miércoles

Una nueva historia.



Eugenia fue acomodando  las fotos, todavía no había decidido que  hacer con ellas,  eran el espejo de un mundo lejano, en el que Agustín y ella se  habían amado. Evocaban con sus imágenes las caminatas por la playa, el brazo de Agustín  rodeando sus hombros y en ese simple gesto, ella recibía más amor, de lo que le decía con palabras.
Mientras observaba las fotos, en el fondo de la caja  descubrió el anillo. Era de oro, con un agua marina, lo había creído perdido hacía tiempo, sin embargo allí estaba, como la memoria de tiempos mejores. Ella lo había elegido en una joyería de la calle Rivadavia, Agustín, lo consideraba  antiguo y muy simple y fue esa simpleza lo que a ella le gustó. Lo compró igual, pese a las protestas de él, luego se había evaporado y ahora, casi como por encanto, había reaparecido; en el fondo de una caja con fotos.

Le costaba aceptar la separación, por momentos, una garra invisible le cerraba la garganta y la tristeza  bajaba  en gotas saladas, que bebía con rabia. ¿Por qué tanta congoja?  Sí ya no sentían nada, el uno por el otro,  era una rutina y vivir así no era bueno.
Él fue  sincero; “te quiero, pero como se quiere a una amiga, a una hermana, no hay pasión entre nosotros” ¿Qué les quedaba? La costumbre  de estar juntos y  hasta eso se fue convirtiendo con los años en un rito aburrido.
Agustín había preparado sus maletas y se había ido, un beso frío en su  mejilla, fue su despedida.

Eugenia se acercó a la ventana y la abrió, dejó que  el bullicio callejero de los turistas que caminaban rumbo a la playa, le llenara los oídos con su música  de risas y gritos, allí estaba la vida, coqueteando con el aroma de las acacias y los colores de la tarde.
Eugenia sabe que debe  buscar otro departamento, en este, hay demasiados recuerdos que ella quiere desatar, arrancar de una vez, porque  desnudan momentos felices y ella no va a quedarse a vivir llorando.
Imagina otra casa, con ambientes iluminados, donde el sol mañanero la despierte, donde los sueños vuelvan a erizarle la piel de mujer, que hace tanto está dormida.  ¿Volveré a desear y amar, con las mismas ganas?
Camina por las habitaciones, va desatando hilos y más hilos, abre los brazos y respira hondo intentando liberarse de todo lo que la sujeta al ayer. 
Se puso el anillo, movió la mano y la conmovió el reflejo, el brillo de la piedra era diferente a lo que recordaba, le anunciaba una vida nueva  de ahora en adelante.
Debía recomenzar desde otro espacio, darle un zarpazo  a la vida, despertar de ese punto muerto en que parecía haberse paralizado  y escribir en el libro de su presente una nueva historia, el  anterior ya era libro cerrado,

32 comentarios:

Alís dijo...


Claro, lo que decimos pasar página...

Leyéndote me surgió la pregunta de por qué nuestra vida habría de ser sólo un libro, cuando es igualmente válido (y hasta más enriquecedor) escribir varios libros en una sola...

Me gustó el relato y el optimismo que transmite. Es momento de un nuevo inicio

Un abrazo

Ester dijo...

A veces no nos duele el corazón nos duele el orgullo, la costumbre, la rutina. Una historia de despedida con final lleno de esperanza. Abrazucos

Campirela_ dijo...

Una historia de dolor pero tan bien de esperanza , los recuerdos a veces nos hacen abrir los ojos y dar carpetazo para poder comenzar una nueva vida . Un fuerte abrazo amiga.

J.P. Alexander dijo...

a veces solo queda comenzar. Buena historia

Sandra Figueroa dijo...

Un texto lleno de esperanza para Eugenia. Ella empezara nueva historia....asi debe ser Saludos.

Susana dijo...

Una historia muy real. Un beso

Elda dijo...

Precioso, sutil, con metáforas muy bonitas en este relato.
Me resulta muy triste que una historia se termine por culpa de la pasión, la pasión se termina enseguida con los años, pero queda el cariño, el amor, la complicidad. Pero claro esa es mi visón de mayor... y comprendo perfectamente esas situaciones.
De cualquier forma como te digo al principio, es un relato precioso, y muy agradable de leer por tu forma tan bonita de expresar situaciones.
Un abrazo.

Rebeca Gonzalo dijo...

Nostálgico y muy hermoso. Con frases inolvidables. Una hermosa historia de amor con punto y final que abre paso, a su vez, hacia un nuevo horizonte de esperanza. Un placer leerte.

Un abrazo.

Auroratris dijo...

Esa es la actitud... reconocer un tiempo pasado y cerrar la historia con todo lo que conlleva... después empezar otra vida, la suya.

Me gustó mucho el juego de las metáforas.

Mil besitos con cariño y muy feliz tarde ♥

Ernesto. dijo...

Es un relato entrañable. Muy natural. Cotidiano en algunos momentos de la vida... Y goza de una dulzura especial. Y expresiones muy bellas.

-"...rodeando sus hombros y en ese simple gesto, ella recibía más amor, de lo que le decía con palabras."
-"...coqueteando con el aroma de las acacias y los colores de la tarde."
-"...donde los sueños vuelvan a erizarle la piel de mujer, que hace tanto está dormida."

Abrazo Mariarosa.

PD: Sobra una h. :)))))

Ester dijo...

Soy yo otra vez, para decirte que como seguidora reciente de mi blog hoy te he dado la bienvenida, es algo que hago desde el principio con todos los nuevos seguidores. Si quieres pasarte te puedes llevar una saltarina, la mascota del blog

Mari-Pi-R dijo...

Cuando se empieza una nueva vida aunque se lleve un recuerdo del pasado este parece distinto, un abrazo.

Carmen Silza dijo...

Hola amiga, estrenar un día es poder empezar otra vida, apartando lo nocivo y quedándonos con lo positivo, un relato algo usual en nuestras vidas, y muy hermoso.
Recién casi llegado os voy visitando poco a poco.
Te mando un gran abrazo

Margarita HP dijo...

El anterior ya era libro cerrado... pues sí. Cuesta dejar atrás, cuesta olvidar, cuesta que los recuerdos no nos ahoguen, y cada brizna incluso de polvo nos recuerda épocas mejores. Pero... hay que respirar, suspirar, y lanzarse de nuevo a la vida, pensando que ésta, nos depara algo hermoso y maravilloso que no habría llegado de seguir como estábamos.
Me ha encantado amiga mía. Precioso. ¡Besos! :D

Mirella S. dijo...

Si se pudiera cerrar una historia de amor como se cierra un libro, sería muy positivo, pero no siempre es así de fácil. Algunos puede hacerlo más rápidamente que otros, creo que una recorrida por sus páginas antes de cerrarlo sirve para comprender errores y aciertos.
Muy bien narrado, como siempre, Mariarosa.
Besos.

(Tenés un "h" repetida en la palabra historia del título)

El Baile de Norte dijo...

Quizás sea debido a que la aguamarina simboliza la piedra de la purificación, ya que es especial para purificar de nuestra mente y espíritu sentimientos y emociones oscuras y negativas que muchas veces cargan en nuestra conciencia sin que siquiera nos demos cuenta. La limpieza es como una ola de mar barre con la arena de la playa. Creo que la personaje de tu relato ha elegido muy bien.
Saludos,

Laura. M dijo...

Cuesta cerrar ese libro vivido, pero hay que intertar empezar a escribir las páginas en blanco del nuevo.
Buen domingo.
Un abrazo.

A. Javier dijo...

Seguro que encuentra una vida mejor
y las emociones vuelven a crear grandes historias.

Un besote.

Carlos Augusto Pereyra Martínez dijo...

Cuánto dice este cuento de la naturaleza del amor, y de la naturaleza humana, para reaccionar ante la vicisitud del mismo desamor. Un abrazo. carlos

José A. García dijo...

La vida se parece mucho a una novela por entregas en la que los capítulos van llegando poco a poco...

Saludos,

J.

elchicodelmetro (María Glez) dijo...

Que bonito eso de pasar página.

Un saludo, María Rosa.

Julia López dijo...

Un relato triste y bonito; ¿Donde va el amor cuando muere?, da igual, ha muerto y hay que sacudirse las penas y empezar de nuevo, con la esperanza de que esta vez sea mejor.

He pasado tu enlace a este blog, aunque he contestado a tu comentario en el otro, así es
más cómodo visitarte.
Abrazos

Jose Vivo dijo...

Es duro pasar página y comenzar de nuevo. Pero a veces es necesario aunque sea toda una revolución interior y exterior.
Un abrazo grande

yessykan dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
yessykan dijo...

El amor se había acabado o, al menos ya no llenaba a la otra persona, es mejor que autoengañarse creyendo que los propios sentimientos son recíprocos, eso, lo único que provoca es vivir en una cruel ilusión. Menos mal que tomo una actitud positiva con ese punto y aparte cerrando el libro.
Precioso relato, muy emotivo y original.
Abrazo!

Jova dijo...

Hola querida, me ha llegado hondo tu relato porque yo estoy pasando la situación de Eugenia pero en mi caso hay dos niños y eso lo complica todo. Gracias por tan bello texto. Un.beso.

Tesa Medina dijo...

Una bella manera de hablar de amor y desamor a la vez. Un relato en el que muchas mujeres nos podemos reconocer, lleno de pequeñas sutilezas cotidianas.

Los recuerdos se irán desvaneciendo, y como ese anillo recuperado tendrán otro "brillo" otra esencia y sólo quedarán los que nos han tocado el corazón para bien o para mal.

Es mejor dejar y que te dejen que no haber amado nunca.

Todos queremos que el amor dure para siempre, pero es mejor que sea un amor de calidad dure el tiempo que dure.

Me ha encantado leerte de nuevo, Mariarosa.

Un beso,

Teresa dijo...

Me ha gustado tu relato. Besitos.

Marina Filgueira dijo...

¡Que chulada de relato, amiga! Da gusto leerte, lo haces llano simple
Así es la vida, nada es perenne y vivir juntos sin la chispa del amor, solo por costumbre… Creo que es el error más grande que puede cometer cualquier pareja.
Claro está que toda separación es dolorosa, pero al final se supera, amor con amor se cura.

He pasado un rato muy agradable leyéndote, gracias.
Te dejo mi inmensa gratitud y mi gran estima.
Un beso y se muy, muy feliz.

Meulen dijo...

Bien , nadie aprende del desapego hasta que le toca vivirlo y ojalá en verdad que sirva realmente para seguir avanzando...si comprendieramos mucho antes que más tarde lo que refiere al amor por el otro sabríamos como manejar nuestras emociones con plena madurez.

Besos.

Navegante dijo...

Una reacción de optimismo que se aplica como inyección en el ánimo propio. Y está muy bien, así es o debería ser para todos los que se encierran a llorar sin crearse un mundo nuevo.
Siempre grandes relatos los tuyos, siempre ubicados y precisos.
Abrazo.

Sara O. Durán dijo...

Pues sí... a escribir una nueva historia, en otro lugar.
Besos.

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