El río y el monte de la piedra, eran las
únicas presencias que recordaba, la piedra era un triangulo natural de color
gris oscuro. El tiempo se había detenido en esa cima con forma de pirámide que
siempre me resultó un misterio. Desde la ventana del primer piso de nuestra vieja
casa, mi niñez se asomaba curiosa y sorprendida.
Mirando la serenidad de la noche, caí en un estado de sueño, de viaje al pasado y
regresó la voz de Joaquina, su imagen fue real. Su piel negra brilló al acercarse
para besar mi mejilla, y su voz me acunó como en la infancia:
“En
ese monte —me decía señalándolo— mis antepasados danzaban y realizaban sus conjuros que a veces cambiaban realidades.”
No entendía el significado de sus palabras,
tampoco ahora les encontraba sentido. La negra me había criado, había sido
madre y confidente, hasta que mi padre regreso a la ciudad y me llevó con él.
Y ahora regresaba el recuerdo y su
presencia.
De pronto, vi en el monte el reflejo de un
fuego, lenguas rojas y amarillas, abriéndose alrededor de la pirámide. Sombras que danzaban,
dando cabriolas en el aire. Presentí a Joaquina a mi lado, como en aquellas
noches de mi niñez, de pie frente a la ventana, mirando hacia el monte y
cantando, casi susurrando y a mi memoria regresó el estribillo; “Dios del fuego dame eternidad, dios del
fuego, fuego, fuego…”
Decidí que debía saber qué era aquello,
debía descubrir si era mi imaginación que creaba las imágenes y el fuego o surgían
reales en la pirámide.
La noche era fresca. Subí el escarpado
sendero que llevaba al monte, un aroma indefinido, cercano al sándalo, perfumaba
el aire, mi corazón latía excitado, por la emoción que provoca lo desconocido.
Escuchaba la canción de Joaquina, las
voces me guiaron.
Al llegar, el monte estaba desnudo, solo
los arbustos y los espinillos me rodeaban, la brisa era helada. No encontré
rastros de personas, ni huellas del
fuego, apoyé mis manos sobre la pirámide y las retiré espantada; quemaba. Era
una brasa sin llama y desde su interior, escuche nítida, la voz del tiempo que susurraba: “Dios del fuego dame eternidad, dios del fuego, fuego, fuego…”.
Presentí la mirada y a la distancia las vi; una niña y
una mujer de piel negra sonreían desde la
ventana de nuestra vieja casa.
24 comentarios:
Genial relato hasta me dio un poquito de miedo. Te mando un beso
Espectacular relato...habrá continuación?
Un cuento maravilloso. Como siempre es un placer pasearse por tus letras. Seguro que si escribieras un libro, se leería con avidez.
Me encantó ese final tan misterioso, fruto de la imaginación de la protagonista, supongo...
Un abrazo María Rosa, y feliz fin de semana.
¡Sensacional!
Qué buen cuento...
Eres una maestra de la tensión, del misterio de lo paranormal. Me ha dado un poco de yuyu...
Te aplaudo.
Un beso grande :)
Un buen relato. Con el añadido de que los "conjuros" se vuelven reales en ocasiones...
Aún sin ser consciente o creer en ellos, el que los pronuncia, en negativo, suele recoger la cosecha en el mismo sentido.
En "positivo", el proceso es mucho menor. Al no ser consciente ni creer en ello, ¡no los utiliza!
De ahí el valle de lágrimas que, en mayor o menor medida, tantos recorren!
Abrazo Mariarosa.
Es magnifico, dominas los cuentos, la forma de ir añadiendo momentos es magistral. Un aplauso y un abrazo
Una historia con mucha magia. Un beso
Genial relato de ritos ancestrales que te hablan en la noche llena de recuerdos.
Las pirámides han sido y son un gran misterio.
Un placer leerte.
Abrazos María Rosa.Feliz fin de semana.
Cuánta magia en esta historia María Rosa. Muy feliz día del libro cariño :D
Que bonito cuento, siempre nos dejas unas buenas entradas donde la imaginación siempre anda suelta y vuela a nuestro alrededor . Gracias amiga por hacernos soñar. Un besote grande.
María Rosa, hemos visto la escena final, ese flashback del pasado, que da cierto escalofrío.
Muy bueno, cómo lo has contado paso a paso, llevándonos hasta el montículo para sentir el calor ardiente de la piedra y las palabras. Tremendo conjuro, amiga.
Mi felicitación y mi abrazo admirado por ese misterio expectante, que tan bien dominas, amiga.
Perdón por el retraso, aunque ha merecido la pena.
Un cierto realismo mágico en ese relato que nos lleva de la mano, con su prosa belle y fluida hasta un final muy poético, misterioso y surrealista.
Besos.
Bien sabes engancharnos a tus cuentos y dejarnos boquiabiertos con tus finales. Gracias
Buen fin de semana Mariarosa. Cuídate.
Un abrazo.
Que hermoso relato amiga, un conjuro muy especial, con esa dosis mística de lo desconocido y ese final tan bello.
Un abrazo, ten un buen fin de semana
Maria Rosa, que maravilloso relato, brillante tu imaginacion. saludos amiga.
Cambiemos la realidad.
Saludos,
J.
Nossa senhora interceda por todos nós dessa pandemia.que todos os dias rezamos o terço para ficarmos mais alimentados na fé e o coração em paz.🙏
Y te digo Mariarosa que da un poquitín de escalofrío el final!!
Excelente relato!
No se si continua, de todas maneras el cierre del relato está bueno pero da para seguir la historia.. Me ha gustado mucho!!! Abrazo grande!
Magnífico relato, María Rosa, se entremezclan la vida, la muerte... en los recuerdos.
Abrazo
Ay, me recorre un frio con esta historia
y eso me encanta, da thriller, da mistica y
eso es relajante.
Muchos besos.
Excelente corto relato, me ha generado una mezcla de sensaciones, ojala que haya continuacion!
Hola Rosa , un relato con intriga , misterio y emoción me a gustado mucho
digo yo que habrá una segunda parte no?
Besos de flor la del baúl de mis libros y juguetes.
Una historia / cuento muy bien escrito. Empecé a leer y la escritura fluida me unió a cada línea. Parece ser un contacto nacido de la imaginación o de un sueño, que, contado, funcionó muy bien.
Creo que hay un seguimiento.
Realmente me gustó tu blog. Yo era un seguidor
.
Saludos poéticos
.
Pensamientos poéticos y ensueños
.
Lo observo desde la mítica y lo legendario. Un abrazo. Carlos
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