Cuantas emociones puede despertar una simple
foto. Recuerdos que no me pertenecen, pero que imagino y que son parte de mi
historia.
La abuela María en tardes de siesta solía desgranar sus
remembranzas. Yo preguntaba y ella iba sacando el hilo de su memoria, como de un tejido que se deshace, y ovillaba en
palabras y las imágenes de otros tiempos.
—¿Quién fue tu gran amor? —pregunté un día en
que nos habíamos sentado a tomar el té y mirábamos las primeras hojas del otoño
caer lentas sobre el césped.
—Se
llamaba Gabriel —me dijo— y la guerra me lo robó. Era el año 1939 y una tarde,
él llegó con una carta, le temblaban las manos y la voz al decirme que debía
presentarse en el cuartel militar, sabíamos que la guerra ya estaba asolando
algunos países, no queríamos separarnos, pero a nadie le importaban nuestros
sentimientos, sólo la guerra funcionaba en el corazón de los gobernantes en ese
momento. Decidimos que el último día lo pasaríamos juntos, como locos
enamorados y partimos a la ciudad, dejando atrás el pueblo y los gritos de mi
madre y sus amenazas. Aquel día recorrimos las calles de Roma, almorzamos en un
viejo bodegón y seguimos andando. Nos besábamos en cada esquina, en cada plaza,
en una de ellas, un fotógrafo, sin
decirnos nada nos sacó una foto y nos la regalo. La guardé como a un tesoro.
La abuela se emocionó, la historia aun le dolía,
comprendí que le hacía mal tantas evocaciones.
—Basta abuela, otro día la seguimos…
—No, es mejor que te cuente. Al día siguiente
Gabriel partió. Y luego la espera, los años, el final de la guerra y ninguna
noticia de mi Gabriel. Desaparecido en acción, así rezaba la carta que me
entregó su madre y que había enviado el ejército. La misiva temblaba en mis
manos, las piernas no me sostenían y no recuerdo más…cuando desperté mi madre
estaba a mi lado llorando y acariciando mi cara. Igual seguí esperando, pero
nunca más tuve noticias, luego mis padres emigraron y yo con ellos.
Muchas veces le pedí a mi abuela, ver la foto de
aquel beso en la plaza de Roma, y ella respondía que en alguna de las tantas mudanzas se había perdido. Mentía. Era su
tesoro, de ella y de nadie más.
Hoy ella no está a mi lado, y arreglando sus documentos encontré la fotografía,
recordé su relato y mi emoción no tuvo límites al descubrir el parecido de
Gabriel con mi padre...
Historia de la guerra, que como tantas, no tiene retorno.
34 comentarios:
La guerra solo una cruel pausa , aun se siguen besando en cada esquina aunque no los veas,como en esa foto. Hermoso relato
Que bonita y triste historia de amor y que final tan sorprendente... Saludos
Debe ser la edad, tu forma de contar la historia, las semblanzas con otras mas cercanas pero me he emocionado. El final es precioso. Un abrazo
Que bonita historia contada de tu mano mágica, el primer amor es siempre el mas importante aunque muchas veces no es el duradero.
Un abrazo.
Que relato más hermoso, unos recuerdos amargos por el resultado, pero muy bonitos para escribirlos, y más cuando están llevados por la genialidad de tu pluma.
Me ha gustado mucho Maria Rosa, con un final encantador.
Un abrazo.
Preciosa historia , llena de amor y recuerdos , la guerra truco muchas de esos amores , que partieron a una guerra que no entendían pero que las armas con sus balas los dejo tirados en el campo de batalla y muchas lágrimas rodadas.
Un besote y el consuelo de todo ello es que tu abuela siempre lo recordó y se alimento de eso ..de sus besos en cada esquina de esa ciudad.
A veces se recuperan recuerdos muy bonitos.
Un abrazo.
Qué emocionante. Un beso
Son momentos tan emocionantes de nuestros antepasados, que esa gran emoción queda impresa en nuestro ADN.
Besos,anisados.
Una historia de esas que solo el pasado las resguarda hasta que es su momento
de hacerse a la vista y contar cuanto duran a veces los sentimientos que nunca se opacan con el tiempo cuando es real y firme ...
y de la historia donde se impregna y se hace la herencia...sus raíces, en este caso las tuyas.
Abrazos.
Qué hermosa historia y gracias por compartirla! Me imagino lo que debes haber sentido, una mezcla de sentimientos y sensaciones, pero qué bueno que te animaste a compartirlo. Ahora esta anécdota además de tu abuelita y tú estará también en el inconsciente de estos lectores anónimos y no tanto, que llegamos a tu blog.
Un abrazo desde el sur de Chile.
María Rosa, esa historia del pasado ha vuelto al presente de tu mano, amiga...Realmente emotiva y cercana, nos emocionó a todos por su sencillez, inmediatez y sentimiento...Un lujo leerte y compartir recuerdos eternos, que hacemos nuestros y nos enriquecen.
Te dejo mi felicitación y mi abrazo, amiga.
Un triste historia, pero muy hermosa. Las guerras siempre cobran victimas . Mientras sus seres queridos esperan . Te mando un beso
Momentos inolvidables y dramáticos para muchas personas. Como dijo Julio Anguita tras la muerte de su hijo en Iraq "malditas sean las guerras y a todos los que las promueven.
Besos.
Las guerras guardan historias de todo tipo, generalmente tristes, de muertes, de heroísmos y también de amor. La abuela pudo conservar una parte importante de ese amor roto y que seguramente le dio el impulso para seguir adelante, un motivo para seguir viva.
Contado con tu sensibilidad característica.
Besos, Mariarosa.
Una historia que se convirtió en un amor eterno. Nadie será igual, nadie nos querrá de ese modo, nadie significará tanto en la vida de una persona como aquel amor que las circunstancias lo hicieron imposible. Me ha encantado leer tu historia escrita con el acertado estilo del relato personal. Un abrazo.
Una historia triste y hermosa a la vez, esos amores que jamás se olvidan, por lo cruel de su fin. Fue bello leer tan particular recuerdo. Saludos feliz fin de semana.
Y al encontrar la foto, se reveló el verdadero origen de la protagonista, la destinataria de la historia.
Un abrazo.
Me encanta leerte tu naturalidad es asombrosa cuando escribes
abrazos siempre
Los tesoros siempre son secretos. Los secretos siempre son tesoros.
Saludos,
J.
Cuantos anhelos y proyectos se lleva una guerra por delante,... Fantástico relato!
Qué bella historia, y qué triste a la vez. Tantas historias truncadas por guerras, y tantos besos guardados como tesoros únicos.
Precioso María Rosa. Un beso enorme :D
Historias como ésta o muy parecidas en intensidad contarían muchas personas de la edad de esa abuela.
Y sin embargo ninguno de los protagonistas está ya. "Curioso esto", pues nos sentimos embargados por sentimientos y emociones de algo que fue, sí, pero ¿dónde está ahora?
Todos tenemos experiencias, propias o de terceros, que relatan y hacen aflorar recuerdos y emociones... ¿Qué se enconde tras ello? ¿Tal vez que lo que fue es eso, "nada hoy"? ¿Señalan algo?
Creo que a una realidad que no cambia con el tiempo...
Abrazo Mariarosa.
Hermoso relato Maria! Fiel a tu estilo bello, sencible y humano, con esa calidez que abrazas los sentimientos con cada relato. Bello.
Maria Rosa me ha gustado mucho leerte
Bello recuerdo de un amor inolvidable.
Hola!fantástico relato donde se mezclan los sueños.la añoranza.el sentir...El corazón a pleno!!Gracias. Saludosbuhos
Bella historia de amor, que el horror de la guerra truncó.
Esa foto es un bello testimonio de ese malogrado amor.
Besos
¡Qué historia tan hermosa, tan llena de recuerdos en una foto que la abuela se llevo a la eternidad, eres una gran narradora amiga, gracias.
Abrazo
Una historia muy conmovedora y con un final sorprendente.
Las guerras son espantosas y todo lo destruyen
Muy hermosa tu narración
Un fuerte abrazo
Qué texto tan romántico y precioso, que bonito es atesorar recuerdos llenos de belleza...
Me ha encantado.
Muchos besos.
La fotografía es hermosa y el texto muy entrañable, he sentido arrugado el corazón al imaginar la tristeza de la abuela.
Un abrazo.
Qué bien cuentas la historia, donde la remembranza y una foto sepia la tejen: la muerte qué dolor espina en el amor. Y me encanta el misterio de la foto. La foto que no se la dejaba ver. Creo entrever, algo más allá...Un abrazo. Carlos
lei una historia igual a la tuya en un libro que no me acuerdo
besitos desde Miami
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