sábado

Garzas rojas.


La arena quemaba, me acerqué buscando el frescor de las olas que se desmayaban en la orilla, lentas, tranquilas, extrañamente no había viento.  
No lograba dejar de pensar en vos, en nuestras largas caminatas en tus leyendas, esas que nunca creí del todo. Me jurabas que eran ciertas, que tu abuelo las había escuchado de su padre y no sé qué historias que me llevaban hasta tu  árbol genealógico del que no me interesaba conocer su inició.
Te fuiste jurando volver.
Cuando regresen las garzas rojas volveré, me dijiste.
Sabía que eso era imposible, las garzas rojas ya no existen por aquí  y en realidad nadie las había visto, eran una de las tantas  leyendas que trae el mar en su ir y venir y que los pescadores suelen contar entre copas de vino y noches largas, nada más.

El cielo comenzó a nublarse, aliviando el calor. El sol era un reflejo, espiando tras las nubes y la brisa comenzó a agitar mi blusa y a golpear mi cara. En pocos minutos  el clima había cambiado. Subí hasta los acantilados, intentando regresar por la calle costera. El océano era una  fiesta de  verdes, grises y celestes, imaginé a un monstruo marino dando vueltas en el fondo y cambiando los colores del agua. Un olor a pescado y sal impregnaba el aire, me detuve a mirar el espectáculo. Una bruma espesa fue cubriendo el mar  y se fue deslizando hasta la arena y entre la niebla y como salidas del arcano más cerrado, aparecieron ellas, unidas en una bandada roja, que  fue descendiendo con elegancia, el pecho me latía enloquecido y mis ojos intentaban abarcarlas a todas. Me senté en el risco y  las admiré sin tener idea del tiempo  que estuve  allí, deslumbrada ante su garbo lento, su plumaje, a veces rojo, otras de un rosa intenso. Se echaban a volar a ras del agua buscando algún pez distraído que les sirviera de alimento, otras picoteaban en la playa buscando almejas.  Con el mismo silencio que llegaron, levantaron vuelo y partieron dejando mi esperanza en vilo,  el horizonte, era una línea recta y gris.

Habrá sido mi imaginación quién engendro la magnifica escena o fuimos los dos, tú, en un lejano país  soñando con regresar y yo en la espera.



29 comentarios:

Rafael dijo...

Pudo ser un cuento entre dos y a través de la distancia.
Un abrazo.

Unknown dijo...

ADORE María Rosa . Esta hermosísimo.
"Habemos de todo en la viña del Señor" Si lo tomas con calma, no pasa nada. Duele y después pasa.
Redactas muy bien , me gusta leerte.
Te dejo muchos besos del color de tus garzas.
¡FELIZ FIN DE SEMANA !! :)

Patricia dijo...

A veces, el sueño se vuelve realidad y lo imposible sucede. Juntos en la distancia, seguramente, los corazones palpitaron al mismo ritmo al ver tan bella imagen.
Hermoso!!!
Cariños...

lichazul dijo...


un cuento lleno de significado
los deseos si se trabajan pueden alcanzarse

las fotos de flamencos e ibis escarlata son preciosas

buen fin de semana
abrazos

Mavi dijo...

Un relato lleno de imaginación
para compartir.
Un abrazo
Mavi

CHARO dijo...

Mereció la pena esperar para poder contemplar un espectáculo tan bello.Precioso cuento.Besicos

Charlie El Balsero dijo...

Por qué no? Los sueños pueden convertirse en realidad.
Abrazos
carlos

Anónimo dijo...

justo, esperaba ese cierre: {el no regresó.
un abrazo

TIGUAZ dijo...

Estas vestida de Garza, por que regresaste a mi corazón. Se te hechó en falta. Felicitaciones por el escrito y mi cariño

Mirella S. dijo...

Qué bueno todo el conjunto, las descripciones, el clima, la leyenda, la aparición de las garzas... el final está perfecto.
Felicitaciones, Mariarosa.
Un abrazo.

Mª Jesús Muñoz dijo...

Me alegro verte de nuevo amiga mía...Este relato me recuerda que la sincronía existe, a veces pensamos en alguien que también nos piensa y sucede el milagro de las garzas rojas o las gaviotas o el vuelo de palomas dejando un mensaje en el cielo...sonrío.
Mi felicitación y mi abrazo grande,escritora y amiga...Bello e inspirador relato.
M.Jesús

Soñadora dijo...

Maria Rosa, que belleza!

Un abrazo!

Carlos Augusto Pereyra Martínez dijo...

La espera y la distancia. TU cuento me hacer recordar, el de aquellas mujer que áun ya vieja, se sentaba en una escollera, a esperar a su amante, un marinero que no se le dejó un hijo, si el amor clavado una espina, con el juramento de que volvería por ella. UN abrazo. Carlos

Sor.Cecilia Codina Masachs dijo...

Buenas tardes María Rosa, pues me ha parecido un relato estupendo con muy buena descripción de ese océano, donde se hunden y nadan esperanzas.
Así como él llegó y se fue, llegaron las garzas que nunca se habían visto antes y que él las describía como ciertas ¿Quién sabe si en ese silencio él amor volvería desde lo lejos?
Un abrazo
Sor.Cecilia

Felicidad Batista dijo...

María Rosa, me pareció como si paseara por la playa, con olor amar, sintiendo la brisa, contemplando la quietud del paisaje. Y también soñé con las garzas rojas recorriendo la orilla.
Imágenes, colores, aromas que s e trenzan con una historia de nostalgia, que como las olas arriban a la arena y se alejan arrastrando los recuerdos.
Maravilloso relato.
Un abrazo

LAO dijo...

Encantado de leerte María Rosa, lo disfruté mucho. Creo en las Garzas Rojas y en los peces distraidos....

Anónimo dijo...

Rauda y veloz paso a dejar un cordial saludo, un abrazo afectuoso, y para que sepas que por ahí ando… escribe que te escribe…

El tiempo parece desgranarse entre los dedos,
desintegrarse como si no fuese importante;
como presumiendo de eterno…

Es a lo único que le temo en la vida, a que no me alcance para hacer tantas cosas que deseo…

Espero verte de vez en cuando por mi casita…

cachos de vida dijo...

Sueño o realidad, maravillosa imaginación la tuya. Hermoso relato.
Un beso.

Diana de Méridor dijo...

Pues si fue todo una jugada de la imaginación, espero que algún día se hiciera realidad tan bello sueño.

Feliz día, madame

Bisous

Anónimo dijo...

Hola María Rosa.
Precioso tu relato, leyendo poco a poco se adentra uno en esa playa y sueña en ver volar esas magníficas aves.
Un abrazo y una buena semana.
Ambar

María Socorro Luis dijo...

Sl mar y su misterio. El mar y sus leyendas. El mar y el amor... Qué mas para soñar?...

Un encanto tu relato, lleno de poesía.

Besosycaracolas.

Antorelo dijo...

¡Qué bien aúnas realidad y fantasía! Me ha sabido a poco.
Se te echa en falta.
Un abrazo

Rayén dijo...

Con el mismo silencio que llegaron, levantaron vuelo y se fueron...tal vez por algunos momentos se abrazaron en el tiempo.
Bello relato, amiga.
Muchos abrazos.

lichazul dijo...

gracias por tu huella
buena jornada
abrazos

Anónimo dijo...

Y como siempre,...un relato que deja pensando, si fue realidad o simplemente, otra joya de tu imaginación, o de ésa musa que tienes tu lado desde hace mucho, mucho tiempo. Me inclino por la joya. Con cariño.Juan Angel Petta

Boris Estebitan dijo...

Un cuento que espero que tenga final feliz y que la distancia sea vencida.

cachos de vida dijo...

Feliz fin de semana.
Un abrazo.

PEPE LASALA dijo...

Un escrito lleno de sueño, deseo e ilusión, que es perfectamente alcanzable. Me encantó María Rosa. Un fuerte abrazo y feliz fin de semana amiga.

Marinela dijo...

Paso, leo y te dejo un beso de amistad.

Salud y alegría querida María Rosa.

Marinela

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