lunes

El viejo y la barca.

  
Nunca había contado está historia, sinceramente no le di importancia hasta hoy, en que decidí recorrer el puerto y no encontré la barca, ni al viejo, y regresó a mi memoria aquella tarde de fines del verano pasado.

“Temblaba de frío y no quería  alejarme del murallón,  los  barcos pescadores ejercen sobre mí un embrujo, siento que me hipnotizan, puedo estar horas  caminando por el muelle. El viento se cosía a  mi  cara formando una capa helada, sin embargo algo me mantenía en ese lugar  contemplando las naves  que se hamacaban  rítmicamente al son de una música inaudible para mí.
El viejo sentado sobre un pilote parecía parte del paisaje. No se movía, miraba los lobos marinos que se estiraban bajo el sol y daban vueltas unos sobre otros, jugando como niños. Notó mi presencia y me miró, lo saludé admirando su piel que era un pergamino de color verdoso, nunca había visto un rostro tan surcado de arrugas. Él pareció leer mi pensamiento porque dijo:
—No soy una estatua, soy real, el sol y el iodo del mar  me dejaron esta piel.
No respondí. Siguió hablando.
—Ve esa barca en la punta del espigón, allí trabajé por cuarenta años, hoy está abandonada, el patrón murió y los hijos no quieren hacerse cargo. Ella  va agonizando de a poco, enferma de oxido y vejez…
Alejada del grupo mayor de barcos, la que él me señalaba era la personificación del abandono. Cubierta de herrumbre y sin color, sólo hacía notar su presencia el golpe de una puerta que se abría y cerraba con el vaivén del mar, ni el nombre había quedado visible, apenas  una huella de letras rojas  anunciaba que allí había estado.
—Sólo yo y  las ratas le hacemos compañía —me dijo—  cada tarde me quedó  esperando el milagro de verla partir como antes. Pero es imposible.  Jamás  volverá  a zarpar, nos parecemos, somos náufragos de la vida, que siguen soñando con un nuevo viaje… tal vez un día le suelte las amarras y nos larguemos a la mar, como antes… jajá … sería imposible, pero en mis sueños muchas veces me veo  de pie en la cabina del barco, alejándome del muelle ondeando con las olas y la espuma, como antes y atrás voy dejando la bruma del amanecer  —y volvió a reír.”

Aquella tarde la cara del viejo y su risa me impresionaron  y no entendí  el motivo, sé que me fui sin decir  palabra, hoy  viendo el puerto vacio, creo que barco y marinero cumplieron su último sueño, tal vez el mar los cobije en un abrazo final o alguna playa perdida los haya encallado en su arena.



21 comentarios:

TIGUAZ dijo...

Que triste es ser un náufrago en la vida, pero cada final tiene in puerto de destino al que nos abocan las circunstancias. Es curioso, en la tarde de ayer, en el puerto pesquero de Xanxenso, había un barco varado encima del espigón, me recordó a otro mundo. Como siempre es una delicia el leerte. Desde tu otra tierra, mi cariño.

Charlie El Balsero dijo...

muy hermoso Maria Rosa... a veces nos perdemos en nuestra propia vida... otra forma de naufragar.

abrazos
carlos

Nereidas-andresdeartabroblogpost,com dijo...

¿ Me pregunto cómo he podido estar tanto tiempo sin venir a verte?, Si siempre supe de tu talento y de tu ternura
Hoy con tu viejo, tu barca y tu mar configuras una historia realmente hermosa.
¡Gracias por regalar historias tan hermosas!
¡Gracias María Rosa!
Besos
André

Mª Jesús Muñoz dijo...

El viejo marinero fué golpeado por el tiempo y las circunstancias, pero a pesar de ello mantenía sus sueños de lanzarse a la deriva con su viejo barco...Quizá por fin los cumplió,todo es posible cuando se desea con todo el corazón...
Magnífico relato, que nos impulsa a seguir soñando por encima de todo.
Mi felicitación y mi abrazo por tu maestría y buen hacer Maria Rosa.
M.Jesús

omar enletrasarte dijo...

un final nostálgico, pero muy adecuado para tan bonito relato
saludos

Tatiana Aguilera dijo...

Si algo me encanta es escaparme a los puertos y caletas de pescadores, siempre existen historias y rostros para observar. Recuerdo tiempo atrás un viejo pescador -como el de tu relato- que pasaba sus tardes soñando con regresar a lanzar sus redes al mar. Yo creo que tu pescador lo consiguió, así como también mi viejo chilote regresó un par de veces antes, de partir de esta vida.
Un abrazo querida María Rosa.

Joaquín Galán dijo...

Un emotivo relato Rosa.Cuanto nuestro tiempo se termina,nuestros sueños se oponen a ese final con todas sus fuerzas,tanta que a veces les hacemos caso...

Un abrazo.

Unknown dijo...

Espectacular relato María Rosa, COMO SIEMPRE. Yo también creo que el viejo marinero cumplió su sueño, le dio su vida al mar y ese mar lo cobijó en el final de su camino.
Pude VER todo lo que describiste, nítidamente. Una joyita.
Besos de admiración.
¡Feliz descanso ! :)

Marinela dijo...

Seguramente se fueron juntos, barca y pescador.
Al final de la vida se sigue soñando.

Un abrazo.
Marinela

cachos de vida dijo...

Después de todo, barca y marinero partenecian al mar, y regresaron a su morada.
Un beso.

Karima dijo...

Pues te agradezco que nos hayas deleitado con esta historia, maravillosamente contada por ti. Ese regreso a su elemento, el mar, es esperanzador como final de etapa. Dos compañeros, desubicados en tierra firme, que apuestan por la suprema felicidad de volver a surcar los mares como antaño, pero esta vez para no volver. Inteligente manera de bajar el telón.
Un abrazo, querida Maríarosa.

Mirella S. dijo...

Un marinero no puede estar lejos de su barco, es su verdadero hogar.
Lo contaste muy emotivamente, Mariarosa, y el final está buenísimo.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Lindo relato, buena idea y una sabia manera de reflejar el hecho de que lo imposible suceda, Solo en los sueños, el viejo marinero y su querida barca volverán a sentir el rolido de la olas, el sol que quema la piel, el viento que hace cerrar los ojos hasta parecer una linea. Y allí están viejo y barca en el último viaje,....el de la gloria. Gracias por el cuento, un saludo afectuoso. Juan Angel Petta

María Socorro Luis dijo...

El embrujo y el misterio del mar...

Tal vez, el viejo y su barca, sean eternos navegantes en un mar sin fronteras.

Precioso. Besosycaracolas.

lichazul dijo...

el mar y sus espíritus son un imán de poetas y narradores
será que el vaivén y tumbo son el embrujo perfecto tanto para pescas como naufragios varios

hermoso relato Mariarosa
quien sabe que ocurrió con aquel marino y la embarcación
solo podemos elucubrar posibles escenarios y posibles sucesos

besitos

PEPE LASALA dijo...

La historia guarda una magia especial, un encanto que llega en la forma en que narras. Estoy seguro de que barca y pescador siguen juntos en algún sitio. Un fuerte abrazo y feliz fin de semana amiga.

cachos de vida dijo...

Feliz fin de semana
Un beso.

José Manuel dijo...

El mar y sus mundos imposibles inspiración de poetas en el tiempo.

Un abrazo

AdolfO ReltiH dijo...

SIEMPRE TÚ, Y TUS TAN INTERESANTES RELATOS.
BESOS

Diana de Méridor dijo...

Y pensar que casi no llego a tiempo de ver este relato maravilloso! Es bellísimo. Rezuma sentimiento, y cada palabra está tan bien elegida que es como si lo hubiera ido esculpiendo con un cincelito.

Feliz fin de semana

Bisous

Carlos Augusto Pereyra Martínez dijo...

SE muere en su propio terreno de vida. Los buenos marineros, mueren en la mar. Espléndido relato. UN abrazo. Carlos

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