Había escapado
hacía tantos años de su casa, de su
familia, que ya había perdido sus
imágenes, su recuerdo. Ahora el regreso, regreso forzado, lo conectaba de nuevo
con Buenos Aires, sólo le quedaba un compañero de la infancia; Jaime.
Jaime siempre
perfecto y decente, solterón y negado a los afectos, vivía solo en un miserable
departamento de la capital. Conocedor de
la mala vida de Carmelo, hacía mucho tiempo que había cortado la relación con el
que fue su amigo.
Carmelo, desde hacía
veinte años estaba afincado en Brasil. Era un sicario, apañado por amigotes
que, cada vez, que quitaba del medio algún mafioso, ponían sus abogados a su
disposición y conseguía la libertad.
Pero esta vez la
situación había cambiado, los mismos que
ayer lo consideraban un gran tipo, hoy le niegan su protección, en su último trabajo se le fue la mano. Le pidieron
que le diera un susto al hijo de un importante capo mafioso de Río de Janeiro,
pero lo paso a mejor vida. Alguien lo denunció y sus hazañas demasiado audaces,
ya no despiertan admiración, hasta los que creía sus amigos se hicieron a un
lado. La Interpol lo busca, y su refugio era llegar a Buenos Aires y de allí a
una provincia donde no lo conocieran.
Córdoba era el
único lugar donde poder esconderse, hace muchos de años sus padres habían
comprado una casita en un pueblo perdido en las sierras, recordaba que de chico
pasaban allí los veranos. ¿Cómo llegar? Sus documentos, su tarjeta, estaban
vigilados, su celular había quedado en Brasil en el fondo de una zanja, se
estaba manejando con móviles descartables
que usaba una vez y los destruía, y sólo con dinero fresco, nada de tarjetas,
para no dejar pruebas de su presencia, tarde o temprano lo iban a descubrir,
debía adelantarse a ellos.
Estaba acorralado,
no conocía a nadie en Buenos Aires. Alquiló un coche para moverse en la ciudad.
Solo le quedaba una
carta para jugar; Jaime. Es seguro que no lo recibiría en su casa, pero era su
única escapatoria.
Entró en una
telefónica, pidió un plano del gran Buenos Aires y una guía. Buscó el número de
su antiguo amigo. Al escuchar su voz, Jaime lo reconoció e hizo silencio. “Necesito tu
ayuda, le dijo, debo salir de Buenos Aires, quiero dinero para viajar y jamás te vuelvo a molestar, te espero en la
Plaza que esta frente a la estación, a las nueve de la noche”.
Jaime llegó
puntual. Las miradas eran fuego, Carmelo
sonreía de forma burlona, Jaime era de
piedra, desconfiaba, Carmelo se le acercó para tomar el dinero y con una
habilidad de asesino, de un puntazo en el estómago lo dobló en dos, la mirada
de Jaime era una pregunta: ¿Por qué?
El segundo golpe
lo remató. Carmelo lo miro sin pena, luego se inclinó, tomo el dinero, hurgó en
los bolsillos, retiró los documentos, el último suspiro de Jaime se ahogó
dentro de una bolsa negra, Carmelo cargó
el paquete en el baúl del coche. Estudió el mapa. Llegó a la Panamericana y
después de varias horas de andar, abandonó el cuerpo en un descampado, lo dejó sin
muestras de angustia igual que a un trasto viejo.
Dejó el coche en la agencia y desde allí tomó
un taxi rumbo al aeropuerto. Fue directo a los mostradores.
Alguien había
devuelto un pasaje, en apenas dos horas partía un avión rumbo a Córdoba, a la
libertad de vivir sin mirar atrás a cada momento.
Ya en viaje, ver
las luces de Buenos Aires que se perdían a los lejos le resultó un alivio.
Un pueblo
encallado en las sierras cordobesas, con
su aroma a menta y manzanilla, lo estaba esperando, lo que no sabía Carmelo, es
que también la Interpol aguardaba su llegada.
18 comentarios:
Qué historia tan terrible. Un beso
Con la expectancia de los cuentos de suspenso o del género negro. Un abrazo. Carlos
Suspense...
.
Um domingo super feliz
.
Pensamentos e Devaneios Poéticos
.
Siempre mantienen la intriga tus letras hasta el final.
Un abrazo.
Para evitar situaciones como estas corté relación con todos mis conocidos las dos veces que me mudé y mi número no figura en las guías.
Además, nunca se sabe quién puede guardar resentimiento después de tanto tiempo.
Saludos,
J.
Rotundo, frío y claro...Consiguió lo que quería, pero ignoraba lo que le esperaba. El tiempo pone todo en su lugar. Duele la historia por su frialdad, pero al final asoma la justicia.
Mi felicitación por tu maestría, claridad y temple, María Rosa.
Mi abrazo entrañable y agradecido, amiga.
Apa, ahora lo quiero ver! que sorpresa feita se va a llevar, que decision tomara?
Besos gordos, querida mariarosa.
Uy lo dejaste muy interesante ¿que hará ? Te mando un beso
Pues menos mal que, posiblemente lo iban a atrapar. Ese si que era un asesino sin escrúpulos.
Un relato, estilo novela negra que suscita el interés de principio a fin, con ese final inesperado. Muy bueno.
Abrazos y buena semana.
Ay Maria Rosa, de veras que me enganchas a tus escritos que no veas. ¡Qué maravilla! Besos :D
Le has abido imprimir a tu relato, toda la fríalda y la intriga que se desprende de la mirada de Benicio del Toro.
Enhorabuena.
Besos.
Amiga tus relatos sin fabulosos tienes una creatividad admirable, enganchas de principio a fin, me encanto.
Te mando un abrazo con cariño mariarosa y te pido una disculpa por ausentarme de tu blog, ya te extrañaba, poco a poco me estoy reincorporado, abrazos
De principio a fin maravilloso cuento amiga. Como siempre, tu imaginación es genial. Saludos amiga.
Vaya, solo le faltaba a la escritora prolífica tocar el género "negro". Y aquí está, inquietante y magistral. :)))))))
Abrazo Mariarosa.
Hola,
Me ha parecido un excelente relato de principio a fin, y me encantó la ambientación.
Un abrazo,
Great blog
Read my new post
Todo el que la hace al fin tendrá su merecido...
bastante lúgubre el personaje , pero muy parecido a lo que se vivve en muchas partes del mundo latino y más.
Un abrazo.
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