viernes
EL VIAJE segunda parte.
—No, no cierres, ellos no nos ven —pasaban cerca, ignorando nuestra presencia.
De pie, abrazados, creíamos contemplar una obra de teatro o una película. Las figuras se sucedían, los aromas también, transpiración, sangre. Se me aflojaron las piernas.
—Son indios y aquellos… soldados…
—Sí, pero del 1800, se están matando—exclamó Claudio.
Mi garganta estaba seca. Las imágenes se fueron espaciando, diluyendo entre la niebla del amanecer. Minutos después, de lo sucedido no quedó nada. Ni cuerpos ni marcas en la tierra. Sólo nosotros, muertos de miedo y con el pecho como una marimba. Amanecía, el campo olía a trébol y glicinas.
Me senté al borde de la cama:
—Claudio, ¿qué fue eso?
Él daba vueltas sin responder.
— ¡Claudio, por favor! —insistí.
— ¡No lo sé! Me pareció una película en vivo, fue todo tan real, que no entiendo.
— ¿Será una broma?
— ¿De quién? —Sus ojos se abrían tratando de explicarme con ellos lo que no lograba con palabras— ¿Cómo es que todo desapareció? Sucedió y no dejó marcas ni nubes de polvo ni olor, nada, todo se esfumó.
Quedamos abrazados hasta que salió el sol.
Por la mañana nos acercamos al comedor con ganas de hacer muchas preguntas.
— ¡Buen día gente! ¿Cómo amanecieron? —el saludo de Anselmo estaba pleno de energía.
—Buen día —respondimos al unísono.
—Van tomar el mejor café con leche de su vida —se acercó con una bandeja cargada— la leche es de Tuca nuestra vaca y el pan y manteca: caseros.
No sabíamos como comenzar y expresar lo vivido.
— Anselmo —dije con cautela, temía que me tomara por loca— anoche escuchamos alboroto y al asomarnos por la ventana, lo que vimos nos sorprendió.
— ¿Qué vio? —preguntó haciéndose el desentendido, por su manera de esquivar mis ojos, comprendí: sabía de qué hablábamos.
—Hombres luchando, parecía una batalla —respondió mi esposo y prosiguió— ¿Usted no escuchó?
Marta entró en ese momento.
—Sí, escuchamos. Son batallas de indios y soldados —dijo con naturalidad, la miramos sorprendidos— no es la primera vez.
— ¿Qué quiere decir? –pregunté
—Cada tanto aparecen esas vivencias de otros tiempos —dijo don Anselmo.
—Usted habla con sencillez de algo que me parece una locura —respondí, lo miré esperando una explicación
—Sabe señora, vivimos acá y ya no nos sorprende nada.
Su cara era el gesto de la resignación, me miraba con tanto abatimiento que me conmovió.
—Hace años que suceden estos misterios que no sabemos explicar, sólo lo cree el que vive la experiencia. Buscamos ayuda, fuimos a Bragado y hablamos en el municipio, presentamos firmas. No fuimos nosotros solos, nos juntamos muchos vecinos y nos tomaron por locos.
—Tal vez tendrían que buscar otro tipo de ayuda, no sé, alguien que pueda dar una explicación lógica al tema. Su hijo, ¿él estudia física, puede que el fenómeno se pueda explicar con esas teoría nuevas de las que ustedes hablaron, él no los asesoró a dónde dirigirse…?—dije impresionada.
—Sí, él nos ayudó mucho, nos guío, siempre nos guío —Marta hablaba y sus ojos se empañaban.
—Hemos golpeado muchas puertas —Anselmo se puso de pie, comenzó a caminar, movía los brazos tratando de explicar, estaba nervioso, se sentó nuevamente y continuó— Hemos hablado con científicos dedicados a estudiar la existencia de mundos paralelos y ellos nos escucharon. Se establecieron aquí, hicieron mediciones, estudios, así nos enteramos que en esta zona existe una falla natural del tiempo, donde pasado y presente se funden en uno.
— ¿Cómo? —Preguntó Claudio— ¿Eso que significa?
—Es una puerta o grieta que comunica con una dimensión desconocida. La realidad es tan diferente que escapa a los cálculos de nuestro pensamiento.
Yo escuchaba asombrada, me sorprendía el conocimiento de don Anselmo. Él notó mi cara de perplejidad y agregó:
—¿Qué sucede señora? Se asombra que un paisano de la pampa conozca de estas cosas.
—Sí, me asombra, todo es nuevo para mí. Desconocía esta realidad.
—Debido a la situación la gente fugó a otros pueblos, todos tenemos miedo a lo desconocido y la única solución para ellos es escapar.
—¿Y esa falla —preguntó Claudio— que produce?
— Esa falla hace que veamos una escena que esta sucediendo en otra dimensión, en otra época, dura minutos, la grieta se cierra y todo vuelve a la normalidad.
— ¿Nunca sucedió que de esta época pasen a otro espacio de tiempo?
Mi pregunta lo puso nervioso.
—No lo sabemos —respondió mirando a su esposa. Ella hizo un gesto, iba a decir algo, se mantuvo callada.
—¿Y por qué no buscar ayuda en los medios de comunicación? —dijo Claudio.
Nos miraron sin entender.
—¿Usted se refiere a los diarios? Lo hicimos y se nos rieron en la cara.
—¿Y la televisión o las consultas por Internet, tal vez esto, sucede en otros países y puedan intercambiar información?
Anselmo se puso de pie y fue levantando los platos del desayuno.
—Me parece que ustedes, al igual que otros se burlan de nosotros. ¿Internet? No sé qué es y la televisión sé que funciona en algunos países más adelantados que el nuestro, aquí no existe, como tampoco existe en Buenos Aires. No se burlen de nosotros. Es mucho lo que hemos perdido en estas fugas del tiempo, tanto como ustedes no se imaginan. No es justo que nos traten como a paisanos ignorantes.
Quedamos perplejos, sin saber que decir. Marta y Anselmo nos miraban con dolor, no nos entendían ni nosotros a ellos.
—Anselmo no nos burlamos de ustedes.
—Vayan a ver si su coche está listo y aléjense lo más rápido posible.
Intentamos volver a explicarles y no lo aceptaron. Se fueron a la cocina, quedamos de pie, mirándonos, sin entender su enojo.
Fuimos al taller. Encontramos al mecánico trabajando en nuestro auto.
—Es un sistema muy novedoso el de su coche, cuando regrese a Buenos Aires llévelo a controlar, me falta experiencia con estos modelos.
Claudio no respondió. Creyó que el mecánico, ironizaba por la vejes del auto.
Regresamos al negocio de ramos generales. Intentamos retomar el tema y no nos permitieron agregar una palabra más. Nos despedimos de Anselmo y Marta con una sensación de tristeza, difícil de transmitir. Seguían enojados.
Salimos para Olascoaga bajo una terrible tormenta, los rayos nos estremecían. Media hora después, un sol resplandeciente nos acompaño durante el viaje. Continuamos el viaje, comentando lo extraño del clima pampeano.
Dos semanas después de visitar Olascoaga, emprendimos el regreso.
No lograba olvidar la cara de Marta y Anselmo, su gesto dolorido, por lo que ellos creyeron una ofensa.
—¿Y si volvemos?
—Para qué —dijo Claudio.
—A mostrarles esto —Abrí varias revistas de actualidad donde se veían anuncios de venta de televisores y computadoras.
—¡Muy buena idea!
Claudio retomó la ruta por la que habíamos llegado y emprendimos el camino hacía La aparecida. Dimos vueltas y más vueltas, no logramos encontrar el pueblo. Llegamos a una estación de servicio, cargamos nafta y mientras tomábamos un café, pedimos prestado un mapa de la zona. Lo desplegamos sobre la mesa y nos dedicamos a encontrar el camino hacía; La aparecida.
—No es el primer pueblo que no figura en el mapa —me dijo Claudio al ver mi cara desilusionada.
Fuimos a devolver el plano y consultamos con la cajera.
—Buscamos un pueblo, La aparecida, no lo hallamos en el mapa, ¿conoce el camino…? —pregunté.
—¿La aparecida? no lo conozco. Espere, mi tío debe saber.
Se alejo hasta una mesa donde dos paisanos bebían su cerveza. La escucharon y nos miraron, uno por encima del hombro y el otro de frente. Con gesto de fastidio le dijeron algo a la muchacha.
La chica se acercó y nos dijo por lo bajo.
—Dice mi tío que se vayan a hacer bromas a otro lado, que esa historia ya la vinieron a contar otros porteños como ustedes y no la creen más —remarcó las últimas palabras con rabia— .Para su información, según se cuentan los más viejos, un tornado, desvaneció el pueblo en el aire -y agregó con burla- allá por el año 1949.
FIN.
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Sean felices. Por un tiempo me tomaré un descanso. Les deseo lo mejor, bendiciones para todos. Maria Rosa.
26 comentarios:
Fantastico, madame! Entonces sí que era posible cruzar la falla en sentido contrario, y viajar en el tiempo. Sería estupendo encontrar una falla así, y poder controlarla para desplazarnos a la época de nuestra elección. Desde niña he soñado con algo así.
Feliz fin de semana
Bisous
Interesante relato. Para cine.
besos :)
Gracias por pasar, Maríarosa!!!
este viaje me está atrapando:)
Buen finde tambíen para vos!!
Buena idea, y muy bien llevada.
Para un guiòn de cine, ciertamente.
Un abrazo.
¡Qué relato más estupendo! Lo has estructurado muy bien, nada le sobra ni le falta.
Salud
Un abrazo, amiga
Maria Rosa,muy bueno el final,que nos deja ese mensaje...cerca de nosotros existen mundos paralelos,que laten y nos ofrecen el misterio en bandeja.
Mi felicitación y mi abrazo inmenso siempre,amiga.
FELIZ FIN DE SEMANA.
M.Jesús
Parece como "Historia de la ciudad sin nombre". Que emocionante.
No sabía que hubieran indios en Argentina y que se hubiesen extinguido. Pensaba que la Pampa no había estado habitada.
Magnífico relato.
Un abrazo
Espectacular, ellos eran los que habían cruzado el tiempo. Qué buen cuento!!!!!!!!!!!!!
Estoy fascinada con este relato, muy bueno;me encanta.
Un beso
MUY BUEN RELATO. NO ME PERDÍ NI UNA "COMA". MUY BUEN RELATO. ME GUSTA.
BESOS
Me encantó este cuento, aunque me imaginé por dónde iría la mano me atrapó mucho, creo que eso es algo MUY MUY bueno como escritora che! Porque aunque quise prever el final, no podía parar de leer a ver cómo era que pasaban las cosas! Me encantó!
Man: en la Argentina todavía quedan varios pueblos originarios!! :) EN la Pampa justamente habitaban los indios pampas!
Mirá: http://www.argentina.gov.ar/argentina/portal/paginas.dhtml?pagina=181
Es buenísimo, lo has relatado con muchísima maestría, casi se podía palpar el dolor de la incomprensión por no ser creídos.
Besos
Aplausos totales, Maestra!!!!
Qué deleite! :))))
J&R
Este relato en dos actos,donde el suspenso va creciendo de punta punta. Muy bueno!!! Abrazos.
Mariarosa, me ha encantado el relato. El desarrollo del texto, los diálogos están muy logrados. La trama es atrayente y llena de sugerencias. El final es magnífico y me ha gustado realizar este imaginativo viaje por tu relato, una auténtica aventura litararia.
Un abrazo
Realmente excelente
El relato y tu narrativa, estupendo, te felicito, ¿has publicado algo?, de no ser así, deberías hacerlo...
Besitos en el alma
Scarlet2807
Maravilloso...¡eres fantàstica escribiendo ciencia ficciòn! y con lo que me gusta...
saludos cordiales
¡Un buen relato Mariarosa! El final como siempre, ¡inesperado!
¡Que bien me lo paso con tus cuentos!
Son momentos que mi mente vuela asía donde la tuya me lleva.
Un abrazo.
Cierre con broche de oro! Excelente, me encantan las historias así.
Besitos,
Que relato espectacular Maríarosa, tu maestría de escritora reluce excelencia.
Besos
Mariarosa, un blog amigo me ha otorgado el premio Shushine Award, junto con otros blogs. La idea es compartirlo para difundir los blogs. Así que también te he hecho partícipe y cuando lo desees puedes pasar por mi blog y retirar tu Shushine Award.
Un abrazo
Abriendo el comienzo del post de Mis caricias del Alama del día de hoy he dejado un detalle para ti que lleva impreso mi toque personal...
Es un obsequio en el que le he puesto sentimiento, por estar a mi lado acompañándome y dándome el aliento necesario para continuar dibujando ilusiones en compañía de diversas emociones que hacen que el arco iris brille para mi con más intensidad de la que ya posee...
A continuación hay un corazón que pide ser adoptado y para terminar el galardón Luz del sol, como ves regreso con una hermosa cascada de motivaciones para compartir.
Feliz fin de semana para que todo siga siendo un compás de armonía a tu alrededor...
Te aprecia y estima.
María del Carmen
He devorado las dos partes de tu excelente relato!! Qué interesante y qué bien narrado...! Además, el tema me encanta... Ojalá fuera posible!
Muy buen relato, para pensar... con varias salidas, cada uno lo interpreta su manera.
Te felicito. Isabel
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