El
principio de la primavera descargaba viento y lluvia en la ciudad, desvestía las plantas del jardín y obligaba a encerrarnos buscando algo que hacer y de puro aburrida, comencé
por ordenar los estantes del
viejo mueble del comedor. Encontré fotos, revistas y en una caja
de madera: el tablero de ajedrez. Las piezas seguían tan bellas como lo eran en
mi niñez. De madera lustrada, roble claro, roble oscuro, las fui acomodando. Los peones adelante, y luego surgió la duda ¿el caballo va al lado de la
torre o de la reina? Cerré los ojos tratando de evocar y tu voz me llegó clara; “el caballo va al lado de la
torre”.
Tus
enseñanzas, querido viejo, quedaron en mi memoria. Volví al tablero, las blancas primero,
adelanté un peón. Conjeturé cuál hubiera sido tu jugada y abrí tu juego,
continúe mis avances imaginarios. Saqué el caballo de mi izquierda y tu alfil pareció
salir solo a mi encuentro, solitario y amenazante. Hasta me pareció escuchar tu voz; “Jaqué” yo
misma me había derrotado.
Como
te habrías reído, cometía siempre el mismo error, dejaba el camino libre para
que tu alfil me sorprendiera.
Es
así papá –dije— siempre
voy a ser una mala jugadora de
ajedrez.
20 comentarios:
Al menos lo intentaste. Lo intentas con su recuerdo.
Yo me quedo en blanco ante el tablero:(
Saludos
La vida es una partida de ajedrez. Hay que prepararse siempre para la jugada siguiente.
Salut
Lo que recuerdas es ese maravilloso momento junto a tu padre. Si aprendieras a jugar ya no seria igual el recuerdo.
Muy tierno!!!
Cariños.....
Bellos recuerdos María Rosa,de una gran ternura.Los objetos se encargan de traernos el recuerdo vivo de quienes un día amamos.
Abrazos.
hermoso relato , evocador y nostálgico, que destila emoción
abrazos y buena semana
El ajedrez siempre tiene hermosos recuerdos, (al menos en mi caso...)
Un abrazo.
Bella nostalgia, con la excusa del juego de ajedrez. UN abrazo. Carlos
Mi padre fue campeón argentino de ajedrez.
Yo también, pero juvenil.
Si habremos discutido sobre la variante "Najdorf".
El ya se fue.
Y yo no tengo con quien discutir.
Un abrazo.
Lindo y breve relato lleno de remembranzas. Me gustó bastante.
Un saludo cordial María Rosa.
Me ha encantado.
Yo juego a diario un montón de partidas on line.
Y cada vez me gusta más.
Gracias por compartir ese trozo de tu vida.
Besos.
Tiernos recuerdos María Rosa.
Es un juego de paciencia, destreza y mucha concentración, al igual que el juego de la vida, y unas veces ganamos y otras perdemos, ameno y bello este pequeño relato.
Una buena semana y un abrazo.
Ambar.
Pero una buena escritora. No se puede tener todo, madame!
Feliz día
Bisous
Evocador y tierno relato.
Un beso.
ingeniosos versos, me gustaron
saludos
Con mi padre me sucedía lo mismo, ese alfil en complicidad con la dama siempre me hacían el "mate pastor"...
Aún conservo aquel tablero sobre mi escritorio, juego de vez en cuando.
Un abrazo.
Nunca me gustó el ajedrez......a decir verdad no me gustan ningún juego de mesa......tu escrito sí que me ha gustado.Besicos
Bellísima y entrañable vivencia. Estoy segura que desde su mundo nos siguen amando y ayudando.
Un largobeso.
Tu relato desprende toda la emoción que evocaron esas partidas lejanas y, aunque no sepa de ajedrez, seguí los movimientos como si los viera.
Un micro muy emotivo, Mariarosa.
Besos.
Preciosa partida de ajedrez la que juega el presente sentimental con el recuerdo aún presente...Me ha encantado ese diálogo vivo y directo, amiga...
Mi felicitación y mi abrazo inmenso por la intensidad y maestría del relato.
Feliz semana,María Rosa.
M.Jesús
La palabra bonita, "Jaque", lo de mate ya no me gusta aunque tengo que admitir es una forma de seguir viviendo en esta vida. Un buen relato, Rosa, como siempre es un placer leerte, recibe mi cariño sincero.
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