lunes

Ladrones.

 


Creo que la sorpresa fue mutua. Nos quedamos frente a frente,  sin palabras y debo haber sido la imagen de la desolación. 

—Te creía en Brasil… —dijiste con un hilo de voz.

—Y yo estaba segura que habías escapado a Francia con tu hermano Claudio.

Sonreímos. Nos abrazamos.

Nos fuimos aflojando, caminamos juntos sin dejar de mirarnos.

—Estuve unos años en  Río Gallegos —dijiste— viviendo con Claudio, pero él ya tiene su familia…. Yo era una molestia, así que viaje a Salta, allí  tengo una agencia de turismo y bueno… voy tirando.

—Y con la pandemia cómo te fue…

—Mal, ¿y a vos?

—Todos estos años escondida en  un pueblo costero, vivo de la venta de polirubro para el hogar y regalos.

Quedamos en silencio, llegamos a una plaza, nos sentamos  sobre el césped, nos costaba hablar, hasta que dije:

—Quiere decir que ninguno de los dos salió del país, pensé tantas cosas, no podía buscarte, hacerlo era ponerme en evidencia… ¿cómo lo pasaste…?

—Mal, pasando necesidades y pensando que esos hijos de mala madre estarían felices disfrutando a costa nuestra.

Me causó risa su enojo.

—Te equivocas, ni Lole ni Juan disfrutaron la plata del robo, murieron en un enfrentamiento con la policía, Solo quedamos vos y yo.

—¿Y nuestra parte?

—En una caja de seguridad, ellos repartieron tal como lo habíamos organizado, mi parte y la tuya, las puse a buen recaudo, en seguida desaparecí, ni a  mis hermanas les di mi dirección, solo mi amiga Ana sabía dónde estaba y fue una tumba.

—¿Ni a tus hermanas…?

—Me iban a delatar, yo te esperaba, nunca pensé que ibas a tardar tanto, diez años son demasiados.

Claudio se dejo caer en el pasto y se agarró la cabeza.

—El miedo nos mantuvo ocultos, no nacimos para ser ladrones.

—Sé que la policía nos buscó, mi amiga Ana  corrió la voz que nos habíamos fugado fuera del país, pero la realidad era otra, yo vivía en la costa  sur, en un pueblo  chico que ni siquiera se le puede  llamar pueblo, viviendo de la caza y de la pesca, por así decir… y de vos no sabía nada.

—¿Y ahora que vas a hacer?

—Entregarte tu parte del botín y regresar al pueblito costero.

Me miraste hondo, después de varios años, todavía existía entre los dos esa química que nos estremecía de solo mirarnos a los ojos.

—¿Qué hacemos, bajamos al sur o subimos a Salta, pero juntos?—preguntaste.

—Tiramos una moneda, cara o cruz…

La suerte dijo Salta.

 


22 comentarios:

Campirela_ dijo...

Nostalgia, sentimientos que perduran a pesar del tiempo. A veces las equivocaciones pasan factura, pero termino a pesar de todo bien. Juntos a Salta, Un bonito texto con chispa de ternura y amor. Un besazo grande.

José A. García dijo...

Y saltaron nomá.

Saludos,
J.

Paula Cruz Roggero dijo...

Un texto lleno de gracia, breve y lo justo, enhorabuena.
Besos grandes del otro lado del Río de la Plata.

J.P. Alexander dijo...

Uy genial relato y se fueron a Salta. Te mando un beso

Margarita HP dijo...

Me encanta. Qué hermoso, se han esperado durante diez años... y bueno, continúan juntos. Me ha parecido muy hermoso. Besos cariño :D

Ernesto. dijo...

Excelente relato.

Y no cabe duda que las "monedas" resuelven muchas cosas en esta vida... :))))))

Abrazo Mariarosa.

José Luis Asensi dijo...

Una hermosa historia de "ladrones",en realidad de nostalgia,reencuentro y amor,que por mucho tiempo que pase nunca se olvida.Y un final donde se reunieron felizmente.
Me ha encantado. Es una manera muy original de unir a esos personajes y contar su historia.
Un abrazo.

Rafael dijo...

Encuentro entre ladrones...
Un abrazo.

Susana Moreno dijo...

Bonita historia. Un beso

Rita dijo...

Está visto que a veces el dinero no da la felicidad.
Muy buena historia.
Besos

Auroratris dijo...

Cuando el sentimiento sigue vivo... solo hace falta despertarlo. Muy bonito relato, Mariarosa.

Mil besitos cariñosos y feliz noche ♥

Somos Artesan@s de la Palabra dijo...

Muy buena historia, con mucho suspenso. Me gusta ese narrador en segunda persona. Felicitaciones.

Sandra Figueroa dijo...

Nostálgico y bello texto. Ahora a disfrutar los dos ese sentir que aun vive en ellos.... Saludos amiga.

Ingrid Zetterberg dijo...

¡Qué tales ladrones con suerte, la verdad! Mariarosa. Diez años escondidos y nunca los atraparon. Muy buena historia nos relatas. Muy bien narrada. Un abrazo.

Carlos Augusto Pereyra Martínez dijo...

En el fondo, el amor motiva el cuento, de un robo que después del sufrimiento de años,lo hace saltar para vestir la felicidad. Un abrazo. carlos

Mª Jesús Muñoz dijo...

Un relato, que nos produce sorpresa, temor, nostalgia, duda y amor...La vida los reune después del tiempo y han tenido mucha suerte. Mi felicitación por la cercanía, realismo y emoción que le pones, Maria Rosa. Me encantó.
Mi abrazo entrañable y admirado, amiga.

Elda dijo...

Una historia preciosa, aunque después del robo que cometieron, no lo pasarían nada bonito, pero el final es un encuentro muy romántico y feliz donde el amor del pasado no se apagó a pesar de los años trascurridos.
Como siempre un placer leer tus relatos tan amenos y tan bien narrados.
Tardé en leerte porque estuve unos días fuera aprovechando el buen tiempo.
Un cálido abrazo María Rosa.

Laura. M dijo...

Y saltaron para retomar su historia de amor. Breve y muy bueno Mariarosa.

Esto te conteste en el blog. Este año el río baja con menos agua y hay días que tiene el caudal desviado por el canal que tiene al lado y que utilizan creo que para regar. Más abajo se veía con más agua.
Buen jueves.
Un abrazo.

AMALIA dijo...

Es una buena historia de amor.
Los años pasan pero el amor sigue.
Bonito.
Un beso.

Maite Sánchez-volarela dijo...

Siempre tus relatos tan gratos, ágiles, amenos...
Un fuerte abrazo :)

Meulen dijo...

Estos pillos son suertudos...ahora vivirán bien del trabajo realizado y al parecer sin remordimientos...


Abrazos.

Hada de las Rosas dijo...

Buenas noches mariarosa, que tal querida!
buena historia y eleccion: vamos para Salta, la linda!

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