viernes

Pobres tontos.


 


Y construyó, castillos en el aire
A pleno sol, con nubes de algodón
En un lugar, adonde nunca nadie
Pudo llegar usando la razón.

Inspirado en la canción de Alberto Cortez: “Castillos en el aire”.

 

 

No sé cuando se dio cuenta de los cambios de su cuerpo, habíamos sido compañeras y confidentes desde la infancia y estoy segura que si lo hubiera sabido me lo habría confesado solo a mí, pues se dio cuenta que al enterarme me quedé muy seria y la miré a los ojos.

—¿No te causa risa? —me preguntó.

—No, más bien me preocupa, será mejor que guardes silencio o te van a encerrar y analizar desde la punta del pelo hasta los pies.

—Tengo miedo —dijo sollozando— ¿por qué me tuvo que pasar a mi?

—Es una suerte, imagina cuanto puede cambiar tu vida si sabes utilizar semejante don…

—Me van a ver cómo a un bicho raro.

Y nuevamente se largó a llorar. Claro que la iban a ver como un bicho raro, en un pueblo como el nuestro, donde la estupidez era reina y señora. Tener veinte años y ser diferente al común de las criaturas, no es fácil y para  Nina,  la extraña fantasía que alguna vez había soñado se había convertido en realidad. Debía crecer de golpe para enfrentar un mundo que no la iba a aceptar fácilmente.

—Por ahora debes guardar silencio y tratar de que no te descubran.

Asintió con la cabeza y a partir de ese día solíamos ir hasta el bajo del bañado a la hora de la siesta para que nadie la descubriera.

Pero un día sucedió, alguien que caminaba entre los pinos, la vio, se detuvo asombrado y ocurrió lo peor,  fue hasta el pueblo y como  una peste maligna la noticia se extendió de casa en casa.

¡Nina Vuela!

Gritaban todos y llegaron en bandada hasta el bañado para ver el prodigio.

La miraban con la boca abierta, después de pasado el asombro, llegaron las conclusiones.

¡Se drogó con alguna planta maligna!

¡Esta endemoniada!

¡Es una maldición!

¡Se ha convertido en bruja!

El momento temido, había llegado. Unos la reprochaban, otros la envidiaban. ¿Por qué será que las personas critican lo que no pueden entender? Ninguno de los habitantes de nuestro pueblo, pensaba bien de ella, no entendían que  no tenía noción de lo que estaba sucediendo.

Sus padres la encerraron en su cuarto y fueron a llamar  a los médicos del hospital. Por suerte los doctores no creyeron la historia, sólo cuando todo el pueblo se presentó en las puertas del edificio, y confirmó las palabras de la madre, aceptaron ir a la casa  y tratarla, para eso habían pasado varias horas, en las que forcé la puerta de su habitación, y cuando el pueblo, los padres y los médicos llegaron, Nina ya no estaba, había volado nunca supimos a dónde.

 

Años después comenzaron a llegar postales en las que me decía que estaba viviendo en una lejana isla Japonesa,  donde todos, ancianos y jóvenes volaban. Nunca me dijo cómo llegó a tan remoto lugar, pero comprendí que había encontrado su lugar en el mundo.

Mientras en el pueblo seguían discutiendo si se había drogado, si la habían embrujado. ¡Que era culpa del aire contaminado! ¡Que fueron los minerales del agua que baja de las montañas! Miles de conjeturas que se  renovaban cada semana, seguían con los pies en el suelo, nunca se les ocurrió que ellos también podrían volar, que tontos eran, ignoraban lo que se estaban perdiendo.

 

31 comentarios:

Rafael dijo...

Imaginativo relato para soñar un poco.
Un abrazo.

Margarita HP dijo...

Oh María Rosa, que preciosidad. Me encanta y la envidio, por su don y por haber encontrado su lugar 😍
Muchos besos cariño 😘😘

Susana Moreno dijo...

Una buena moraleja. Un beso

Milena dijo...

Qué buenísimo, Maria Rosa... esa podría ser la protagonista también de mi poema :))
Me encantan tus relatos: dan alas ;)))
Besos

Rita dijo...

Un magnífico relato. Desde luego la ignorancia, el qué dirán y todas esas cosas nos limitan para vivir como realmente somos y sacar todo lo bueno que llevamos dentro.
Un abrazo

Mª Jesús Muñoz dijo...

Interesante historia, María Rosa. A veces los sueños se convierten en realidad, cuántas veces hemos soñado que volamos, toda una gozada, amiga. Claro que la sociedad no acepta a los que son diferentes y los tacha de bichos raros...Menos mal que encontró ese lugar fantástico, donde todos volaban y pudo vivir en paz. Mi felicitación por lo bien que nos contaste la historia.
Mi abrazo y feliz fin de semana, María Rosa.

Campirela_ dijo...

Hay que ver, cuando alguien se sale un poco de lo normal ya es brujeria, pero ella era feliz y voló donde tenía que ir. Me encantan estos cuentos llenos de fantasía y magia, Muchas gracias por compartirlos. Un besote grande.

Ester dijo...

No tenemos buena vista para lo diferente, no tenemos capacidad de aceptación, especialmente si es mejor que lo que conocemos. Un relato fantástico y fantástico. Abrazos

Meulen dijo...

Una persona que tiene sin dudas un don especial y bueno pasa siempre que a lo distinto se le cataloga de cualquier cosa menos lo que una mente abierta pueda aceptar y ser capta de comprender ...eso sucede en tantas veces con muchas personas que se niegan a entender que como ser humano estamos dotados de muchas dones que a veces no sabemos manejar.

Muy lindo relato!

J.P. Alexander dijo...

Hermosa historia, me encanto el final. Adoro esa canción. Re deseo un buen fin de semana

Sandra Figueroa dijo...

Maravilloso relato amiga, ella tenia un don especial y encontró la felicidad que en ese pueblo se le negó. Todos podemos volar. Saludos.

Elda dijo...

Encantadora historia María Rosa la que te ha inspirado la canción de Alberto Cortez.
Me ha gustado mucho como la has enfocado en el principio sin revelar que era lo que hacia tan especial a la protagonista, y el recordatorio de que cuando no se comprende algo, da que hablar y se juzga casi siempre mal.
Un final estupendo para un gran cuento.
Disfruté con la lectura, gracias.
Un abrazo.

El Baile de Norte dijo...

Y es que ser singular,... apartarse de la mediocridad del rebaño, es causa de exclusión,... me ha encantado como los has relatado!

Juan L. Trujillo dijo...

La gente, la sociedad, no suele perdonar al diferente. Los que se salen del rebaño, se les sella de apestados y no les permiten vivir.
Hay que estás siempre bien etiquetado, para ser posible su amansamiento provechoso.
Magnifico relato, que nos sugiere muchas ciertas conclusiones.
Un recuerdo emocionado para aquel gran cantante y poeta que fue Alberto Cortez.
Besos.

Himawan Sant dijo...

La historia única de Nina, ¡tiene la habilidad de volar !.
Me sorprendió este trabajo imaginativo.

Saludos desde Indonesia.

Recomenzar dijo...

me encanta como sos y escribis largas lo que tenes y tu m,ente crea maravillosas palabras donde la nostalgia se encierra
Un abrazo inmenso pa Mi Tierra querida
y otro Pa vos

Laura. M dijo...

Supo encontrar su lugar y ser feliz.
Buen fin de semana mariarosa. Cuídate.
Un abrazo.

Carlos Augusto Pereyra Martínez dijo...

Que gran metáfora y lección de vida es este cuento, precedido de uno de los mejores temas del cantautor, Alberto Cortez. UN abrazo grande. Desde mi cubil colombiano. Carlos

José A. García dijo...

Juzgar a los demás siempre ha sido, es y será, el deporte nacional. No importa desde dónde lean esto, aplica a todo tiempo y lugar.

Saludos,

J.

Jorge M dijo...

La incomprensión, es un gran mal que daña a las personas, la gente especial es la que mas sufre, tu relato es interesante y con una gran reflexión.
Un fuerte abrazo amiga.

eli mendez dijo...

Que relato mas elocuente MariaRosa!
Desarrollar nuestro potencial en libertad no siempre es bien asimilado por los que no pueden o no han intentado hacerlo..
Por eso es tan importante lo que se nos "implanta" desde niños... esto de ser o no, capaces de determinadas cosas..
Lamentablemente con lo avanzada que pretende ser nuestra sociedad , el "diferente" en cualquier aspecto sigue siendo excluido. Sin embargo, aquellos preparados para "volar" están siempre mas cerca de encontrar su verdadero lugar en el mundo..
Un hermoso relato!!!
Abrazo gigante y muy bonita semana!!!

Vivì dijo...

Una storia interessante ed emozionante, da leggere in un fiato. Grazie per averla condivisa. Un abbraccio e buona serata.

Mirella S. dijo...

Me siento muy identificada con tu relato, con Nina y no sabés cuánto me gustaría volar.
Siempre me sentí, sobre todo en la niñez y adolescencia como "sapo de otro pozo". Esta sociedad es tan cerrada, tan lineal, y juzga lo que no entiende.
Un abrazo, Mariarosa.

El Tonto de la Colina dijo...

Esta es una historia del tipo de las que me gustan, y con tontos en el título, por añadidura. Ya quisiera yo también encontrar una isla donde se pueda volar sin preocuparse de explicaciones científicas y habladurías de vecinos.
Saludos!

Maria dijo...

São Sebastião, livrai_me desta peste que se abateu sobre a humanidade. Livrai_me e livrai minha filha, minha família e toda a terra. Amém!

El Demiurgo de Hurlingham dijo...

Se juzgó a alguien por tener un don, que los demás no tenían, que usó para huir a un lugar, donde sería bien recibida. Entiendo a Nina.
Un abrazo.

AMALIA dijo...

Un estupendo relato y reflexivo.
Un placer conocer este blog.
Un abrazo.

" R y k @ r d o " dijo...


Maravilhoso quando se escreve vagueando pela inspiração e criatividade- Amei ler este relato/conto. Fiquei seguidor
.
Um domingo feliz
Cuide-se
.
Pensamentos e Devaneios Poéticos
.

Bertha dijo...

Es verdad, que a veces te fijas en los demás y no te paras a pensar en lo que tu puedes aportar...

Un abrazo feliz domingo

Hada de las Rosas dijo...

Creelo, es asi
ella vuela, yo la vi!
Besitos

عبده العمراوى dijo...



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