domingo

La mujer de la Plaza





Hoy no hay cuento, París y la torre Eiffel son la historia. Una mujer bajo la lluvia. Frente a ella la torre, y cuatro personajes que la miran y piensan, cada uno según su ver.




Luis (empleado).
Pensé que era una más de las turistas que caminaban por los jardines de Luxemburgo, al observarla detenidamente comprobé que era diferente, algo en la desconocida, casi diría un sello de distinción, la elevaba del común, ella se deslizaba bajo la lluvia con un paraguas negro, de pronto se detuvo y quedó con la mirada clavada en la Torre de Paris. La llovizna dibujaba sobre las baldosas de  cuadros marrones, un inmenso espejo de agua, reflejando la figura de la mujer y de la torre Eiffel, una al lado de la otra, aunque en realidad las separaba  una gran distancia, allí se las veía juntas, alargándose, en un efecto elástico. ¿Qué puede motivar a una mujer hermosa, quedarse quieta mirando la torre y sin dejar de llorar? ¿Recordaría algún encuentro amoroso? No lo pude saber, pero emocionaba su imagen solitaria en medio de la plaza, tal vez sufriendo por un amor  del que se despidió en una tarde de lluvia igual a está… puede ser, en París todo puede suceder.



Sergio (Gerente de una editorial).
Hoy pude salir antes de la editorial y decidí, a pesar de la lluvia,  recorrer los jardines y las plazas de París. Cuántos  paraguas de  colores, bebiéndose la niebla que cubre la tarde y le da a las calles una pintura especial, por momento me recuerda a las viejas películas  en blanco y negro, aquellas  de la década del treinta, románticas y lejanas. La torre Eiffel apenas se vislumbra, pero los turistas o los que como yo viven aquí, nos quedamos en la plaza a disfrutarla. A lo lejos los arboles y los edificios son fantasmas quietos que nos miran. Que bella es esta ciudad, con su enorme torre a la que los visitantes admiran. ¿Qué tendrá que a todos hipnotiza, ese monstruo de hierro y luces? 
Hay una mujer a mi lado que mira la torre y llora, cuántos misterios guarda el alma humana. En esta ciudad, cada ser, es un mundo de posibilidades de todo tipo. Me recuerda a alguien, parece el personaje de una novela de amor ¿Y si la invitó a tomar un café? Es hermosa. La podría invitar a ver el atardecer sobre el Sena, o a caminar por alguna de esas callecitas que  dan para un romance, algo sin importancia, una salida, un beso y tal vez una noche de amor en París… “Siempre nos quedara París”.(1)


(1)Frase final de la película “Casablanca”


Ana (Florista).
No he vendido ni una rosa, a nadie le interesan las flores en este otoño lluvioso, hace días que la ciudad es un gris monumento a la tristeza. Odio Paris y pensar que llegué con tantas ilusiones de las que  sólo me queda un cansancio añejo en los huesos. ¿Y aquella mujer del paraguas negro, por qué estará llorando?  Es bella,  lleva ropa abrigada, no como yo que apenas me cubro con una capa de nailon, ella muestra demasiada melancolía, bah… hay gente que de todo se queja y por todo llora. Se ha quedado quieta bajo la lluvia y a pesar del paraguas, el viento con sus ráfagas la debe mojar, pero no se mueve. ¿Estará esperando a alguien? ¿Y si le ofrezco mis rosas? Al menos venderé algo y mi día no habrá sido en vano. Tal vez es una prostituta esperando a un cliente, Paris está poblado de mujeres que se ganan la vida vendiéndose por unos Euros, esta no tiene el tipo de los bajos fondos, pero, quién sabe… Sigue llorando, no, no puede ser una mujer de la vida, yo las conozco, las veo a diario, llevan un sello de vulgaridad y esta, muestra algo que la distingue más allá de su elegancia, seguramente es una tonta que llora por amor.




Martina (Estudiante)
La lluvia es suave, una caricia fría estremeciéndome y pintando a París con un tono dorado, seguramente es el reflejo del sol apenas visible que le da esa tonalidad y desde la plaza, puedo abarcar el horizonte y la niebla lejana que envuelve con su abrazo  la ciudad. Cierro los ojos y vuelo sobre las nubes y recuerdo otra París, tan lejana, aquella de la que mi abuela  hablaba, tan bella y colmada de momentos felices… hoy las dos son un recuerdo.
Hay una mujer parada en la plaza con un paraguas negro, mirando la torre Eiffel. ¿Quién sabe a qué mundo fantástico vuela su imaginación? No se mueve, es una  estatua más de las tantas que hay en París, parece parte  del paisaje, tan  solitaria y elegante como la torre que admiran sus ojos, ahora se aleja, no lo puedo creer. Algo en ella me recuerda a la Maga, aquel personaje de Cortázar ¿Sera  producto de un espejismo? la estoy viendo desvanecerse entre la bruma… desapareció. Solo ha quedado grabada en mi retina como una fotografía, ¿será otra de las magias de París? ¿Sería en realidad La Maga? Cada nuevo día me sorprende y creo que aquella ciudad de la que hablaba mi abuela, sigue viva, aquí y ahora.



    

22 comentarios:

JAVIER PACO Y EL LOCO dijo...

Todos miran , la juzgan, piensan , pero nadie se acerca a hablarle, por eso llora.
Porque esta sola , y en Paris, y llueve ,y nadie le da un beso, ni la invita un cafe.
Quizas deberia haberse hecho de uno de esos sition de internete "dating" asi son los tiempos que vivimos ,solitarios. Muy lindo relato

Elda dijo...

Que original, cuatro puntos de vista muy diferentes, y desde luego muy acertados podían ser, aunque Martina ha dejado con su pensamiento, un halo de misterio.
Genial como siempre M. Rosa, esa imaginación te funciona a las mil maravillas y lo mejor, lo bien que lo desarrollas.
Me ha encantado este detalle: "bebiéndose la niebla".
Un placer la lectura.
Un abrazo y buena semana.

J.P. Alexander dijo...

Uy me dejaste encantada pusiste varios puntos de vista a un suceso te quedo genial y me quede con la curiosidad de saber ¿ quien es la mujer y por que llora? Te mando un beso

Margarita HP dijo...

Guau María Rosa, que juego más hermoso. Cada uno opinando, cada uno creando una historia, una fantasía que puede o no acercarse a la realidad. ¿Terminará alguno de ellos acercándose finalmente? La vida es así, a veces somos espectadores que apreciamos lo que nuestro corazón nos dicta en ese momento.

Muchos besos :D

Mirella S. dijo...

Me encantó Mariarosa. Con tu prosa poética nos mostraste cuatro miradas sobre París y sobre esa mujer misteriosa parada delante de la Torre. Muy bien eligido ese final en homenaje a Cortázar, realacionándola con la Maga de Rayuela.
Te felicito.
Un gran abrazo.

TIGUAZ dijo...

Es muy bello Maria Rosa, solo un pero, la lluvia en Paris no moja, riega con su chapoteo el alma de los poetas. Gracias por dejarnos disfrutar de tus creaciones Desde Galicia mi cariño

Carlos Augusto Pereyra Martínez dijo...

Desde el comienzo asumí que podía tener esta mujer, el alma de Maga. Cuántas especulaciones pueden darse alrededor de una mujer solitaria al lado de un monumento emblemático. UN abrazo. Carlos

El Baile de Norte dijo...

...Horario Oliveira y la Maga, personajes que protagonizaron un exilio lleno de amor, encuentros, desencuentros y un constante deseo de libertad...
Hermosa entrada!

Kasioles dijo...

Siempre París será un foco de inspiración, contemplar sus avenidas, sus monumentos y ese ambiente bohemio que le caracteriza, hace que escribas de la manera que lo haces, sabes que siempre es un placer leerte, cada una de las versiones de tu relato engancha.
Gracias por ese abrazo, dejo otro para ti.
kasioles

Meulen dijo...

Miradas distintas, diversas
como diversos somos los seres humanos y a veces ligero o graves de pensamiento...
ulucrubrar a veces no es tan malo, pero quizás si se hace con mala intención ya pasa a ser otra cosa...
quien sabe quien tendrá la versión correcta

solo el autor ...tal vez

Besos.

El Demiurgo de Hurlingham dijo...

¿Quien es esa mujer que llora, bajo la lluvia, como si el clima la acompañara en sus lágrimas?
Tal vez sería bueno que alguien la invitara. ¿Será La Maga o una mujer como La Maga?
Que intriga dejaste.
Un abrazo.

Franziska dijo...

Parece que la mayoría de las reflexiones sobre la dama solitaria que llora de un modo tan evidente que todo el mundo se da cuenta, es que lo hace, seguramente, por un amor perdido. Lo sorprendente es la reflexión final, alguien la ha convertido en una maga y es que, esto es lo insólito, ha desaparecido. Muy buen relato. Me gustó mucho. Ha sido un auténtico placer leerte porque eres muy ingeniosa en el final de tus historias.

Un abrazo. Franziska

Abuela Ciber dijo...

Gratisimo leerte
Pero ninguno se acerca
Los sollozos merecen se acunados
Cariños

Sara O. Durán dijo...

Hay que llorar con elegancia en público, nunca sabemos cuántos nos estén mirando y hay que lucir el sufrimiento con estilo, jajajaja.
Un beso.

Maru dijo...

Fantástica imaginación que puede recrear las diferentes percepciones de una misma situación. Muy original, me ha encantado. Un abrazo!!

buhoevanescente dijo...

hola! excelente relato que nos va llevando a esperar que sucede a continuación, bella imagen! gracias, saludosbuhos.

Luján Fraix dijo...

Hola María Rosa
Así somos los seres humanos, hacemos conjeturas y muchas veces nos equivocamos. Me ha encantado porque recreas personajes y su lado psicológico que a mi en general me atrapa, me gusta... Lo hago con los personajes de mis novelas y con otros también.
Excelente.
Un beso querida amiga y gracias por apoyarme con mi novela.

Rafa Hernández dijo...

Como se suele decir cada uno a su bola, pero expectantes observando ese maravilla.

Besos.

Anónimo dijo...

O lala..!!SI que has pulido tu pluma querida María Rosa....Tu "mise en scene " en cuatro entregas,. es simplemente a mi modesto parecer "UNA GENIALIDAD" Tu me conoces y sabes que no regalo nada en las críticas....Pero esto me ha llegado muy dentro. ha calado muy profundo en mi intelecto....¿quieres que te diga que es bueno....¡¡NO!! en este caso es insuficiente.....esto es superior....es como el broche de oro de una arquitectura poética. Una sola palabra lo define.---"SUBLIME" mis respetos mi queridísima amiga...JUAN ANGEL PETTA

carmen estany dijo...

Hola Mariarosa.He leído con mucha atención tu relato y me ha parecido genial.
Todos opinan sobre la mujer que llora,pero ninguno tiene la delicadeza de acercase a ella para preguntar que le pasa y ofrecerle su ayuda.Un relato para reflexionar sobre el sentimiento del amor al prójimo.
Hace días que no puedo comentar ni publicar porque me ha surgido un trabajo que me absorbe y, como bien sabes,para escribir se necesita tiempo y concentración.Siempre que pueda entrare a leer tus intrigantes relatos y comentare.
Te mando un fuerte abrazo
Carmen

Mª Jesús Muñoz dijo...

Realmente hermoso y mágico, María Rosa...Cada cual nos muestra su visión y su alma, mientras contempla a esa mujer que llora, quieta, mirando la torre...Y es que no estamos solos, la vida nos mira y siente nuestra tristeza y nuestra alegría, aunque a veces nos sintamos ignorados...Esa mujer expande sus lágrimas, como la lluvia, y todos las recogen y reflexionan. De alguna manera se sienten unidos a ella bajo el mismo cielo, aportando su perspectiva que nos enriquece a todos.
Mi felicitación por tu maestría y buen hacer, amiga.
Mi abrazo y mi cariño siempre, María Rosa.

Ernesto. dijo...

Cuatro relatos de interés. Cuatro visiones sobre un determinado objeto. Un fondo común, una ciudad, un monumento... Las cuatro visiones imaginadas, una autora, detallan aspectos de vida natural.

Un abrazo, Mariarosa.

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