Manejaba lento, al llegar
a la Panamericana, tomó un desvío, la Clínica estaba cerca.
Entró con andar inseguro, un temblor le recorría el
cuerpo. El ascensor la dejó en el tercer piso. Buscó la sala.
En la última cama, cercana
al ventanal lo encontró. Los anteojos sobre la nariz y la vista perdida en un
libro, Alberto leía o jugaba a leer.
—Hola Alberto —dijo muy
suave.
Se miraron, ninguno de
los dos pudo evitar la emoción, luego Alberto sonrió y entonó suavecito:
—“Princesita
linda de marfil, dueña de mi sueño juvenil…”
Ella movió la cabeza en
un gesto indefinido.
La emocionó el saludo de otros tiempos. Se abrazaron. Cuantos
años habían pasado…veinte…o más. Alberto se aferró a sus manos y le preguntó:
—¿Cómo llegaste hasta acá,
quién te aviso?
—Tus amigos me dijeron
que estabas algo tristón y que mi visita
te haría bien…
Le hizo un lugar en el
borde de la cama y ella se sentó, él fue
hilvanando con palabras lentas, el motivo de su internación.
—Me pasé de la raya
Marga y este es el resultado. Tengo una anemia crónica y no sé cómo voy a salir
de esta. Pero contame de vos… ¿Seguís con el abogado?
—No.
La mirada de Alberto se
iluminó.
—Menos mal, no te
merecía—y volvió a cantar— “Es un niño
bien pretencioso y engrupido”.
Marga soltó la risa, él no podía con su genio, estar a su
lado era volver el tiempo atrás.
—¿A todo le seguís
poniendo letra de tango?
—Y si soy cantor de
tango, ¿qué querés que le ponga letra de cumbia?
Rieron juntos. Hablaron
de los amigos, de la familia, de los viejos vecinos del barrio, y llegó el
tema. Ellos. Él volvió a tomar sus manos y le dijo con voz quebrada:
—En aquellos años
cuando estábamos juntos, todo era diferente para mí, Buenos Aires tenía otro
color, el barrio perdía sus paredes despintadas, sus calles rotas y hasta el sol
iluminaba más, era el amor que lo pintaba todo y nos hacía ver la vida a través
de su limpio cristal. Lo nuestro fue un
amor a pura locura y pasión. ¿Te acordás?
Y mi vida disipada, terminó por alejarnos, pero fue amor real Marga, muy real...
De pronto Alberto le
beso las manos y le dijo:
—Tengo ganas de salir
pronto de acá, hace unos meses encontré un fulano que presenta espectáculos de
tango y cuando le dije que había cantado con los muchachos de D’Arienzo abrió
los ojos entusiasmado, me habló de un contrato para cantar en el verano en Mar del Plata, sería
sólo en la temporada, el resto del año descansaría, falta arreglar algunos
detalles, es seguro que se me va a dar... se me tiene que dar.
Marga lo escuchaba con
un nudo en la garganta, sólo podía sonreír, mientras él hablaba entusiasmado de
sus proyectos.
Tras los
cristales, la tarde se fugaba con
un manto oscuro con pinceladas de rojo en el horizonte, ella se acercó al
ventanal y mirando hacia la calle, le dijo:
—Me tengo que ir
Alberto...
Le dolía tener que
irse, quería quedarse a su lado, pero los amigos habían sido
sinceros; “Te necesita, pero no te quedes mucho tiempo, la emoción puede
hacerle mal y su corazón está débil.”
—¿Vas a volver Marga?—preguntó
con voz turbada.
Ella se volvió e intentando sonreír, le dijo:
—Sí, la próxima semana…
Le dio un beso de
despedida, suavecito en la mejilla.
—Chau Alberto.
—Marga…si salgo de
está, me vas a dar otra oportunidad…
Respondió con un
afirmativo movimiento de cabeza, no podía hablar, el nudo en la garganta la
estaba ahogando y no quería que la viera
llorar, agitó la mano en señal de saludo y salió.
Mientras caminaba hacia
el ascensor lo escuchó cantar: “No habrá
ninguna igual, no habrá ninguna, ninguna con tu piel y con tu voz, tu piel
magnolia que mojó la luna…”
Tangos:
“Pregonera” de De Angelis y Rótulo.
“Niño
bien” de Collazo y Soliño.
“Ninguna”
de Manzi y Siro.
20 comentarios:
Que bella historias , esperemos que no sea muy tarde para él y vuelvan a estar juntos de nuevo , te deseo una feliz tarde amiga mía besos de Flor.
Un bonito relato... Felicidades.
Un abrazo.
que belleza!! gracias por compartirlo, gracias!! saludosbuhos
Esta es una historia encantadora, llena de ternura y de un sentimiento tan humano como es el amor cuando es sincero. Ha sido un ploacer su lectura. Un abrazo.
Esta puerta se abrió para tu paso.
Este piano tembló con tu canción.
Esta mesa, este espejo y estos cuadros
guardan ecos del eco de tu voz. Aparentemente Manzi se lo dedico a la cantante de tango Nelly Omar, Una hermosa letra. Un abrazo
Muy bueno, María Rosa...Cuando el amor es auténtico, persiste y se eterniza en el tiempo.La llama no se apaga y se renueva constantemente...Mi felicitación por esta belleza, amiga.
Mi abrazo y mi cariño
Me ha gustado mucho el relato.Esperemos que salga de ésta y pueda empezar una nueva vida al lado de su amada.
Un abrazo Mariarosa
Es una historia preciosa repleta de tango y esperanzas. Me ha emocionado, es magnífica.
Muchos besos de otra Marga distinta, pero igual de emocionada que la del relato. :D
Un relato excelente de pasajes de la vida que se dan con frecuencia...
Unos detalles muy bien descritos, unas emociones bien plasmadas en las que, muchos tal vez, se sientan identificados...
Una historia de calidad humana.
Abrazo Mariarosa.
Aunque Alberto esté delicado, la visita de Marga lo llenó de estímulos, de proyectos, de ganas de vivir... y esas emociones tienen su poder curativo.
Lo desarrollaste con una gran ternura, muy bueno, Mariarosa.
Besos.
Que bello relato...me a gustado mucho leerlo...saludos
Tus escritos como siempre son preciosos, uno se pasa un buen rato leyéndolos, que tengas un feliz fin de semana bailando el tango.
entremezclar parte de las canciones y el contexto del relato hacen un trabajo no solo evocador de cierta época sino transversal en emociones
felicidades Maríarosa
abrazos
Mi querida escritora,..un verdadero placer leer un cuento de tu autoría...Tal vez lo hayas escrito como componiendo un tango,... como Cadícamo o Discépolo. Con la misma sensaciòn de aquellos, pero con la impronta de tu punto de vista. Tierno, mas blando que el agua...todo recuerdo que nace de un olvido....Y en el gris de unas tarde de cielo celeste afuera. pudiste resaltar el rojizo entorno de un atardecer en el día y en la vida de ese cantor de tango. Deja un sentido sabor amargo , en la sensación de ausencia que hay entre los dos....y en tímida aceptaciòn de la mujer...Ojo,...hasta parece una historia real...con un final de bandoneones y patio de malvones.... Muy bueno. Atentos saludos.jUAN ÁNGEL PETTA
La ilusión es lo anteúltimo que se pierde...
Dudo de, encontrándome en una situación similar, alguien viniera a verme.
Saludos,
J.
Que hermosa entrada Me llevaste de la mano con tu escrito y pude ver cada uno de los momentos de dos que tuvieron algo en común en un pasado cercano
Bello ....
Te felicito
un abrazo
inmenso
Uy me encnato por un momento hasta oí la música
Hola,
Que bonita y triste historia a la vez, esas son las que me encantan. Cortitas, que parecen sencillas al inicio pero terminan cargadas de sentimiento.
Gracias =)
Muy emotiva forma que describes el sentimiento, emociona
lleno de fuerza , de esa sensibilidad que se siente...
besos.
Ojlá puedan volver a estar juntos... lo merecen.
Un abrazo.
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