Nací en un barrio-campo, entre el verde
de la alfalfa y calles de tierra, con mariposas mañaneras y luciérnagas nocturnas,
donde dormir la siesta era un castigo, que me obligaba a escapar en silencio y
buscar la sombra del nogal, llevando un libro
de Brontë o de Alcott, amigas fieles de esos días, en que desmigaba bizcochos
de vainilla o rosquitas de miel, donde el miedo no existía y hasta la avispas
zumbonas eran amigas.
Tiempo de infancia, con la cara al cielo, perdida en los
atardeceres, bebiendo nubes creadoras de
pájaros o perfiles extraños que jugaban con mi asombro. Y cuando el sol
incendiaba el horizonte, fantaseaba con plasmar la imagen en la mejor pintura
de mi vida.
Hoy pinto con palabras, lo que veo y
sueño, entre retazos que la vida me dejó para el recuerdo y rescato imágenes del
país de las ilusiones perdidas, donde viven duendes de ojos enormes y largos sombreros;
que me siguen habitando a pesar de los años.
¿Qué haba sido de aquel granado de
frutos rojos que destilaba sangre en cada bocado? ¿O aquel damasco de enormes frutas, doradas como el
sol y pulpa de miel sedosa como un beso?
Creo que los momentos vividos, son más importantes al evocarlos, que lo que fueron en la realidad de su instante.
Si cierro los ojos, los veo, pero al abrirlos el sonido de los telares me dice que ya no están, y que una fábrica ha cubierto todo el paisaje, que sólo
queda la memoria de la felicidad vivida y que la vida es un círculo que sigue
rodando y no hay vuelta atrás.
23 comentarios:
Oh María Rosa, qué de recuerdos hermosos que además, son realmente similares a mis propios recuerdos... sobre todo el de escapar a la hora de la siesta, libro en mano y adentrarme en mi propio mundo.
Muchos besos :D
Me has hecho vivir aquellos momentos. Un beso.
Retazos de una infancia inolvidable.
Un abrazo.
Cuántos nos sentimos así. Observando espacios que nos aportaron tanta felicidad y ahora los han cubierto de cemento, asfalto y más modernismos del nuevo siglo.
Gracias por trasladarme a esa siesta de silencios e inquietudes.
Mónica
Preciosos recuerdos que quedan grabados en la memoria y permanecen como una reliquia para hacernos soñar. Al paso de tiempo el paisaje cambia y hace que se añore esos retazos de un tiempo tan feliz…
Un cálido abrazo María Rosa
Olá, Maria Rosa!
Bela crônica a tua, contando essa fase tão boa da vida, a infância, quando vivias num bairro calmo, em meio às árvores, para onde ia com os seus livros, gozar da leitura e dessa calma. Tempos bons!
Um abraço.
Pedro
Amiga, la tuya es una de las evocaciones de la infancia más pintoresca y bella que he leído. No sabes cuanto me identifico con todo lo que narrás, más allá de la diferencia de paisajes, la esencia es la misma. Y la nostálgica tristeza de lo que ya no es, también.
Aseguro que me emocionaste y le diste color a mi día.
Un beso grande.
No hay fábrica ni ausencia que tenga la fuerza suficiente para borrar los recuerdos.
Es cierto que vivimos siempre el presente sin darnos cuenta exacta de lo que pasa a nuestro alrededor pero la experiencia es como el oro, no pierde sino que gana valor con el paso del tiempo. Los recuerdos son un tesoro. Precioso relato, aamiga mía. Me encantó que lo compartieras. Un abrazo. Franziska
Nacimos… en un barrio así, muchos!
Menos lo del libro creo que lo suscribiríamos muchos también… Cada quien con su sustituto!
También había granados. Y si sustituimos el damasco por higueras, perales, parras de uvas y otros cabría decir que un lugar no es tan diferente a otros. Como no diferentes fuimos/son los niños de ayer y hoy.
“Creo que los momentos vividos, son más importantes al evocarlos, que lo que fueron en la realidad de su instante.”
Estas palabras encierran un algo que puedo comprender…, pero compartirlas sería intentar matizarlas. Y no creo que sea necesario pues en el fondo sabemos lo mismo...
Abrazos, Mariarosa.
Qué bonitos recuerdos Maria Rosa, melancólicos, como casi todas las añoranzas. Siempre encantadaa de pasar por este tu rincón de las letras. Un abrazo.
Elbaul de los recuerdos....Que bello el poder disfrutarlos. Como siempre una delicia el leerte. Recibe todo mi cariño y la gran admiración que te profeso Desde Galícia un abrazo
Bello texto de prosa poética. Cuánta nostalgia se nos viene encima, cuando el tiempo y la modernidad arrasan con los espacios y lugares, que fueron vivencia de la niñez y la pubertad. Me han ensalmado las fibras de este texto. Un beso. carlos
Siempre brotará una brizna de hierba , una flor entre el asfalto
que nos invite a recordar , `por suerte el alma es libre y ahí en el instante de la memoria evoca y revive momentos tan lindos como el que tu describes
Un abrazo desde este lado a tu orilla
Cómo comparto esa reflexión sobre los recuerdos. Tal vez porque no valoramos suficientemente las cosas hasta que las perdemos. Solo entonces nos hacemos plenamente consciente de su belleza, y de la dicha que se nos fue con ellos.
Feliz tarde
Bisous
Los recuerdos siempre son más bonitos de lo que fue la realidad del pasado.
Feliz fin de semana.
Un abrazo.
las cosas felcies de nuestro pasado
son las que nos hacen seguir adelante y avanzando
y sobretodo valorando lo mejor de cada uno.
abrazos.
En medio del rompecabezas de la vida, esos retazos son aquellos que la llenan de color...
Paz&Hermandad
Isaac
Allí me encuentro ahora, bajo un cielo luminoso entre la hierva fresca, escuchando a mi madre decirme que tengo que dormir la siesta, me encantó, María rosa.
Abrazo
Pero esa fabrica que ahora existe -en el lugar donde viviste hermosos recuerdos- no podrá extirpar de tu memoria lo bello que aprendiste y viviste allí. Yo también años atrás regresé al lugar -muy parecido al tuyo- donde nací y crecí. La casa ya no estaba -incluso la calle cambió de nombre- sin embargo, me bastaba cerrar los ojos para sentir otra vez el aroma de las rosas y el dulzor del damasco y del almendro en la boca.
Me encantó este relato María Rosa.
Abrazos.
El tiempo lo modifica todo, y no siempre en el sentido que nos gustaría que lo hiciera, lo que uno espera la mayor parte de las veces no se condice con lo que acaba sucediendo. Y el vaso, es cierto, siempre está por la mitad, que sea medio lleno o medio vacío no hace la diferencia, sigue siendo la mitad.
Saludos,
J.
Un relato mas que interesante,...una imprescindible retaílla de imagenes y momentos vividos,...un precioso tesoro de recuerdos, de escenas que alguna vez impresionaron nuestras retinas y nuestras almas...Y si, el tiempo fue y será el dueño de nuestras vidas.Besos.Juan Ángel Petta
Hola Marí Rosa. No he encontrado la entrada: Vieja casona, pero en cambio me ha dado la oportunidad de leer tan entrañable recuerdo. Con unas bellas imágenes vas describiendo retazos de esos momentos de la infancia, que como bien dices cuando se rememoran, todavía son más hermosos.
Me ha encantado, el principio me ha parecido muy poético, y el desarrollo hermosísimo.
Mis felicitaciones a tu encantadora pluma.
Un abrazo.
Y pintas lo que ves de manera estupenda para transmitirnos.
Un abrazo.
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