viernes

El mar verde.





Me gusta caminar entre la alfalfa, el aroma de su savia es un perfume que  podría reconocer con los ojos cerrados. Hay una explosión de luz sobre mi cabeza y, a pesar de la ropa pegada a mi cuerpo, soy feliz con el calor y entre las briznas que voy dejando a mi paso; me acompaña el lila de las flores, son pequeños capullos elevándose al sol.
Todo el paisaje me remonta a otro tiempo, los recuerdos se desprenden de mi memoria como una fruta madura y van cayendo uno a uno.

Éramos criaturas enamoradas del amor, había entre los dos un flujo magnético; nos atraíamos y nos separábamos, con la misma fuerza.
Y el alfalfar era igual  al que ahora ven mis ojos, sin embargo; no es el mismo. Lo imaginábamos un mar, moviéndose con el juego del viento, dibujando olas libres e inquietas, sobre las que nos dejábamos caer y nos hundíamos en su frescor.
Llegabas saltando sobre el verde, con la camisa flameando al aire, los ojos y la sonrisa abiertos a la vida. Me estremecías, sólo con tu voz, cuando recitabas los versos de Buesa:

No, yo no diré nunca qué en noche de verano
me estremeció la fiebre de tu mano en mi mano.
No diré que esa noche que sólo a ti te digo
se me encendió en la sangre lo que soñé contigo.

Era el comienzo de la adolescencia y todo comienzo tiene final. Algo había en vos, algo que no entendí en aquel momento.  Veía nacer tus palabras y ellas brotaban en  colores, ibas del rosa al rojo cuando hablabas de amor y cuando te enfurecías, el gris y el negro surgían  como burbujas de tu boca.
Un día te fuiste.
Alguien,  de quien no recuerdo el nombre, te llevó de mi lado. Mi dolor fue hondo, lloré sin descanso, fue un río de tristeza que expulsé de mi cuerpo. Lo viví como una gran  tormenta, esas que cuando llegan arrasan todo a su paso y luego  dejan el jardín más verde; basta con limpiar las hojas y los pétalos caídos y todo vuelve a brillar bajo el sol.
Nunca supe  qué fue de vos; pero en ciertas tardes, al mirar el campo  me parece ver tu figura cruzando  los canteros, con la camisa flotando y los versos de Buesa en los labios. Tardes en que el viento dibuja olas verdes y el reflejo hace brillar la alfalfa.








29 comentarios:

buhoevanescente dijo...

fantastico, nos encanta compartir tu paseo con tan bellas y fragantes palabras, gracias mil, abrazosbuhos llenos de colores y sonidos imaginados gracias a ti.

Campirela_ dijo...

Que lindo es recordar ese amor de verano , el que nos hacía temblar con el roce de sus manos ..muy bello y tierno tu texto .
Un abrazo y feliz noche.

Ester dijo...

Que recuerdos tan hermosos, vivir nos presta el tiempo para atesorar vivencias que luego recordaremos. Un abrazo

Rafael dijo...

Es imposible no trasladarse y cerrar los ojos en esas tardes que nos dices en tu relato.
Un abrazo.

Sandra Figueroa dijo...

Muy buen relato y cuantos recuerdos traes a mi mente al leerte.....saludos

Mª Jesús Muñoz dijo...

Un relato precioso y sentido, María Rosa...Tu espíritu libre ha volado por ese mar verde de recuerdos y nos has implicado a todos. Y lo has hecho con sensibilidad, pasión y tu característica maestría, amiga.
Mi felicitación y gracias por tu constancia y cercanía.
Mi abrazo y feliz fin de semana, amiga.

Gladys dijo...

Que bello y nostálgico relato, los bonitos recuerdos siempre vienen a nuestras mentes haciendo que revivamos los gratos momentos una y otra vez. Abrazos feliz fin de semana.

Mirella S. dijo...

Aunque el final fue doloroso, la vivencia de la pasión queda alojada en los recuerdos.
Una hermosa prosa poética, Mariarosa.
Besos.

José A. García dijo...

El tiempo pasa, para todos por igual, aunque nos emperremos en intentar detenerlo.

Saludos,

J.

Sara O. Durán dijo...

Al paso del tiempo, como un espejismo... pero quizá con la mayor nitidez que pueda dar un conocimiento también mayor de todo. Me encantó.
Besos.

Elda dijo...

Fantástica este prosa poética, encantadoramente dulce y narrada con gusto y elegancia, y no tengo más que decir porque lo demás sería paja, ya que todo el sentimientos los has dejado tú magistralmente.
Me ha encantado Maria Rosa.
Un abrazo y feliz domingo.

Mari-Pi-R dijo...

Pasajes que nos llevan a soñar y dejarnos ir con esos paseos de nuestra juventud.
Un feliz domingo.

Franziska dijo...

Algo que sucede en nuestra vida precisamente en su primera juventud y que es algo que, pasados los años, vuelve a renacer: aquello que pudo haber sido y no fue y que aún duele y lo seguimos añorando, esto de un modo u otro creo que lo hemos vivido todos.

Me ha gustado mucho el uso que has hecho de imágenes y metáforas. Un abra<o.

María Pilar dijo...

Poesía pura. Para leer y releer y disfrutar de algo tan maravillosamente escrito. Qué bien has elegido las palabras para atraparnos en esa atmósfera evocadora de la historia de amor y pérdida. Emociones y sentimientos a flor de piel.

Mis felicitaciones y mi admiración.

Maru dijo...

Qué bello y romántico escrito, evocador de recuerdos que no mueren, de vivencias enriquecedoras. Abrazos.

Marina Filgueira dijo...

Exquisita prosa poética, digna de un aplauso prolongado.
Te dejo mi felicitación.

J.P. Alexander dijo...

Uy que romántica y triste historia. Te mando un beso

Margarita HP dijo...

Qué preciosidad María Rosa... ese océano verde... y ese amor que se disipó en él, pero que bueno, ahí persiste en el corazón. Precioso.

Muchos besos:D

lanochedemedianoche dijo...

Recordar lo hermoso vivido es un sueño, ojala podamos siempre sentirlos, esos los buenos, los maravillosos, como lo de tu impecable relato de amor.
Abrazo

Alicia dijo...

Un amor asi es imposible olvidar. Y aunque ya no sea, es bonito recordar. Precioso lo has relatado. Besos

Carlos Augusto Pereyra Martínez dijo...

Me encanta ese ensamble entre proas poética y poesía, para la nostalgia de un amor ido. Un abrazo. carlos

Joaquín Galán dijo...

Un prosa brillante y equilibrada para dejarnos ese sabor a nostalgia tan universal puesto que todos alguna vez hemos añorado un amor adolescente,haya existido o no.
Compruebo que también en el tema Prosa Poética te mueves bien.Mi enhorabuena.

Un abrazo Mª Rosa.

Pensando en Haiku, Karin Rosenkranz dijo...

Me gusta leerte y disfrutar de tu colorido relato.
Saludos 🌞

carmen estany dijo...

La adolescencia es una etapa muy hermosa,se despierta la atracción y la ilusión por el otro sexo y se empiezan relaciones que generalmente no llegan a buen fin por falta de madurez.
Tu relato es muy bonito y se siente tu emoción.
Te mando un fuerte abrazo Mª Rosa

Recomenzar dijo...

Me encantas cuando escribes y guardas tus silencios

Trini Altea dijo...

Maria Rosa me gusta venir a visitarte.

el oso dijo...

Ah, pero ¡qué maravilla de relato!
Te lleva flotando con el ondular del alfalfar.
Me encanta esa narración y ese estilo tan tuyo.
Besos

La Dame Masquée dijo...

A veces es mejor que quede solo el recuerdo a vivir lo que pudo haber sido. Al menos si el recuerdo es así de hermoso.

Feliz tarde

Bisous

Meulen dijo...

Me he remontado a mi propio recuerdo
Aunque lo soñado era orillas de un rio
Persiguiendo los patos y bañado de luz bajo las aguas...se fue al sitio del no retorno
Y si vuelven esos recuerdos.
Y crece una esperanza.

Lindo cuento...que retoma existencia.

Besos

Linda semana.🐦😀🌺💜🌷💕💕💕💕

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