viernes

Con el mismo deseo.

Pintura de Jorge Frasca, pintor Argentino.





Santos Medina levantó el vaso de vino y brindó; “Por la felicidad que espero”, dijo con la voz pastosa por tantos  brindis, el vino tinto perfumaba el aire y se elevaba como un suspiro. Su compañero, el chino  Saravia, dijo por lo bajo: “La vieja  Jacinta  es una bruja segura, no necesita grandes cosas, con una prenda de la persona, logra lo que vos le pidas, dicen que tiene tratos con el diablo, no hay otra igual para sacar del medio a parejas molestas  y con cien mangos la arreglas, vive en un rancho, frente al río, justo donde el cauce parece doblarse como un codo y rumbea pal  sur”.
Santos dejó unos pesos sobre la mesa de la fonda y salió. Afuera el sol del medio día le pegó  de pleno en la cara, el olor de la menta, agitada por la brisa le llenó los pulmones, se calzó el sombrero negro y se fue caminando para despejar el alcohol que le brillaba en los ojos y le hacía temblar las manos.  
Estaba por llegar al recodo y lo vio. Encallado en una loma y entre varios eucaliptus, asomó el rancho de la Jacinta. Se detuvo de golpe y quedó como una estaca clavado a la tierra.  Unos metros adelante caminaba la Rosa,  su mujer, llevaba una bolsita con algo dentro, la apretaba contra su pecho  y cada tanto miraba a un lado y otro con desconfianza. Él se detuvo. Se escondió. Antes de entrar, ella se volvió, pudo ver la cara de alegría que llevaba.
Santos  pensó, que era mejor que se fuera.  ¿Qué habría venido a buscar la Rosa con doña Jacinta?
Nunca lo supo, lo encontraron sin vida a media legua de su casa.

25 comentarios:

Rafael Humberto Lizarazo Goyeneche dijo...

Hola, María Rosa:

No hay que creer en brujas, pero que las hay, las hay. A Santos, la Rosa le gano de mano.

Abrazos.

Charlie El Balsero dijo...

Lo trabajaron cañon... en efecto, de que las hay, las hay.

PEPE LASALA dijo...

Como dicen más arriba, sí que las hay por desgracia. Bueno María Rosa, me despido ya hasta después de Semana Santa, así que un fuerte abrazo y hasta la vuelta.

Rafael dijo...

En fin, que se quedó a dos cuartas de la felicidad que esperaba.
Un abrazo.

Pluma Roja dijo...

Seguro llevaba tierra de muerto.

Pobre el Santos.

Me gustó.

saludos Maria Rosa.

Unknown dijo...

Especialista en finales abiertos ..Creo que retuve el aliento en cada palabra .
En cuanto a las brujas, que las hay las hay...
Besos de asombro t curiosidad.
¡FELIZ FINDE !! :)

Tot Barcelona dijo...

No está mal, pero tampoco me extraña. El exito de las brujas consiste en creer que no existen.
Salut

Anónimo dijo...

SIEMPRE TUS RELATOS ATRAPANTES!!
BESOS

Mª Jesús Muñoz dijo...

María Rosa, impactante tu relato, amiga...Marido y mujer tenían la misma idea y uno de ellos se adelantó...Sabemos cómo acabó él, pero no cómo acabó ella...Todo lo que damos vuelve y la magia negra no es nada buena...
Mi felicitación y mi abrazo inmenso por tu constante creatividad y buen hacer, amiga.
M.Jesús

Ernesto.. dijo...

Bello relato María Rosa, he disfrutado con tus palabras e ingenio.

En cuanto al tema de las "brujas", que otros comentarios detallan, ¡qué decir!. Magia de colores, pócimas o sortilegios, "surten efecto", primero, en quien los promueve, pues él cree que funcionan, y sólo después en quien los teme... Fuera de esto sé que nada hay.

Me ha encantado especialmente la fotografía que has puesto.

Un gran abrazo.

Carlos Augusto Pereyra Martínez dijo...

No quedaban dudas...Un abrazo. Carlos

Diana de Méridor dijo...

Pues creo que nosotros sí sabemos lo que había ido a buscar al rancho. Y también sabemos que lo encontró!

Feliz domingo, madame

Bisous

Anónimo dijo...

Feliz otoño, María rosa...Muy bueno el relato,...y para el que conoce de estas cosas, bastante creíble. Dice el refrán...
"Al que madruga,
Dios lo ayuda"
Y agrego yo " y al que no, lo adornan con ruda."
Afectuosos saludos
JUAN ANGEL PETTA

cachos de vida dijo...

Pues si que era una bruja de cuidado la tal Jacinta.
Un beso.

Mirella S. dijo...

Creaste la tensión justa para ese descenlace inesperado.
Evidentemente ni Santos ni la Rosa se soportaban más y tuvieron la misma idea... pero ella lo madrugó.
Besos, Mariarosa (no serás vos la Rosa del relato... jajaja)

TIGUAZ dijo...

Yo si creo en brujas, es más pienso que son hasta necesarias y si están regadas por un buen Godello o un Mencía mucho mejor, es un placer leerte.Mi cariño y de un lado al otro mil besos.

José Manuel dijo...

No sabemos muy bien que iba él a buscar, pero fuese lo que fuese, élla si lo tenía claro lo que quería.

Un abrazo

Karima dijo...

¡Qué suspense, Maríarosa!
Muy buen relato.
Besos.

lichazul dijo...

has tejido muy bien la tensión del relato
felicitaciones
abrazos y buena semana
:D

Sor.Cecilia Codina Masachs dijo...

Hola María Rosa, un interesante relato con su dosis de interrogantes.
Parece que Santos le venció el vino, por eso se pudo adelantar su esposa para que la bruja cumpliese su maleficio.
Gracias
Un abrazo
Sor.Cecilia

María Socorro Luis dijo...

Muy muy bueno. Perfecta narración, interesante tema y magnífico final.

Enhorabuena, Maríarosa.

abrazo hasta tu primavera.

Kasioles dijo...

Por aquí se suele decir: No las hagas y no las temas.
Rosa se le adelantó, le ganó la partida, ya sabes como es la vida, a veces se gana y otras se pierde ¡vaya dos!
Te dejo mis cariños en un fuerte abrazo.
kasioles

Marinela dijo...

Hola Maria Rosa, yo no creo ni en brujas ni demonios, pero me encantan los relatos de suspense y misterios.
Dejas abierto el final de tu relato, para mi, pudo ser que con la borrachera se cayo y se rompió la cabeza.¡Casualidad!

Un abrazo.

Meulen dijo...

bueno al fin cada quien obtiene lo que merece
aunque nunca es igual para todos...

buen relato estimada!

Meulen dijo...

Maria Rosa
gracias por pasar ami blog...

se siente el fraterno amor ...
en semejante estado
es tan poderosa a veces una palabra
de saber que si importan
que aunque nada conocemos de ellos
como seres humanos
estamos enfrentando el dolor...

abrazos para ti!

Hola a todos...

  En este breve mensaje quiero agradecerles tantos años acompañándome, ustedes son la vitamina que levanta mi ánimo cuando me encuentro de...