lunes

Una noche.



Dejó atrás la villa con su olor a humo, sus gritos y su oscuridad. Sabiendo que regresaría a ella en pocas horas, borracho, perdido, como se vuelve al hogar o a una querida; con la cabeza gacha y pidiendo perdón.
Solo, sin esperanza buscaba en el alcohol una salida. Se ahogaba en las profundidades de su sopor y olvidaba aquel mundo ideal, que desbarrancó por su propia desidia. Vino, vodka, daba igual. Son amigos que no preguntan, y a cambio, regalan horas de paz, donde la mejor quimera se puede convertir en realidad, o hasta el momento que  se decida y con un ¡bang! ponga fin a sus días..
Entró al boliche con la garganta seca, buscando una mesa vacía donde anclar su osamenta y pedir algo para beber. Lo aturdieron las risas de esas máscaras humanas que se engañaban por una noche, creyendo que se puede ser feliz a través del alcohol. Se sentó. Iba por el tercer vodka cuando la vio. Conversaba con una amiga apoyada en la barra. Se descubrieron y él quedó prendido en sus ojos claros. Era alta, morena, llevaba un sello que la hacía diferente a las mujeres que acostumbraban entrar en ese bar. Lo atraía. Con paso inseguro, se acercó. Intentó invitarla a su mesa y la amiga con rudeza le sugirió que se alejara. La de los ojos claros lo agarró del brazo y lo acompañó. Se sentaron y comenzaron a hablar. Se olvidaron de la amiga, de los que los rodeaban. Esos, que festejaban el gozo de un sábado como si fuera el último día de sus vidas. Ella se llamaba Sandra, era hermosa, su voz suave, lo serenaba. Reía de sus bromas, lo escuchaba como si la conversación le resultara interesante. Santiago le contó su vida. Ella le habló de la tristeza de estar sola en la ciudad.
En un momento Sandra se puso de pie, me voy, le dijo, y él la acompañó. Caminaron por las calles húmedas de bruma. Prometieron verse al otro día, se encontrarían en la plaza, frente al bar. La luna fue centinela del beso del adiós. Para Santiago fue el beso más apasionado que le diera una mujer. Ella se perdió en la oscuridad, no dejo que la acompañarla. La contempló partir con el corazón apretado y deseando que ya fuera domingo por la tarde.

Llegó a la cita antes de la hora. Dio vueltas, yendo y viniendo. Sandra no apareció.
Por la noche fue al boliche. Tal vez algo le sucedió —se dijo— y regresó al bar.
Ya iban a cerrar cuando se acercó a la barra y preguntó al mozo si conocía la joven que la noche anterior estuvo con él en la mesa, la de los ojos claros y el pelo negro. ¿La recuerda?
-¿Anoche? —Dijo el joven— anoche no hubo nadie en su mesa, es más, me llamó la atención verlo hablar como si alguien lo acompañara, pero usted estaba solo.

35 comentarios:

LA ZARZAMORA dijo...

La ebriedad no logra convertir en realidad ninguna quimera...
Un buen relato mariarosa.
Besos.

Anónimo dijo...

Hola María Rosa.
Muy interesante, las cosas que ocurren en la vida, si fuera niño diría...tiene una amiguita imaginaria, pero siendo adulto, me inclino a creer que el vino es milagroso.
Un abrazo
Ambar

E. Martí dijo...

A veces conversamos con nuestros mismos sueños. Realidad y deseo se confunden tantas veces...
Un acierto
Bsss

El Gaucho Santillán dijo...

Buen relato. Todo encaja perfectamente.

El alcohol fabrica realidades diferentes.

Un abrazo.

Montserrat Llagostera Vilaró dijo...

Hola Maria Rosa:
Su soledad, estando ebrio, había hecho tener una alucinación.
Que triste que algunos hombres solo sepan refugiarse en el alcohol.
Muy buen escrito.
Besos,Montserrat

Leonor Rodríguez Rodríguez dijo...

Un final inesperado, mucha coherencia en todo el relato. Me ha gustado.
Que tengas un día precioso, Maria Rosa.
Abrazos
Leonor

Pluma Roja dijo...

Como conozco tus cuentos, me esperaba algo sobre natural y no fallé. Me encantó esta historia. Almas que se encuentran quizás se conocían de vidas anteriores. Hay un sin fin de conjeturas que por desconocidas intrigan.

Saludos mariarosa.

La abuela frescotona dijo...

asi suele suceder con el consuelo del alcohol, vemos nuestras fantasías, otros sus fantasmas...
me gustó, saludos querida amiga

Netomancia dijo...

Una alucinación generosa en todo caso, un manto de piedad para la tragedia diaria.
Estoy mejor doña Mariarosa, muchas gracias por preguntar!
Saludos!!!

CAZADORES DE SENSACIONES dijo...

Un texto más que interesante!!!!

MAJECARMU dijo...

Maria Rosa,tu historia se presta a variadas versiones.El vino puede crear alucinaciones,pero quizà tambièn nos conecta con otros niveles del subconsciente,que están unidos a los sueños o al más allá,no lo sabemos...Pero,lo cierto es que la historia es preciosa y él sintió el amor cerca,renovándolo,ofreciéndole una oportunidad de vida...
Mi felicitación y mi abrazo inmenso,amiga.
M.Jesús

Abuela Ciber dijo...

Uauuuu los delirios han de ser una etapa fatal.

Cariños

Mercedes Vendramini dijo...

Como siempre, suspenso y excelente narración!

Abrazos!

merche marín dijo...

Pues no me esperaba yo que Sandra desapareciera, que ya me había encariñado y es que mi hija tiene ese mismo nombre. Pero ha sido original y una especie de denuncia hacia los efectos del alcohol, que al fin y al cabo no deja de ser una droga. Besos.

Amalia Lateano dijo...

Muy hermoso es tu blogs... Está muy completo. Me ha fascinado.
Te saludo con afecto.
Amalia

lanochedemedianoche dijo...

Beber con precaución, o ser un creador de lo invisible, me encanto.

Besos

Man dijo...

Muy bueno el relato. Tengo uno del mismo estilo que escribí hace un tiempo y que titulé "La mecedora".
Lo publicaré.
Un abrazo

Felicidad Batista dijo...

Mariarosa, la soledad ebria gotea vaso a vaso por el entramado lúcido y vibrante de tu historia. La seguimos anhelante de encontrar un rescate al hombre que desgasta su vida en torno a una botella. Y ella aparece y lo seduce y casi lo salva. El final es de una gran coherencia y credibilidad y nos previene de que es un espejismo, una ilusión, un deseo que transfiguró en mujer y esa noche, al menos, fue el hombre más feliz del mundo.
Un verdadero placer leer tus relatos siempre nos aportan puntos de vista e historias, no solo sorprendentes sino de gran maestría.
Un placer leerte.
Un gran abrazo

josef dijo...

Un relato desconcertante. Demasiada soledad o Delirium Tremens, tal vez. en cualquier caso me ha impresionado.
Muy buen relato.
Un abrazo.

Palabras como nubes dijo...

Buenísimo!!!
Me deja pensando... Está bien que la mezcla de alcohol y tristeza cree visiones, pero... Y si fue verdad y ella sólo estuvo para él? No hablo de su delirio, sino de que quizá ella fuera de verdad...

Abrazo.
J&R

PD: Me gusta, hasta podría seguirse sin problemas, no?

Anónimo dijo...

Una historia muy interesante,..y triste a la vez,..como el alcohol te destroza la vida,..cuando creyó haber encontrado el amor,..no era verdad,.. solo una ilusión que le jugó la maldita bebida,..si hubiera sido verdad tal vez lo hubiera ayudado a salir de la adicción,...pero la vida es así,...me gustó mucho el relato,..
un afectuoso saludo...selene.

Manrique dijo...

Un relato bonito y alucinante.
Todos los escesos son malos, máxime el del alcohol,que puede tener sus consecuencias poco agradables.Pero hay que reconocer que un buen vino en el tiempo oportuno, es un placer muy reconfortante.
Mariarosa, buen trabajo.
Un abrazo.

cachos de vida dijo...

La soledad, el alcohol y los deseos, le inventaron un sueño casi real. Me gustan tus relatos, y como introduces la sorpresa final.
Un beso.

Mercedes Pajarón dijo...

Me perdí (con mucho gusto, por cierto) en la inquietante oscuridad de tu relato...

Un abrazo.

lichazul dijo...

hay quienes se fabrican realidades porque la soledad es tremenda y despiadada
excelente relato Maríarosa
ni tan alejado de la realidad, escapar de ella es a veces lo único que salva

besitos

Samuel Rego dijo...

Debería visitarte con más frecuencia para disfrutar de tu arte pero el trabajo tirano no afloja.
El relato es de un realismo estremecedor. En esta ocasión seguro que le hizo más daño la desilusión que el alcohol.

Un abrazo de los gordos Mariarosa

brujilla dijo...

UFDD, las lagunas y los recuerdos.
Hacen estrago en el pensamiento.
Quizás intentará olvidar a SANDRA
Su Sandra particular..
La cual, iva idealizando, entra verdades y sueños...
Me ha gustado,un sello de amor
Gracias, por pasar por mi mundo
Puedes recoger, el premio
brujilla

brujilla dijo...

UFDD, las lagunas y los recuerdos.
Hacen estrago en el pensamiento.
Quizás intentará olvidar a SANDRA
Su Sandra particular..
La cual, iva idealizando, entra verdades y sueños...
Me ha gustado,un sello de amor
Gracias, por pasar por mi mundo
Puedes recoger, el premio
brujilla

Bertha dijo...

Hola Mariarosa!

Que bonito! relato y que triste realidad....Ya se esta convirtiendo en el pán de todos los días...

Las ingestas de fín de semana es la más peligrosa y trastorna más.Porque se llenan hasta lo insaciable y las consecuencias son más funestas.

Saludos y hasta pronto.

Luján Fraix dijo...

AY... AMIGA, ME DIO CIERTO ESCALOFRÍO. CONOCIENDO TUS RELATOS, ME ESPERABA UN FINAL ASÍ... YO NO DIRÍA QUE ESTABA EBRIO SINO QUE ALGO SOBRENATURAL LO ACOMPAÑÓ ESE DÍA... ES MÁS ROMÁNTICO PENSAR EN ESO NO?

UN BESO ENORME.
EXCELENTE TRAMA, COMO SIEMPRE NOS SORPRENDES.

CARIÑOS

TORO SALVAJE dijo...

Bah, que no haga caso del mozo que está celoso.

Seguro que mañana viene.

Besos.

Anónimo dijo...

UN ENIGMA MUY HERMOSO!!!!
BESOS

Soñadora dijo...

La soledad junto con el alcohol le llevaron a dejar volar la imaginación y a soñar!
Besitos,

Aurora dijo...

No sé cómo he llegado aquí, pero me alegro de haber descubierto tu blog! voy a seguir cotilleando, pero antes de despedirme quería invitarte a mi baúl por si te apetece compartir algún sueño, y por qué no, quedarte. Te espero!
Hasta pronto =)

fgiucich dijo...

La ilusión de un borracho en una excelente pincelada. Abrazos.

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