La
casa de la abuela Betina había cambiado
su paz con la llegada de sus hijos. La primera fue Julia la mayor, luego Cacho, Martina y mis padres que vivían con ella, fueron los
que iniciaron el asombro.
El
alboroto había comenzado con la visita de una señora que tocó timbre.
Yo
atendí.
—Abuela
en la puerta hay una persona que te busca, dice llamarse María Elisa…
La
abuela me incrustó una mirada que me
sacudió, quedó unos instantes rígida,
luego se puso roja.
—Repetí
el nombre —dijo con enojo, como si yo tuviera la culpa de algo.
—María
Elisa.
Dejó
el pincel y sin quitarse la camisola manchada de pintura, fue directo a la
puerta, conocía muy bien a mi abuela y supe que la impulsaba una furia loca,
capaz de quitar a empellones a quien se colocara en su camino. Caminé tras ella y traté de escuchar la
conversación, fue imposible, Betina hablaba muy rápido y entrecortado y la otra mujer muy bajo. Al fin mi abuela la hizo pasar.
Entraron al comedor y quedaron a puertas
cerradas.
A
partir de ese momento, el ambiente de la casa fue otro. Teléfonos que sonaban
continuamente, llamadas de larga distancia, discusiones, unos tíos protestaban,
otros lloraban y la abuela discutiendo con todos, hasta que en un momento pareció cansarse y
elevando la voz dijo:
—¡Es
mi casa y mi decisión y basta! Él que
quiere venir a verlo, viene y el que no, es dueño de hacer lo que le da la
gana.
Acondicionaron
una habitación con una cama ortopédica, quitaron muebles, cambiaron las
cortinas grises por otras blancas, y un martes por la tarde se detuvo una
ambulancia en la puerta de calle, bajaron una camilla con un hombre. Luego me
enteré que era mi abuelo Ignacio, él que yo creía muerto. Yo me había hecho la
película de su muerte al ver que no lo nombraban, ni una fotografía suya circulaba por los cajones de los añejos muebles.
El
esposo pródigo había regresado al hogar.
Él
era el motivo del alboroto.
Todas
las mañanas venía María Elisa, ayudaba a Betina a curar al abuelo, preparaba su
comida y luego se iba. La casa era un ir
y venir de hijos, nueras y yernos,
susurros, conversaciones en voz baja y yo sin entender nada.
Una
de mis primas, con algunos años más, me
aclaró la situación:
“El
abuelo había abandonado a Betina, hacía quince años. Se enamoró de María Elisa, perdió
la cabeza y se fue con ella a Viedma. Los primeros tiempos creímos que la
abuela se iba a morir de tristeza, pero salió adelante con ayuda de una
psicóloga, fue aceptando la realidad; el abuelo Ignacio se había enamorado de otra mujer y contra eso no hay nada que
hacerle. Ahora está enfermo, fue operado varias veces y está en su fase
terminal, se muere y quiere hacerlo entre sus hijos. María Elisa vino a pedirle
a la abuela, que lo dejara cumplir su última voluntad. Al principio Betina no
quería saber nada, fue a verlo al hospital para cantarle unas cuantas, pero al
verlo tan mal, no se animó y aceptó que se quedara en la casa. María Elisa no
lo quiere dejar, viene y ayuda a la
abuela, así que ahora tenemos un abuelo con dos mujeres”.
Esto
último lo dijo riendo, a mi no me causó gracia.
Cuando
el abuelo Ignacio murió, vi algo que me hizo crecer de golpe, mi abuela y María
Elisa se abrazaron llorando como dos criaturas. Al principio no pude entender,
luego intuí que las dos lo habían amado
mucho y olvidaron las broncas, eran dos
mujeres a las que se les había muerto el corazón y un tiempo de vida.
34 comentarios:
esa es una actitud super machista
y el final lo confirma
es bastante real tu relato Maríarosa, se algunos casos así, y son verdaderamente patéticos por muy viejos y enfermos que estén
abrazos y felicitaciones por tu trabajo narrativo, siempre trascurre fluido y cercano a los ojos lectores
Una bella historia la que nos dejas en este relato.
Un abrazo.
UN CIERRE MUY SENSIBLE, MUY EMOTIVO Y SENSATO. MUEVES FIBRA CON TU RELATO.
BESOS
Este es un cuento de vida con madurez, con humanidad profunda, exaltando un rasgo femenino intrínseco, la piedad.
Mantiene el suspenso con firmeza, todos los personajes están claramente perfilados y, en pocas líneas ud. logra hacer vibrar las emociones propias.
Mi Yo lector inició la búsqueda interna de esa capacidad de Amor que entrega, al desatar el nudo de este vínculo especial.Su cuento cursa las emociones de una manera magistral.APLAUSOS.
Tus relatos siempre tienen el brillo suficiente para atrapar al lector, mis felicitaciones mi querida Maria Rosa.
Te dejo un fuerte abrazo, Felíz día!
http://perfumederosasregalosamigos.blogspot.com/2013/03/feliz-dia-la-mujer.html
Es el enlace de una imagen por el día de la mujer.
Conmovedora historia, es posible que no ocurran cosas así, muy a menudo, pero por casualidad o no, quien sabe, conozco una parecida.
La vida y sus misterios, una cosa es cierta, en el corazón y el amor nadie tiene fuerza suficiente para sujetarlos, vuelan libres con el viento.
Interesante y humano.
Un abrazo.
Ambar
Como siempre¡Genial!
María Rosa tu comentario llego.
Espero que no sea muy difícil de manejar la plantilla que he puesto.
Que tengas un buen fin de semana, aquí llueve mucho.
Abrazos.
Una situación muy fuerte y una abuela demasiado generosa, tu relato está genial.Besotes
Sabe, madame?, yo conozco otra Betina. La historia es parecida, pero yo nunca le entenderé. No comparto su actitud, yo no soy así. Tantas conversaciones mantenidas con mi amiga y nunca he llegado a entender eso.
Feliz fin de semana
Bisous
El amor es así, simplemente amor, no repara en opiniones ni se detiene a pensar en el que dirán.
¡Feliz día, Mujer!
Un abrazo.
Un amor generoso y que acepta que la felicidad del otro está cerca o lejos. Difícil de encontrar pero gracias a tu historia sabemos que a veceas ocurre.
Gracias por compartirlo.
Un abrazo
un relato muy tierno, con una historia de amor entre dos almas con un mismo destinatario. Hermoso y emotivo final... besos y buen fin de semana.
Supremo relato nos obsequias querida amiga. Infinitas gracias por hacernos confidentes de el. Muchos besinos y feliz fin de semana te desea esta amgia con inmenso cariño.
Un comportamiento típico de hombres de otra época, aunque aún queda alguno así. Los mejores años se los dedica a otra y los peores a la esposa y hasta el final, a poder ser...
Un abrazo
Al final la muerte las arregló.
Besos.
que bonita y humana historia de vida, al fin ganó el amor...
saludos querida amiga
Ciertamente hermoso, amiga, aplausos sin fines. Un beso.
Es un placer leerte, Rosa, tus escritos espolean mis sentimientos. Un abrazo
Este cuento es la vida. Ha sido una gran ilusión volver a tu lado. Soy puro sentimiento, de lágrima fácil, y hoy llore con este relato. Me ha emocionado, la suavidad y madurez.
Y sobretodo el amor que encierra y trasmite.
Colorín colorado este cuento se ha acabado.
Mi beso siempre, ,,,,,,hoy con sonrisa :)
Un relato muy bien planteado con un final que gustará a unos y no tanto a otros. Nunca defraudan tus cuentos.
Un abrazo
Una entrada conmovedora, a veces pienso si estas cosas pueden pasar, pero en la vida suceden cosas raras, y en el amor las más. Interesante escrito. Un abrazo.
Dejaron de lado las rivalidades por cumplir la ultima voluntad.
Muy noble.
Te recomiehttp://palabrasenextincion.blogspot.com.ar/ndo
gracias por tu huella
ten una semana preciosa
abrazos
Bellamente humano. Estas dos mujeres expresan el sentimiento del amor, auténtico y sin afeites. Con agrado leo tus cuentos. UN beso. carlos
Maria Rosa, tu narrativa tiene la virtud de tocar las fibras más sensibles y conmovernos de principio a fin.
Una historia que puede sucederle a cualquier familia y cómo enfrentar el presente irremediable y los fantasmas del pasado.
Al final tú lo resuelves con la fuerza del amor, el que tuvo el personaje de la mujer abandonada y el que quedó retenido sin que ella lo pudiera evitar.
Un reencuentro feliz con tus letras, estimada amiga.
Un abrazo
María Rosa,un espléndido relato,amiga...La vida misma con sus amores y desamores y al final...El tiempo pone todo en su lugar,él vuelve al hogar que abandonó y el amor une a las dos mujeres.El amor acaba triunfando sobre los caprichos del destino.
Mi felicitación por tu maestría y naturalidad,que nos implica y nos hace pensar.
Mi abrazo inmenso y mi ánimo siempre,compañera y amiga.
M.Jesús
Muy especialmente narrado tu relato, y tocas sentimientos, aunque en lo personal considero, que lleva arraigos culturales errados, y que desde luego existen casos reales similares en la actualidad.
Incomprensibles, reales, con una connotaciòn equivocada, pero son en fin casos de la vida...
Un fuerte abrazo Maria Rosa!
Ese abuelo que representa a tantos abuelos. ¿Será que aun seguimos siendo Betinas?
HOLA MARIAROSA
ES UNA HISTORIA QUE PUEDE SUCEDER, CONOZCO ALGUNA PARECIDA, NO DEJA DE SER EMOTIVA AL FINAL PORQUE AMBAS LO AMARON.
UNA TRAMA PERFECTA.
UN BESITO
abrazos Mariarosa, muchas gracias por tu huella
Te felicito por tu historia, la de mi familia fue parecida, osea que eso ocurrió en realidad. El verdadero amor siempre triunfa, hay que saber ser vulnerable frente las debilidades humanas, nuca se puede juzgar ni decir «De esta agua no beberé»
Gracias
Sí ya tenemos Papa, hay que orar para que la Iglesia sea lo que tantos esperamos. Renovada.
Con ternura
Sor.Cecilia
Muchas veces la vida nos presenta problemas, que a medida que vemos pasar el tiempo,nos hace cambiar de forma de pensar.
Bella narración.
Abrazos
HOLA MARIAROSA
NADIE MEJOR QUE VOS PARA SABER DE BERGOGLIO PORQUE ESTAS MAS CERCA. ESTAMOS TODOS TAN FELICES QUE NO LO PODEMOS CREER, ES UN MILAGRO!!!
YO VEÍA HOY SU PRIMERA MISA Y NO REACCIONABA TODAVÍA, FUE TAN IMPENSADO.
BESOS
intenso final....
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