2º ENTRADA.
Desde
las 15 hs esperaron a Sardou en el
estacionamiento del hospital.
Se sorprendió al verlos.
Negó
toda relación. Al hablar no los miraba a
la cara, se notaba nervioso; abrió la
puerta de su coche con intención de retirarse y al decirle que tenían un testigo que conocía su
relación con Camila Torres, y estaba
dispuesto a declarar, bajó la cabeza y quedó en silencio, al fin suspiro y dijo:
—Vamos
al bar de enfrente. Estoy cansado y esta charla va a llevar tiempo.
Pidieron café. Garmendia y su ayudante guardaban silencio. Sardou también, se movía en la silla sin lograr acomodarse. Miraba a un lado y otro, buscando que apareciera algún conocido que lo arrancara de tan densa situación. Pero en el bar todo era tranquilidad, algunas parejas hablaban muy bajo, sólo se escuchaba el tintinear de la vajilla y lejana, la voz de Vicentico cantando;
“Tú… no podrás faltarme
cuando falte todo a mi alrededor
Tú… aire que respiro en aquel paisaje donde vivo yo”.
Tú… aire que respiro en aquel paisaje donde vivo yo”.
Al
fin dijo:
—Camila
y yo nos conocíamos desde nuestra adolescencia, fuimos novios, cuando nos
recibimos ella recibió una beca y se fue a Estados Unidos, regresó hace unos años, nos encontramos nuevamente en el hospital
y renovamos nuestra relación. Era muy fuerte lo nuestro, al menos para
mí. No me importaba ni mi mujer ni mi hija y si por mi hubiera sido, abandonaba
todo y me iba con ella. Pero Camila decía que no era el momento, que debíamos
esperar, acepté. Últimamente ella estaba
rara, algo le sucedía.
Sardou
hizo silencio. Bebió el café y dijo con rabia:
—Había
otro hombre en su vida.
Garmendia
saltó en la silla, Carmona miró fijo al doctor.
—¿Quiere
decir que lo engañaba?
—Eso
le pregunté y me dijo que si, había otro hombre y era una relación sin
importancia, lo confesó tan naturalmente, con tanta frialdad que no la
reconocí.
Pidió
otro café y ahora sí miró a Garmendia a los ojos.
—No
sé quién era él. Posiblemente alguien joven, ella me confesó ciertas cosas de
la relación, que de solo recordarlas me pone loco, encontraba en él la pasión
que no vivía conmigo, esas fueron sus palabras.
Quedaron
los tres en silencio, de pronto Garmendia peguntó:
—¿Usted
la mató?
El
doctor se cubrió la cara con las manos, se
puso de pie y volvió a sentarse, apretando las mandíbulas, dijo:
—Lo
hubiera querido hacer, pero no fui yo. A pesar de todo la amaba, ella era mi
vida, mi juventud, los sueños compartidos; era mi sentido de vivir. Les juro que
hoy no sé cómo vivir sin ella.
—¿Y
su familia?
—Ya
le dije que Camila era todo, mi mujer
sospecha que hay alguien más en mi vida, pero no sabe quién es. Ellas se
conocían, trabajaron hasta hace un año en la clínica de mi suegro, mi esposa es
cirujana infantil. Camila se retiró alegando cansancio.
—¿Cirujana?
Eso podría aclarar la perfección del
corte que desangró a la doctora —dijo Carmona.
Sardou
se exaltó.
—¿Ustedes
están locos, mi esposa es incapaz de una cosa así?
—Entiendo
que la doctora Torres le robó el marido y la paz en su familia, bien pudo
matarla.
—Por
favor no vaya a hablar con ella, le
aseguro que no sabe nada.
Se
levantó, hizo un gesto a modo de saludo y se fue. Garmendia y Carmona miraban el café ya frío y no lograban
articular palabra. El detective sabía que tenía que hablar con la esposa del
doctor Sardou, no sabía cómo, pero ya iba a encontrar la vuelta. Pidió más
café.
La
casa del doctor Sardou estaba sobre la calle Entre Ríos en Olivos. Ya se
habían conectado telefónicamente con la
doctora Carmen Molinari de Sardou, ella
los esperaba.
Los
recibió sonriente. Café de por medio, fue ella quien preguntó:
—En
minutos debo atender a mis pacientes. Entiendo que la visita es por la
muerte de Camila, pero no entiendo que datos les puedo dar.
—Todo
es importante para nosotros, ustedes fueron compañeras de trabajo o también amigas.
—No,
amigas no, hablábamos sobre temas de
trabajo, pero nada más. Ella era muy reservada.
—¿Romances?
—Preguntó Garmendia— ¿nunca le habló de sus parejas?
La
doctora hizo un gesto de fastidio.
—No
hablábamos de temas personales, ya le dije era reservada conmigo y con los
demás compañeros.
—No
recuerda algo sobre la doctora Torres que pueda ser de interés.
La
cara de la señora de Sardou se crispó, iba a decir algo y se contuvo. De pronto
dijo:
—Pregunten
a mi esposo ellos eran muy amigos.
Remarcó,
muy amigos y se puso de pie.
—Detective
tengo pacientes esperando.
Los
acompañó hasta la puerta y volvió a decir:
—Recuerde
que mi esposo les puede dar mejores datos.
Sin un saludo, cerró la puerta y los dos,
Garmendia y Carmona tuvieron la
sensación de que los hubiera empujado a la calle.
El 1º de junio va la tercera entrada.
El 1º de junio va la tercera entrada.
12 comentarios:
Ya apareció una sospechosa, no muy entusiasmada en hablar, con un motivo y con condiciones. También podría estar siendo implicada por alguien mas.
Que buena historia.
Maria Rosa, he leído el primer capítulo, donde nos muestras el tema con claridad y fluidez...Poco a poco avanzamos en este segundo capítulo junto a los detectives. La verdad saldrá a la luz y el asesino o asesina cantará. Muy interesante, amiga. Sabes ganar la atención y curiosidad del lector.
Mi felicitación por tu maestría y amor a las letras.
Te dejo mi abrazo y mi cariño.
M.Jesús
Después de ponerme al día , pues no había leído la primera parte de este intrigante relato me encanta esa magia que produce la intriga y la duda ...-Se me antoja que aquí hay unas manos ejecutoras femeninas...los celos son malos consejeros.
Me ha encantado y espero intrigadísima esa tercera entrega...?
Un fuerte abrazo.
Tus escritos, son entretenidos e intrigantes. Te felicito.
Abrazos
Interesante historia, que se va complicando con el desarrollo.
Besos!
Me encanta, he leído la primera parte y esta segunda está muy interesante.
Me quedo a la espera.
Muy bien María Rosa, consigues el interés del lector estupendamente, por lo menos el mío.
Un abrazo.
Es un placer leerte; va tomando cuerpo. Espero con impaciencia la siguiente parte. Un abrazo
Me estaba inclinando por la mujer del médico, pero necesito la información del otro hombre. Tal vez sea el asesino.
Un abrazo María Rosa, esperaré por la otra parte. Me tienes intrigada.
Felicidades Maríarosa
veo un giro en las entregas
una especie de saga policial
algo que en tu pluma se da muy bien , quizá sea preámbulo a una novela negra
abrazos
Bueno seguimos en babia, sobre el determinador del crimen, y aparecen más sospechosos. Un abrazo. Carlos
Hola María Rosa, hoy con más tiempo me he puesto a leer la segunda entra, de esta intrigante historia, de momento todo está ahí en el aire, hay que conocer más de los otros personajes para deducir quien fue el autor/es del asesinato.
Un abrazo amiga.
PD: Voy a ver si puedo seguir con el siguiente capítulo.
Continuaré con la lectura. Interesante e intrigante.
Saludos María Rosa.
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