Sólo vive en mi memoria la casa, el zaguán y el patio con el mapa de
España en la pared. Las macetas, el remanso en la sombra y mi infancia saltando
sobre baldosas grises.
Había una escalera demasiado alta para
mis ojos; prohibida curiosidad de cemento pintado. Las evocaciones se cruzan
entre la herrumbre del portón y la vacilación del tiempo que intenta borrar los
mágicos juegos de la memoria.
Hoy todo ha cambiado, la casa no se
reconoce, una arquitectura nueva ha sepultado los antiguos ladrillos y aquella
calle que era un pasaje de tierra y yo su dueña para correr y saltar hasta la
angosta vereda, ya no existe. Hoy el asfalto le ha cambiado hasta el nombre.
Desde
la esquina contemplé el barrio, cerré
los ojos y pretendí perpetuar las voces de la infancia, fue imposible, lo que
mi memoria guardaba cual tesoro, no existía, sólo los árboles con sus raíces
aflorando entre las baldosas rotas, quedaron como testigos
de un caudal de tiempo olvidado.
Los
veranos perfumados de jazmines y aquel puñado de ternura se fueron. Intenté revivirlos y me pregunté: ¿Para qué? Si sólo son un conjunto de reflejos que no
dicen nada, son matices que la vida me regaló y la realidad ya
es otra.
Me fui caminando por Mariano Acha hasta la estación de Drago y jurando no volver.
Me fui caminando por Mariano Acha hasta la estación de Drago y jurando no volver.
23 comentarios:
Qué triste es perder los recuerdos. Un beso.
Boa tarde, tudo muda em nome do desenvolvimento e da economia, diz o povo, "recordar é viver" será assim?.
AG
Algo parecido me pasó hace un mes, y la verdad es que me dio un poco de penilla.
Un bonito relato donde se han movido los recuerdos de la infancia, cuando todo lo que se veía y se disfrutaba parecía más grande.
Un abrazo María Rosa.
Cuando todo cambia solo quedan los recuerdos, depende de nosotros mantenerlos intactos aunque el tiempo lo haya cambiado todo.
Saludos desde la distancia.
Los recuerdos que el paso del tiempo nunca consigue cerrar ese borrón y cuenta nueva.
Un abrazo feliz semana.
Si hay lugares en donde la piqueta del progreso no ha dejado nada
Por suerte en donde vivi mi infancia aun se mantiene
Si bien su entorno esta colmado de edificos altos
Cariños y buenisima semana
María Rosa,el tiempo todo lo arrasa y lo transforma, amiga...No obstante, en el santuario de la memoria guardamos nuestra infancia, nuestra casa y nuestros seres queridos, que nada, ni nadie nos debe quitar...Alguien dijo que, el tiempo no existe y todo es presente. Abracemos el recuerdo y sintámoslo como un latido vivo.
Mi abrazo y mi cariño por tus buenas letras.
Así se van las cosas. Aunque uno jura no volver, pero casi todos deseamos que nos siga tocando esa cuerda íntima del cacho que somos que proviene de eso que fuimos.
Muy bello.
Besos
"Sólo vive en mi memoria...". Así es la vida, amiga. Memoria para el recuerdo, imaginación para el futuro... ¿Y el presente, qué hacemos con el presente?
Memoria e imaginación son dos elementos del vivir..., pero si nos detenemos "mucho" en ellos perdemos el real vivir. El tiempo que les dediques se lo restas a lo único real que tienes/eres. ¡El instante presente!
Cierto que la nostalgia y el recuerdo de un pasado que fue, generalmente grato y bello, nos embarga en ocasiones, y no digo que se rechace, al contrario, ¡vívelo! Pero sé consciente de su auténtico valor, ¡simple recuerdo emocional! No hay realidad en el. ¡No debiera condicionar la vida ni un instante.
Y en cuanto a: "Algunas veces hay semillas que caen del cielo, no te parece?" Todo surge del mismo «punto», amiga. Llámale cielo, Eso, Todo, Dios o como quieras.
Abrazos, Mariarosa.
Nos has regalado un texto poético, realmente podrían descomponers en versos tus palabras, un relato de nostalgia, de esa nostalgia que se produce cuando alguien nos cambia algo muy querido y que siempre ha permanecido en la memoria, fue aalgo como si hubieran robado el recuerdo... Bueno, es solo mi manera de entenderlo. Me ha gustado mucho leerlo. Un abrazo. Franziska
Aunque decidas no volver en la memoria siempre tendrás ese recuerdo del que no te podrás desprender.
Un abrazo
Mucha, pero mucha nostalgia, me deja tu relato de hoy... a mi me pasa lo mismo con mi pueblo natal.
Un abrazo.
Las casas toman otra forma con las reformas y con ellas se van los recuerdos vividos en ellas.
A mi me suele pasar cuando voy a mi pueblo que me gustaría encontrar lo vivido.
Un abrazo.
Nostálgico y poético tu encuentro con lo que ya no está más. Todo muta, evoluciona, no siempre para mejor, pero los recuerdos de esos momentos vividos, no te los saca nadie.
¡Muy bueno, Mariarosa!
Besos.
Hola Rosa, ni te imaginas como me identifico contigo. Nosotros cambiamos de localidad cuando yo tenía 13 años. Años después volví a mi pueblo, y en lugar de mi casa, había otra, totalmente distinta. Los que la habían comprado la habían reformado por completo. Lloré hasta la cansarme. Un beso :D
Igual el recuerdo aflora por sí solo, el perfume del ayer sigue vagando entre las nuevas casas como una sombra etérea.
Abrazo
Tal ve haya que aceptar que algunos regresos son imposibles.
Un abrao.
MUY NOSTÁLGICO TU RELATO DE HOY.
ABRAZOS
La nostálgica vida de los recuerdos.
Feliz fin de semana.
Un abrazo.
Verdaderamente, es una historia que tiene mucho de cierto,..que se repite en cada barrio,...y en todos esos barrios tiene esa lastimosa y gris pátina que crea la nostalgia, cruel y alevosa circunstancia, que mancha de tristeza la blanca página de los recuerdos...Impecable María Rosa,...Saludos .Juan Ángel Petta-´
Uno siempre desea volver a esos lugares donde una vez fue feliz
claro que el lugar ya no es lo mismo ni nosotros tampoco lo somos
Un abrazo grande
Tu cuento con el mismo asombro desolado, de cuando volví al pueblo de mi infancia, y ya no estaban ahí, mis recuerdos y nostalgias. Me la mató el tiempo. Un abrazo. carlos
Algo parecido me llevó a escribir esta entrada en mi blog:
http://www.proyectoazucar.com.ar/2017/01/Errores-17-Barrio-Viejo.html
Nos leemos,
J.
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