Llegué a
la plaza cansada y con calor, busqué un lugar con sombra, me senté apoyada en el
tronco de un pino y cerré los ojos. Una vocecita me sacó de mi descanso;
-¿Por qué
los chicos no juegan?
La que
preguntaba era una niña de unos 8 años, muy delgada y me sorprendieron sus ojos
muy claros, se quitó su sombrero blanco con cintas azules y se sentó sobre el césped
a mi lado. No la había escuchado llegar.
-¿Qué
chicos? -pregunté.
Señaló a
un grupo que como yo sentados a la sombra estaban absortos en sus celulares.
-No sé,
seguramente les resulta muy entretenido jugar online.
Ella miró
al grupo con cierto desdén.
-Son
tontos, en mis tiempos me gustaba correr por este parque y también jugar a la
pelota con los varones.
-¿En tus
tiempos? -Al decir esto la observe, vestía un equipo marinerito, zoquetes
blancos con puntilla y zapatitos Guillermina, parecía salida de una revista de
Caras y Caretas.
¡Quedé
muda!
-¿Por qué
me mira así? – nerviosa, se puso de pie- ya me descubrió, no se lo diga a nadie…
Se fue
corriendo y yo quedé como una tonta con la boca abierta sin saber si lo
sucedido fue real o me había quedado dormida y fue un sueño.
Su
sombrerito con cintas azules, olvidado sobre el césped, me dio la respuesta.
4 comentarios:
Una historia muy original. Un beso
Es cierto y los "juegos de niños" parece que son cosa que hemos soñado...
Un abrazo.
Tienes querida mia una imaginación maravillosa
Me ha encantado....
Un fuerte abrazo
Aquella pequeña vio a un fantasma de otra época y este se asustó a ser descubierto.
Un buen texto .
Besos y abrazos.
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