domingo

Decir adiós.


Te hablaba desde el andén  pegada a la ventanilla gesticulando y haciendo ademanes, te reías por la torpeza de mis gestos, el saludo del tren aturdió el aire, los vagones comenzaron a avanzar  con lento movimiento. Las palomas de Constitución,  asustadas por  el pitar del tren y los gritos  de los que quedábamos en la estación, rompieron a volar. Corrí unos metros,  saludándote junto  al vagón, hasta que comprendí que era imposible, tendría que haber sido pájaro para volar pegada a la ventanilla.  El tren se fue perdiendo, hasta convertirse en un recuerdo  al que  tragó la tarde.  El hall de entrada estaba poblado  de vendedores que anunciaban diarios, chipa y cuanta novedad fuera  posible comprar y vender, las personas cruzaban por  mi lado murmurando palabras que yo no entendía. Buenos Aires había desatado un cielo gris, recortado entre edificios  más grises aún con ventanas abiertas como bocas desdentadas y vos tan lejos de mis manos, yo deseaba que te quedaras y no obstante sabía  que hubiera sido imposible vivir juntos, somos tan diferentes, hoy no iré a trabajar, hoy me dedicaré a caminar y a mirar  la cara de las personas que pasan a mi lado, descifraré sus tristezas y alegrías,  compraré un helado gigante y borraré mis penas con chocolate y crema, a quién le puede importar, el mundo seguirá andando aunque a mí me duela el alma.


32 comentarios:

Rafael dijo...

De vez en cuando es bonito hacer un alto en el camino.
Un abrazo.

Sinval Santos da Silveira dijo...

Boa noite!
estou tendo o prazer de conhecer teu trabalho.
Amei seu blog.
Parabéns
Sinval

El Demiurgo de Hurlingham dijo...

Es una escena cinematografica. Y es es cierto lo de la frase final, el mundo es tan indiferente, cuando no es hostil.

Pluma Roja dijo...

Y sí, así es que importa al mundo un dolor más. Todo sigue su curso.

Bonito relato.

Saludos cariñosos María Rosa.

Gavrí Akhenazi dijo...

Y hay tanta soledad en Buenos Aires. Tanta gente y al mismo tiempo tanta soledad, que veo la imagen como quedarse doblemente solo.

Hay algunos momentos muy bien logrados en el texto, como por ejemplo cuando decís: "hasta convertirse en un recuerdo que se tragó la tarde" o "Buenos Aires había desatado un cielo gris".

Lehitraot

Carlos Augusto Pereyra Martínez dijo...

Un cuento con gran toque poético.Mu humano, pero real. Tomar la mejor decisió, así se escuece el alma.UN abrazo. carlos

Mercedes Pajarón dijo...

Las despedidas...

¿Por qué el dolor de un adiós es demoledor pero al mismo tiempo gusta sentirlo?

Un abrazo y feliz semana.

MAJECARMU dijo...

Una despedida que nos duele a todos al leerla...La vida nos dá y nos quita y a veces es difícil asimilarlo con dignidad y serenidad...Muy bello y logrado, amiga...El mundo sigue su curso...por encima de todo.
Mi felicitación y mi abrazo inmenso por tu objetividad y buen hacer con las letras.
Feliz semana.
M.Jesús

Mi nombre es Mucha dijo...

Me gusta como relatas
tus letras tienen el sabor de la verdad

Unknown dijo...

Una bella descripción . Me has llevado a Constitución y te he visto levantar la mano en señal de despedida. Eso se llama . DEJAR IR ... SOLTAR... duele pero a veces es la mejor medicina , a veces no queda ota salida... me encantó. Te texto es impecable. ¡Te felicito !
Besos del alma.
¡¡FELIZ DIA !! :)

cachos de vida dijo...

Es el vacío que deja toda despedida.Es una despedida narrada con tanto realismo que llega al alma.
Un beso.

TIGUAZ dijo...

Quizás a ciertas personas, si nos importe la soledad. No es solo un estado, estar solo es fácil, es un adiós y ya está. El sentir que te invade el alma es más complicado, hostil y hasta insufrible. Pero para evitar ciertos sentimientos es mejor tomar algunas determinaciones como la de caminar pegada a la ventanilla. Como siempre un placer leerte, Rosa.

Antorelo dijo...

¡Qué tristes son las despedidas! ¡Qué bien lo has contado!
Un abrazo

Rafael Humberto Lizarazo Goyeneche dijo...

Pues sí, el mundo sigue andando y nosotros ahí, cargando con nuestras penas.

Un abrazo.

Norma dijo...

Muy bueno, me haces pensar. Gracias.

Maga h dijo...

Así es, aunque creamos que todo se detiene, el mundo afuera sigue andando.

Abrazo!

CHARO dijo...

Pues lo del helado me ha gustado, yo hubiera hecho lo mismo aunque con otros sabores. Besicos

Leticia dijo...

Una reflexión que golpea el alma, en compañía de un helado de crema de chocolate que ofrece placer a los sentidos. Así, la certeza de lo imposible será más llevadera.
Muy interesante , me ha gustado mucho.

TORO SALVAJE dijo...

Las despedidas son muertes en miniatura.

Sor.Cecilia Codina Masachs dijo...

Buenas tardes María Rosa, un buen relato que me ha hecho recordar varias despedidas y el vacío en que nos quedamos. Pero la vida sigue y volvemos a empezar los sueños.
Muy consolador el chocolate !jaja!
Un gran abrazo
Sor.Cecilia

La Dame Masquée dijo...

El chocolate alivia muchas penas, pero me temo que no las quita. La dulzura de los recuerdos es capaz de competir con el mejor chocolate.

Encantada de volver por aquí, madame.

Feliz día

Bisous

lichazul dijo...

cada despedida es un flash back al paraíso perdido, pero es lo sentido y lo andado lo que nos va haciendo camino, de despedidas hacemos la mochila una ´pesada carga en la memoria y en la conciencia... al final siempre nos estamos despidiendo ,el presente es tan corto que esto que te escribo cuando quede publicado será parte de mi pasado y presente por un instante en tu lectura


abrazos y buena jornada

Anónimo dijo...

IMÁGENES QUE ME DESOLAN...!
BESOS

Felicidad Batista dijo...

Estimada María Rosa, ¡vaya que sí hemos coincidido esta semana! Dos trenes, dos viajes, dos (más despedidas). Menos mal que los narradores son diferentes. Bueno, y que tu tren atraviesa la hermosa y querida ciudad de Buenos Aires y el mío una frío paisaje europeo.
Las despedidas son adioses sin retorno y en una estación de tren un dolor que aunque se aleje, se queda incrustado en quien se queda en el andén.
Precioso cuento.
Un abrazo de estación a estación

María Socorro Luis dijo...

Una escena cotidiana contadacon serenidad, sentimiento y poesía.

Besos hasta tu primavera.

María Socorro Luis dijo...

perdón, contada con.
estos dedos...

La abuela frescotona dijo...

la vida es tan simple y complicada a la vez que desorienta nuestro cotidiano vivir con un adiós aceptado, quizás no resignado, pero que nos cuesta olvidar...
saludos amiga

lichazul dijo...

feliz fin de semana para ti también Mariarosa
abracitos y energías
:D

Charlie El Balsero dijo...

PERDON QUE ME HAYA DEMORADO TANTO EN PASAR PERO HE ANDADO CASI SIN TIEMPO DE NADA... PERO AQUI ANDO PARA DECIRTE QUE HACER DE CUANDO EN VEZ UN ALTO EN EL CAMINO ES MUY SALUDABLE.
UN PLACER LEERTE COMO SIEMPRE.
CARLOS

Soñadora dijo...

Las despedidas son siempre tristes, pero a pesar de ello, algunas son imprescindibles.

Besos y un lindo fin de semana para tí Maria Rosa!

José A. García dijo...

Por alguna razón que aún no comprendo (o no quiero comprender), fingir se ha torna cada vez más y más importante que demostrar, realmente, qué es lo que se siente.

Ojalá algún día podamos cambiar eso.

Saludos

J.

Maga h dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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