jueves

Lo llamaban tordo.



En el barrio lo llamaban el Tordo, porque siempre empollaba  en nido ajeno.
Ganador en  lides amorosas de esas que no dejan recuerdo.

Hoy se encuentra tan cambiado, que no comprende que le está sucediendo.
Se perdió en una cintura del tamaño de sus manos.
Una mujer de mirada transparente, de pecho alunado y sensual andar, dominó sus arranques, se metió en sus sueños. Lo dejó sin decisiones y lo hundió en la inseguridad de no saber responder por él mismo, sin pensar en ella.
Cuanto insomnio le provoca  la curva mórbida de su cuerpo, él  sabe que se está comportando como un cobarde, negándose a otras que lo requieren, pero lo que siente va más allá de un enamoramiento. 
Nunca vivió esa sensación de caminar sobre nubes, él no es un chiquilín y sin embargo cuando ella lo mira, se pierde ante sus ojos canela. Su presencia lo hace temblar.

Comprende que su vida ha sido un sin sentido, un ir y venir en amores huecos, sin sustancia. Lo que sucede en su pecho al tenerla cerca; es nuevo. No encuentra palabras para definirlo.
No quiere perder su fuerza de macho conquistador.
Sabe que al lado de ella se disipa su cordura y  el corazón se le desboca en un galope sin riendas.
Se dijo que no podía vivir así. Él no es hombre para enamorarse, para vivir sujeto a una pollera.
Va a hablar con ella, decirle que ya basta, que no le interesa su juego de romanticona cursi, que él es un hombre y no nació para vivir sujeto a una  sola mujer, por bonita y dulce que fuera.

Pero cuando estuvo frente a ella, olvidó  todas las palabras maduradas en soledad, los conceptos sobre el amor y la fidelidad, y se dejó abrazar y se perdió en su boca como quien se pierde en el placer fresco y perfumado de un sueño.
Hoy muchos lo envidian, otros lo critican, ya no es el Tordo, hoy es un Hornero.





El tordo no construye nido, por eso la hembra pone sus huevos en nido ajeno.

El hornero es natural de Sud América. Es  un ave monógama, y generalmente las parejas de horneros comunes permanecen juntas por tiempo indefinido, incluso de por vida. Es el ave nacional de Argentina desde 1928.



24 comentarios:

El Demiurgo de Hurlingham dijo...


De haberse comportado de otra forma, no la hubiera encontrado. O no habría sido capaz de conquistarla.

Unknown dijo...

Buenísimo María Rosa !
Al final lo venció el amor. Esas cosas pasan. El hombre mujeriego al final cae en las redes de alguien que lo enamora y deja un puñado de mujeres llorando por él.
Tu blog está ¡PRECIOSO !me encanta como quedó. Lindísimo.
Muchos besos de sol.
Feliz tarde - noche.

Rafael Humberto Lizarazo Goyeneche dijo...

Al fin le pusieron su "Tatequieto", decimos por aquí... tanto va el cántaro al agua que por fin se quiebra.

Un abrazo.

TIGUAZ dijo...

Hay muchos tordos en esta vida, a la larga, tarde o temprano termina apareciendo la dulce hembra que acaba con la estúpida arrogancia dominante de la que hacíamos gala. En alguna ocasión, también fui tordo. Como siempre, un placer leerte. Desde tú Galicia mi cariño.

Kasioles dijo...

Me ha encantado.
El amor todo lo puede.
En este caso el conquistador es conquistado, ha caído en las redes del amor.
Yo me compararía con un hornero, me encantan.
Cariños en el corazón.
Kasioles

Diana de Méridor dijo...

Qué bonito tener como emblema un ave tan romántica. Hoy hemos aprendido una hermosa lección además de disfrutar con su relato como de costumbre.

Feliz fin de semana.

Bisous

cachos de vida dijo...

Un hermoso relato para enfrentar el fin de semana.
Feliz fin de semana.
Un abrazo.

Joaquín Galán dijo...

Un tordo venido a menos...jajajaja
Pero es que el amor lo puede todo y pocos son los tordos que terminan solteros de por vida.

Un relato simpático que me agradó mucho, María Rosa.

Abrazos y buen fin de semana.

Ernesto. dijo...

Hola Mariarosa, estas historias suceden. Es, simplemente, la vida.

Saber contarlas con interés es cosa tuya.

Un abrazo.

Mª Jesús Muñoz dijo...

Una historia muy bien contada, con naturalidad y sentimiento, que ha conseguido conquistarnos a todos, como esa mujer conquistó al tordo que se volvió hornero...Una preciosidad, Maria Rosa...Olé por tu arte y maestría, amiga.
Mi felicitación y mi abrazo grande por tu buen hacer.
Feliz fin de semana.
M.Jesús

Mirella S. dijo...

El Tordo encontró la horma de su zapato, suele ocurrir con los que picotean aquí y allá.
Una narración impecable.
Abrazo, Mariarosa.

Manrique dijo...

Enhorabuena por tu entrada.
Buen fin de semana
Abrazos

volarela dijo...

Genial este paralelismo con los pájaros. Un cuento jugoso y muy simpático :). Me encanta siempre cómo describes los personajes,¡y todo!

Besos grandes:)

José A. García dijo...

Y bueno... no se puede ser un picaflor (para seguir con los pájaros) toda la vida.

Al menos no si queremos pasarla bien.

Saludos

J.

Lapislazuli dijo...

Muy buen relato, deja reflexiones
Abrazo

Tatiana Aguilera dijo...

Hermoso relato María Rosa. Los recursos literarios han sido bien utilizados. He conocido algunos tordos que el amor ha transformado en serviciales y románticas aves de un solo nido.
Un abrazo inmenso.

María Socorro Luis dijo...


Precioso, me ha encantado. Muy, muy bien estructurado y muy poético.

Ay, ese hornero que construyo su nido en mi casa de Castelar...

Un abrazo muy grande.

MaRía [Capri ] dijo...

Hermosa historia
todo lleva su tiempo
todo tiene su espacio
todo tordo se puede convertir en hornero... si se pierde en la boca precisa , en el alma adecuada
un abrazo

lichazul dijo...

la monogamia en la natura se da en partes casi iguales que en los humanos
mitad sí, mitad no

a mi me gustan las grullas (también son monógamas)

abrazos y feliz semana

Charlie El Balsero dijo...

MUY BUENO...
SIEMPRE PIENSO QUE EL AMOR DEBE TRIUNFAR Y PREVALECER POR ENCIMA DE CUALQUIER COSA.

ABRAZOS
CARLOS

José Manuel dijo...

El que presumía de conquistar a todas, fué el conquistado y para siempre. Núnca podemos llegar a saber cómo seremos mañana.
Muy aleccionador el cuento.

Un abrazo

Anónimo dijo...

Preciosa!
Acabo de notar que no me veo de seguidora tuya, no veo el gadget de seguidores y yo no uso google plus. Está por alguna parte que no he visto o es que no hay? Porque en ese caso tengo que ver como volver siempre a visitarte :)

Carlos Augusto Pereyra Martínez dijo...

Qué bella semblanza poética, sobre el pájaro emblemático de la Argentina. Un abrazo. Carlos

Anónimo dijo...

Gracias Mar+ia Rosa, por una historia tan bonita...Generalmente así sucumben los varones ante los encantos de una mujer especial, como es la mujer que uno ama. No hay pergaminos y honores,...el corazón no entiende de esas cosas...Solo late y ¡¡¡QUIERE...!!!Como siempre,...¡¡¡¡GENIAL...!!!
Juan Angel Petta

El museo

  EL MUSEO. Cuento. El problema del museo no era su vejez, era el abandono en que lo había sumido la desidia de sus últimos directores y l...