Despertó empapada en sudor, le dolía
cada articulación, cada hueso. Intentó levantarse y no pudo, todo parecía girar
en la habitación.
Se sentó al borde de la cama, y al
desperezarse la vio: una mancha oscura, en la manga de su bata azul. Curioso:
se había quedado dormida con la bata puesta.
Miró sus manos, también manchadas de
rojo.
Corrió a la pileta del baño. Se lavó,
una y otra vez, restregó el cepillo por su piel mientras se esforzaba en
recordar. No, no lograba hilvanar sus pensamientos. Algo había sucedido, pero… ¿qué?
Se miró en
el espejo, su imagen la asustó, ojerosa, pálida.
Fue a la
cocina a prepararse un café con leche. Aparecieron
imágenes, golpes de luz.
La discusión
con él, sus palabras ofensivas al decirle que estaba cansado de ella, de su mal
humor, de su gordura. Cuando le dijo que
se iba, que otra mujer lo había enamorado, comprendió que su mundo se hacía
añicos. Lloró, lloró sin control. Y él la miraba impasible, casi con burla, sin
decir una palabra hasta que salió dando un portazo.
Ella quedó
de pie, mirando la puerta cerrada, ahogada de dolor y llanto. Un calor le subió
por el cuerpo y pareció cerrarse en su garganta.
Se recordó hurgando entre las cosas y
los papeles de su marido. Abría y cerraba cajones. Buscaba un indicio, un
nombre. No lo halló. A punto de darse por vencida, encontró la foto en el
bolsillo interior de su saco y leyó la dedicatoria del reverso. Eran las
palabras de una mujer enamorada. La reconoció: la rubia del 5C .
Era hermosa y muy joven.
¿Y después?
¿Qué había sucedido después?
Ella salió,
recordó el pasillo y el ascensor, como a través de una bruma, o un sueño.
Después, una
risa burlona y sus manos cerrándose como garras. Nada más. Y el recuerdo la estremeció.
Tomó el café con leche amargo, se sintió
mejor. Yendo a su cuarto se quitó la bata, la hizo un bollo, la llevó al baño.
Notó algo frío en el bolsillo: una
navaja. Su padre se la había regalado años atrás. ¿Qué hacía ahí?
Comenzó a transpirar, un temblor la
recorría, no lograba controlar sus manos. Se sentó. Respiró hondo y
pausadamente. El timbre del departamento la sobresaltó. Se puso una bata blanca
y se aliso el pelo.
Miró por el
visillo de la puerta y encontró la cara del portero. Abrió. Ramón y un policía, con cara de pocos amigos, la saludaron.
—Necesito
hacerle algunas preguntas —dijo el policía con tono inquisidor y mostrando una
credencial—. ¿Quiere responder?
—Adelante
—ella los hizo pasar, mientras ignoraba la mirada tonta del portero que la
recorría de arriba a abajo—. ¿Qué quiere saber?
— ¿Oyó algún
ruido extraño durante la noche, señora?
Ella se
cerró el cuello de la bata.
—No… no
escuché nada.
— ¿Recibió
algún llamado en su puerta?
—No
entiendo.
—Digo —el
policía se mostró impaciente, y Ramón soltó una risita estúpida—, digo si no la
llamaron o le tocaron el timbre.
— ¿De qué se
trata?
—Queremos
saber si usted escuchó o vio algo.
—No. ¿Pero
que sucedió?
—No la
podemos informar —respondió el policía—. Estamos investigando ¿Vive sola?
—Con mi
esposo, pero él se fue a trabajar muy temprano. ¿Qué pasa?
El agente la
miraba a los ojos: buscaba en ella nuevas dudas, temor.
Viendo que
no quedaba nada por preguntar, se retiraron. Desde el recodo del pasillo, el
policía se dio vuelta y le preguntó, señalando su bata:
— ¿Tiene una
bata azul?
—No
—mintió—. ¿Por qué?
—Por nada.
Ahora los
temblores se acentuaron. Sudaba, las imágenes volvían como si alguien pasara
una película ante sus ojos.
Su mano
empuñando la navaja.
Un grito
ahogado.
El ruido de
un cuerpo al caer. Algunos gemidos, luego nada, sólo su respiración agitada.
Luego el
silencio. Entonces comprendió.
Se dio una
ducha caliente. Se vistió. Se miró al espejo, con maquillaje borro las ojeras.
Al mirar
aquello, supo que debía hacerlo desaparecer antes de que su esposo regresara.
En un rincón
del baño, arrugada como un desecho, estaba la bata azul.
Este cuento ya fue publicado hace varios años. Es uno de mis preferidos, hoy lo vuelvo a editar, para muchos sera nuevo.
mariarosa.
23 comentarios:
Tremenda pesadilla con ese final...
Un abrazo.
Para mi es nuevo y te lo agradezco , desde luego esta genial , la trama a pesar de tener un tiempo es latente los celos siempre están a la oren del día ..,
Un abrazo fuerte y genial entrada ..
No se ha quedado trasnochada, la entrada sigue vigente y es buenisima, los celos, y la noche desordenando los pensamientos. Abrazos
Maravilloso chica hermoso divino....No sabía que escribías así.Un estilo que me encanta impecable y la maravilla de tu imaginación que tiene magias escondidas, para cuando quieras usarlas
Mil abrazos y un brindis por vos y tu texto
Genial cuento te mando un beso y buen fin de semana
Tremenda historia la de hoy, aveces, por celos se comenten malas acciones, un gusto leerte amiga, saludos.
Ufff, que intensidad,... es como una tormenta que se acerca en el horizonte. Enhorabuena!
Es nuevo para mi y es estupendo que lo hayas editado. Es emocionante e intenso y escrito con el estilo tan especial que le imprimes a las historias siempre tan bien escritas, y que desde luego a mi particularmente me encantan leer.
Felicitaciones M.Rosa. Un abrazo.
¡Hola María Rosa! Para mí es nuevo, y ¡me ha encantado! Eres una maestra del suspense. ¡Me encanta leerte!
Muchos besos cariño :D
Excelente forma de narrarlo, creaste una gran intriga hasta el final. Pensé que el muerto era el marido, la venganza fue más tremenda.
Hiciste bien en publicarlo nuevamente, Mariarosa.
Un abrazo.
Los cuentos más relevantes en el género del suspenso, son los que dejan dudas de los hechos. UN abrazo. Carlos
Lo he disfrutado mucho. Me gusta cuando se trata lo psíquico.
Mil besitos, Rosa ❤️
Muy impresionante. Un beso
Una genialidad de tu pluma que guia tus letras, me encanto.
Abrazo
Tampoco conocía tu relato de suspense y dentro del género negro, con una parte dialogada que la encuentro extraordinaria y que le infiere acción y ayuda a visualizar la escena.
Te felicito por tu buena narrativa y agradezco que te hayas decidido a compartirlo nuevamente.
Saludos, estimada Mariarosa.
Que gran relato, me atrapó por completo... me imaginé viviendo la escena.
Gracias por compartir!
saludos
Nunca lo había leído.
Intenso hasta el final. Como siempre una maestra en el arte del suspenso y las intrigas.
Me encantó Mariarosa.
Un abrazo grande.
Un gran relato...la vida a veces así es de fatal y demencial.
Un abrazo.
Hiciste bien en publicarlo, porque está bien escrito.
Un abrazo.
Vayaaaa me gustan estas intrigas hasta el final. Bien por el género negro.
Me ha encantado.
Buen fin de semana.
Un abrazo
Pues sigue conservando el misterio y el buen hacer de siempre... Como las buenas obras en literatura. O el buen vino. :)))))
Abrazo Mariarosa.
Me ha encantado este cuento de intrigas y desamor, no te lo conocía. La desesperación nos lleva hasta cosas insospechadas.
Abrazos
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