1ºparte
No lograba concebir cómo
se puede perder la vida en minutos por un accidente. Su cabeza daba vueltas
tratando de explicarse los motivos que llevaron a Laura a descuidarse tanto en
la ruta Panamericana y en ese horario en que todos regresan a la ciudad. ¿De dónde venía, si ella trabajaba en
Belgrano? Preguntas y más preguntas que no lograba resolver.
Su esposa había muerto
debido a una mala maniobra realizada con su coche, así le dijeron los que
vieron el accidente, el apuro, los frenos que no respondieron, quién sabe cuál
fue el motivo, hasta el momento la policía no le había dado ninguna explicación. Sin embargo, no imaginaba las
sorpresas que saldrían a la luz por
culpa de ese desgraciado accidente.
Y ahora, él no encontraba
consuelo, ni paz. Recorría las
habitaciones y en todos lados hallaba recuerdos de ella.
Se dedicó a arreglar las
gavetas del escritorio de Laura. Cada detalle llevaba su impronta, todo era
orden y prolijidad. El último cajón estaba vacío, buscó en el fondo y sus dedos
dieron con “algo” que parecía de madera. Lo retiró y lo puso sobre el mueble;
una caja y estaba cerrada con un pequeño candado.
Por más que buscó, no
encontró la llave.
Lo inquietaba el
misterio. ¿Qué podía guardar con tanto celo?
¿Dinero? Seguro que sí,
ella tenía debilidad por la moneda extranjera, en especial los dólares.
Buscó la ganzúa. Hacía años la había comprado y desde entonces
dormía entre las herramientas y su desorden.
Fue fácil abrir el
candado. Un paquete de papeles doblados,
atados con una cinta blanca de raso era el único tesoro que encontró.
Desdobló un papel. Era
una carta, no reconoció la letra, la curiosidad le hacía leer saltando los
renglones. Estaban destinadas a Laura y firmaba Sergio. ¿Sergio? ¿Quién era
Sergio? Buscó la fecha; julio del 2000. ¿Veinte años atrás? Tomó asiento. Le
temblaban las manos, fue abriendo y leyendo una a una cada esquela. Se creyó un
intruso hurgando esas misivas. La última fecha era del 2002. Él era editor y
trabajaba en Berlín. Las frases cariñosas se sumaban en cada carta. No era un
amigo, un amigo, no dice: “Mi amor extraño tu cuerpo” “El calor de tus besos
son mi compañía”. Laura lo había engañado y él nunca se había dado cuenta, pero
desde cuando se conocían. ¿Cómo pudo ser tan tonto? Al terminar, intentó
ponerse de pie y debió aferrarse a un mueble, todo le daba vueltas.
Ató nuevamente las
cartas con la cinta de raso, las puso en la chimenea, y las quemó. Las miró
arder hasta que se redujeron a cenizas.
¿Qué sucedió a partir
del 2002? ¿Y por qué cartas y no email? Hubiera sido más seguro. Las preguntas
bullían en su cabeza y no encontraba respuestas. Había sido un pobre cornudo,
uno más, mientras él trabajaba todo el día entre el hospital y el consultorio,
su querida esposa se divertía de lo lindo con su amante.
Con las manos en los
bolsillos dio vueltas por la casa, perdió la noción del tiempo, una especie de
garra le cerraba la garganta, se detuvo en la cocina y se preparó un té, regresó
a mirar lo que había dejado el fuego y no pudo evitar las lágrimas, desde la
pared, el cuadro con la imagen de Laura, sonreía, se acercó y le habló:
—¿Cómo pudiste engañarme tan vilmente, ¿y si lo amabas? ¿Por qué no te separaste de mí y te fuiste
con él? ¡Ay Laura…tuve que perderte para saber quién eras!
Continuará....
12 comentarios:
Por favor que sea rápido la continuación me has enganchado, pero que bueno, historias que se repiten muchas veces, amantes secretos, pero hay que llegar al fondo ajaj. Gracias por estos cuentos que nos dejas que me encantan.Un besazo y vamos a ver que sucede porque un por qué debe haber.
Abrazos y besos
Hola mariarosa, buen capitulo! Que desconcierto,
que encontronazo de sensaciones,
una mezcla desconcertante. Por un lado el dolor porla perdida del ser querido y por
otro, la sensacion de que era una especie de desconocido.
Y, de verdad? por que cartas de papel, sera que asi Laura sentia mas emocion?
mas sensacion, mas vertigo? peligroso, o no. Segun el interes.
Seguire esperando la continuacion.
Besos y abrazos, buenas noches.
Triste historia, es terrible que muera para que conozca que paso. Te mando un beso
Qué historia tan dura. Un beso
¡Deseando conocer la continuación de la historia! Ay madre, ¡que ha quemado las cartas! Besos :D
Has construido este primer capitulo, con todos los aditamentos literarios, para "engancharnos" esperando la próxima continuación.
Seguro que se arrepentirá de haber quemado las cartas. ¿O no?
Besos.
Que desilusión, pobre hombre, y encima sin poderle decir que lo había descubierto.
Se ha quedado muy interesante y estoy deseando leer el siguiente capítulo, porque tus historias, aunque me repita mil veces, me encantan por tu forma de desarrollarlas tan amenas y comprensibles.
Siempre un placer María Rosa.
Un abrazo con deseos de un buen otoño.
Esperando la segunda parte para despejar esas interrogantes.
Un abrazo.
Me parece muy interesante tu relato y no sólo interesante, me parece que va a ser muy bueno y con bastantes sorpresas, porque nunca nada es lo que parece en un principio.
Seguiré atento al siguiente capítulo.
Un abrazo.
Hola,
Excelente relato, y me encantaría saber como continuará.
Un abrazo
Nos deja en vilo la historia. Un abrazo. Carlos
Una tragedia que lo dejó sólo, lo llevo a unas preguntas y unos celos restropectivos.
Un buen comienzo.
Un abrazo.
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