parte del césped, la variedad de verde era un llamado a recorrerlo, sobre una de las paredes la enredadera de un jazmín del país florecía  en ramilletes blancos que perfumaban el aire,  me sentí abrazada por esa naturaleza que había crecido sin que nadie cuidara de ella.

¿Qué intentaba la casa?

¿Convencerme de que debía quedarme allí?

Abrí la puerta, salí y mientras cruzaba el jardín, el murmullo creció, identifiqué las voces de mis hermanas cantando aquella vieja canción de nuestra infancia. Era verdad, el pozo negro  intentaba absorberme, cerré la puerta de calle, le puse doble llave y desde la vereda vi que el cartel de venta de la casa, relucía bajo el sol con reflejos que caían sobre él y se elevaban como los rayos de un abanico.

Con una lágrima, dije adiós al ayer, mientras me alejaba, el murmullo de voces se fue perdiendo en la tarde, no quise mirar atrás, ya nada quedaba, solo una casa y sus fantasmas. Apuré el paso, el mundo real me estaba esperando.

 



24 comentarios:

Carlos Augusto Pereyra Martínez dijo...

Despegarnos de espacios, como la casa que, han mellado el alma, resulta difícil, pero cuando es necesario, contra todas saudades, vamos hacia adelante, como un Lot temeroso de volver la mirada. UN abrazo. carlos

Campirela_ dijo...

Las casas donde nos hemos criado guardan esos recueros de sus habitantes, y es más normal de lo que pueda parecer, cuando pasado el tiempo se regresa a ellas, esos murmullos no son conocidos, es como que nos dan la bienvenida, aunque la vida ha de continuar. Un fuerte abrazo, feliz semana.

Anton C. Faya dijo...

Nos dicen o piensan que es facil dar vuelta la pagina. No, seguro que no. Excelente relato, gracias por compartir...

Hada de las Rosas dijo...

Buenas noches mariarosa!
Que tal el fin de semana largo?
me reflejo mucho en la historia de hoy
suelo observar casa antiguas y me gusta imaginar que secretos guardan,
que historias se tejieron en esas casas un poco descascaradas,
me pregunto quien vivira en aquel departamento tan tradicional
iluminado en plena madrugada?
pero especialmente las casas antiguas de nuestra propia vida nos susurran de todo
nos vuelven al presente aquellos anhelos, pasiones, triunfos, caricias, sofocaciones, tedio, hasta las risas suspendidas en el tiempo evocamos!
La casa de nuestra infancia es un tesoro de recuerdos que las arenas del tiempo no pueden borrar.
Genial historia de hoy. Besos.

Ester dijo...

Nada que ver con mis recuerdos. si pudiera regresar a la casa de mi infancia saltibrincaria con mi hermana, olería los bizcochos de mi madre y me divertiría jugando con mi padre.

eli mendez dijo...

Maria Rosa, que bonito relatoooooo
Hay como una amalgama entre aquello que deseamos y lo que nos es impuesto...
Me encanto esa posibilidad de volver a revivir desde la alegria aquellos lindos recuerdos..bienvenido sea ese pasado si nos "absorve desde el corazon "y nos deja algo bien bonito( no todos tienen esa posibilidad!!!
Cerrar la puerta y dejar ir lo asocio con esa frase tan en boga hoy acerca de "soltar".. Yo no se si hay que soltar las cosas lindas y los buenos recuerdos, si bien es cierto que hoy "somos otros", que la vida nos ha cambiado y que por supuesto hay que ir hacia adelante..
Como nos tienes acostumbrados, tus relatos "cobran vida"..Son fabulosos. Abrazo grande y que tengas una semana preciosa!!!

J.P. Alexander dijo...

Lindo relato Uno debe seguir. Te mando un beso

Margarita HP dijo...

Qué bonito escribes María Rosa. No me canso de leerte. Esa recreación de los recuerdos es fantástica. No se si yo hubiese tenido valor de echar la llave, pero desde luego, había que continuar. Besos :D

Susana Moreno dijo...

Es muy duro dejar la casa de tu infancia. Un beso

José Luis Asensi dijo...

Una casa siempre contiene los recuerdos de quienes la habitaron,los recuerdos vivos y vívidos de quienes rieron y lloraron. Allí están filtrados en sus paredes, en sus muebles...y nunca desaparecen, porque esa casa sigue en nuestra mente.
Bonito y nostálgico relato, lleno de recuerdos.
Un abrazo.

Carmen Silza dijo...

Hola María Rosa, la casa de mi infancia y juventud, hace cuatro años se vendió, y cuando salgo a andar, de vez en cuando paso mi calle donde está mi casa, y duele, ya lo creo. Pero debemos seguir adelante, pues ahora tengo otra que hay que cuidar.
Besos amiga.

Rafael dijo...

A veces, los recuerdos son tan profundos y tan fuertes, que nos atrapan y nos hacen vivir la irrealidad.
Un abrazo.

Mª Jesús Muñoz dijo...

María Rosa, tu relato nos hace reflexionar a todos. Recordamos la casa de nuestra infancia, siempre la llevamos en el corazón, es indestructible, amiga. Lo cierto es que no podemos quedarnos anclados en el recuerdo, hay que seguir adelante y la protagonista de tu historia lo siente muy claro, es cierto. No obstante, de vez en cuando es bueno volver para retomar el sentimiento que nos impulsa hacia adelante con esperanza.
Mi abrazo admirado y agradecido por tus buenos relatos, que nos llenan de belleza, amiga.

retazosmios dijo...

Un bellísimo relato que aplaudo María Rosa. Pienso que todos llevamos dentro esos años de nuestra infancia y de nuestra casa. Tantas y tantas historias vividas con nuestro padres y hermanos, es bello recordar aquellos momentos vividos. Esas casas, quedan impregnadas de algo especial que es difícil olvidar, sus paredes, sus puertas y en todas sus estancias, son casas que han tenido mucha vida y amor en su interior.
Un gran abrazo y felicidades por tu buen hacer amiga.

" R y k @ r d o " dijo...

Texto intenso e profundo que me deliciou ler.
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Um dia feliz … abraço
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Pensamentos e Devaneios Poéticos
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Elda dijo...

Preciosa historia, aunque si me pasa a mi, me muero del susto, simplemente con el perfume conocido de algo especial de antaño, pero escrito, y como tú lo haces queda muy hermoso.
Me ha encantado, los recuerdos bonitos siempre son una maravilla, pero sin presencias, :))).
Un placer la lectura.
Un abrazo María Rosa.

Sandra Figueroa dijo...

Fantástico relato amiga, y que triste es dejar ese pasado atrás pero es necesario... Saludos.

Mari-Pi-R dijo...

Como siempre da gusto leerte.
Un cuento misterioso en el que te absorves en él y haces parte del misterio.
Un abrazo.

STARLIGHT dijo...

Que magnifico y fantástico relato, me encanto, te envío un fraternal abrazo desde mi querida Guatemala

Lu dijo...

Otro precioso relato María Rosa.
Hay aromas y sonidos imposibles de olvidar y nos provocan nostalgia.
Y hay decisiones necesarias que tomar, cerrar la puerta y ¡a una nueve etapa!
Aunque siempre recordaremos las ya vividas con amor...o no...

¡Preciosas tus letras María Rosa!
Siempre me da gusto venir a visitarte.

Abrazo

Laura. M dijo...

Ay esos recuerdos que la memoria guarde tambien y nos hace vivir momentos pasados que vemos tan reales. La vida continúa y seguinos adelante. Gran relato amiga.
Buena noche Mariarosa.
Un abrazo.

Meulen dijo...

Seguimos adelante sin olvidar nuestras raíces...a mi me encanta volver a recorrer mi casa antigua.

Te dejo un abrazo.

Ernesto. dijo...

Un relato integrante... Si bien la realidad siempre está al alcance de la mano.

Abrazo Mariarosa.

José A. García dijo...

Fantasmas que heredarán los próximos ocupantes de la casa, sin dudas.
Hay que controlar al pasado, no dejarse controlar por él. Claro que nadie dice que sea fácil.

Saludos,
J.

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