viernes

La cuarta silla






Siempre había estado allí.
Con la comida lista, la ropa limpia, la caricia volando como un pájaro con el pico cargado de miel. Sospechaban  que era un mueble y de tanto verla olvidaron quién era. Ellos eran así, seres apurados, sordos  al murmullo que dejaban oír sus lágrimas al caer una sobre otra en el piso de la cocina, sus labios olvidaron las palabras amables, que se fueron durmiendo en sus gargantas como niñas caprichosas.  
Un día  el destino sopló fuerte, elevó las caricias y el murmullo cantarín de las mañanas desapareció.  La casa fue hielo, el aroma a sopa, a cebolla y torta de vainilla se esfumo como un suspiro, la mesa quedó huérfana de platos, la canasta de pan almacenó restos secos y el viento circuló helado por las habitaciones.
Pasaban los días y la cuarta silla de la mesa familiar, permanecía vacía. Allí se dieron cuenta de la ausencia, pero ya era tarde, el silencio se había anidado en sus corazones y la soledad los fue cubriendo con una ceniza gris y una mañana la casa ya no estaba.

Un nuevo terreno baldío apareció en el barrio, los vecinos circulaban ante el sin notar la novedad, es que eran seres apurados, sordos al canto de los pájaros que desde los paraísos de la calle intentaban decirles algo.



24 comentarios:

Kristalle dijo...

Que triste darse cuenta que no está.
Saludos

lanochedemedianoche dijo...

Un relato tan actual querida amiga que me estruja el corazón, brillante relato.
Abrazo

El Demiurgo de Hurlingham dijo...

Tal vez dejó de estar porque dejaron de percibirla.

Un abrazo

Carlos Augusto Pereyra Martínez dijo...

Cuánto arrasa el perder el alma y el corazón para el otro. UN abrazo. Carlos

J.P. Alexander dijo...

Uno de aprovechar estar con sus seres queridos antes que el tiempo y el mundo te los quite. Hermoso relato

Susana dijo...

Qué maravilla de relato tan real. Un beso.

Elda dijo...

Un lugar lleno con sensaciones vacías, miradas que no ven, sentimientos fríos que no responden con calidez. Todo ello puede y algunas veces ocurre tristemente en la actualidad.
Un bello relato conciso y concreto, con la gran calidad de tu decir.
Encantadora esta frase: la caricia volando como un pájaro con el pico cargado de miel.
Un placer leerte Maria Rosa.
Abrazos.

Sara O. Durán dijo...

Nos hacemos polvo... y nada queda. Al tiempo, ni recuerdo.
Besos.

María Pilar dijo...

Qué tristeza se te pega entre los pliegues del alma para siempre, porque ahora que sabes que no está te das cuenta que nunca le dijiste que la querías, qué rico estaba todo lo que cocinaba, qué bien olían las sábanas a lavanda cuando te acostabas...
Y te escondes en un rincón donde las lágrimas corren y corren ríos de reproches: ¿por qué no le dije? ¿por qué no hice?
Inutil, el tiempo no ofrece treguas...
Con la tristeza que me ha inspirado tu relato, te dejo mi admiración por tu escritura y mi cariño.
Besos

Abuela Ciber dijo...

De ahi la importancia de que en vida demos las caricias necesarias
Buen fin de semana
Cariños

Mari-Pi-R dijo...

Lo cierto que muchas veces la silla está ocupada pero es como si no lo estuviese, por eso es importante dar las caricias necesarias.
Un feliz domingo.

Margarita HP dijo...

Qué maravilla de relato María Rosa. Qué forma más hermosa de describir y qué tristeza en cuánto a lo que está ocurriendo. Esa silla que perciben tarde vacía. Cuántos hogares tendrán sillas como esa.
Un beso preciosa :D

Soñadora dijo...

Que no vivamos así de apurados y ensimismados y podamos aún detenernos a mirar, escuchar, sentir...
Un abrazo!

Mª Jesús Muñoz dijo...

María Rosa, nos emocionaste a todos...El alma de esa familia estaba ahí dándolo todo con generosidad. Cuando ella se va, poco a poco desaparece todo...La vida es el sentimiento, si falta estamos vacíos.
Mi felicitación y mi abrazo por tu buen hacer.

Anónimo dijo...


Baeno,...más que eso,...MAGNIFICO relato. Maestría y pulida elaboración de una historia, en un género que se presta para grandes cosas...Un nuevo y valioso antecedente demostrativo del buen trato de la letras y de las situaciones...Felicitaciones amiga..Cálidos saludos. Juan Ángel Petta

Sandra Figueroa dijo...

Que triste realidad para muchas mujeres.....pero cuando ya no esta mas en la casa es cuando notan su presencia y enumeran sus cualidades como si así pudieran hacer que volviera....me dan coraje esas personas.....un texto magnifico y hermoso.....Saludos

Anónimo dijo...

gracias por tu comentario,la capacidad de relato es super!
gracias
lidia-la escriba
ya sabes mi blog!

Accurate Mcx Tips dijo...

waoo well written post about La cuarta silla.

Thanks,

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Verónica Calvo dijo...

Brutal. Es una triste realidad ya que muchos echan en falta cuando sus necesidades dejan de ser atendidas.
Muy bien narrado y armado.

Saludos.

Recomenzar dijo...

¿Qué puedo decirte?? nada
Te aplaudo

Meulen dijo...

Cuanta tristeza!

siempre se extraña lo importante cuando ya no está nunca mas

lo peor es que la soberbia ganó en todo los corazones

besos.

José A. García dijo...

Nadie nota los cambios hasta que no son demasiado evidentes.

Saludos y Suerte,

J.

AMALIA dijo...

Real y fantástico relato.
Un abrazo.

El Baile de Norte dijo...

Tristemente esuna realidad que hoy en día se extiende más y más,... somos seres muy ocupados, y la ocupación suele producir ceguera y sordera,.... Bonito y sentido relato.

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