Miraba la rosa tan roja, tan
aterciopelada, miraba la puerta y no se decidía a salir, hasta que al fin se
dijo: “Basta de temores, es tiempo de
vivir”. Y salió.
El parque bullía de personas que iban y venían,
Marga caminó buscando el teatro de títeres. No lo encontró. Giró a un lado y a
otro sin verlo, quedó desconcertada.
Reconoció a un vendedor ambulante y le
preguntó por los títeres. “No sé, nunca
los vi” La respuesta la confundió. Siguió andando y cuando se estaba
convenciendo de que todo había sido producto de su imaginación, una voz la hizo
volver la cabeza: “Señora triste, la
estaba esperando” Esta vez no era un títere el que le hablaba, era un
hombre de carne y hueso. Un rostro de rasgos amables, y sonriente, estaba
frente a ella. “Nos cambiaron de lugar, los
titiriteros estamos detrás de la carpa del circo.” Marga respiró hondo,
entonces fue real y como no iba a ser real si la rosa roja lo era. “Me llamó Máximo, pero me dicen Maxi, vamos,
salgamos del parque,” la tomo de la mano y siguieron por una calle angosta hasta
un bar.
Alejados del tumulto de la feria se
encontraron frente a un café. Las confidencias sacaron a la luz, fracasos y angustias parecidas, que cargaban
como una pesada mochila. Sin darse cuenta las horas discurrieron y las palabras
no se agotaban, mientras el café se renovaba y el dueño del bar los miraba
curioso intentando saber; de qué
estarían conversando.
“Hace
tiempo que te veo pasar —dijo Maxi— detenerte frente a los títeres y seguir sus
discusiones, disfrutando con el gesto embelesado de una niña.” Marga
creía estar sobre una nube, no sabía que decir, la emocionaban las palabras del
hombre que frente a ella, le decía con la mayor sencillez que estaba enamorado
de sus ojos. “¿Cómo te pudiste enamorar
de una desconocida?” La pregunta de Marga quedó en el aire, él pareció
buscar las palabras, hasta que al fin dijo: “Hay
sentimientos que no se explicar, sensaciones en la piel que suceden al mirarte
y ahora al estar juntos, mi corazón es un músico loco batiendo un bongó.” Marga quedó en silencio, bebió un sorbo de
café y dijo: “ La vida nos lleva por
laberintos de los que es imposible salir a veces, la soledad y la tristeza son
los peores, pero creo que hay algo que nos une y nos puede ayudar a encontrar
la salida.” Maxi quedó esperando sin hablar. “En este momento —dijo ella— mi corazón no es un músico loco, es un
bongó, que suena solo y te dice que sí, que quiere apostar al amor.
El dueño del bar los miró alejarse,
movió la cabeza y le dijo al mozo que estaba a su lado: “Te fijaste en la cara de esos dos, parecían felices de solo mirarse.”
17 comentarios:
Dicen que segundas partes no son buenas,espero que haya podido vencer ese dicho con "El títere 2"
He estado varios días fuera de Bs Aires, pido disculpas por no haberlos visitado como siempre lo hice y ustedes se merecen.
Un abrazo.
mariarosa
Las necesidades humanas obligan a buscar compañía, amor, solidaridad, y de pronto se abre la puerta de la posibilidad.
Saludos María Rosa.
Ha sido deliciosa esta segunda parte y todo un acierto. Maravilloso pensar que la vida puede deparar "milagros" de esa naturaleza. Una mirada llena de luz y más positiva creo que se enciende en mi interior. Sí, la vida siempre puede deparar una sorpresa.
Un abrazo. Franziska
Cuano uno es bueno y vive sin broncas provocadas por la inseguridad de uno mismo...
tan comun verlo en los blogs....
Tu texto...
una maravilla de magia que sale de vos
gracias
Es mágico Rosa. Mágico y hermoso. Mi tocaya ha tocado el cielo con las manos y tu regalo. Un beso amiga :D
Amor a primera vista. Un beso.
Qué hermoso María Rosa tu cuento prosa, romántico plasmado con la caricia del amor.
Abrazo
no hay tiempo ni lugar el amor ataca a mansalva jejej
felicidades M°Rosa, gracias por tu huella
LINDO, MUY LINDO... TERMINARON JUNTOS (GRACIAS POR REGALARNOS LA CONTINUACIÓN).
ABRAZOS
Los ojos de la señora triste eran claros y limpios,como los de los niños embelesados mirando las historietas de los títeres.y como los ojos son el espejo del alma el titiritero se enamoro de ella.Un final feliz.
Muy bonito Mariarosa
un abrazo
Magnífica segunda parte, llena de magia y ternura. Un abrazo
Nunca me cansaré de leer tus relatos, bueno el primero, pero el siguiente mejor.
Feliz fin de semana.
Un abrazo.
me gustas cuando escribes y estas distante tus palabras me llegan si casi me tocan
Este relato tiene lña sensible tibieza con que el corazón lcobija los sentimientos. Y es cierta la apreciación del dueño del bar....El amor se puede ver en la cara de las personas, en forma de felicidad. Saludos. Juan Angel Petta
Un enternecedor relato de los que la vida dispensa con mayor frecuencia de lo esperado.
¡Hay tanta soledad ahí fuera esperando una palabra amable, una mano, un abrazo!
Abrazos, Mariarosa.
No tiene validez esa frase. Esta segunda parte es un ejemplo de eso.
A veces las emociones surgen espontanemante, como la felicidad de mirarse mutuamente.
Bien contado.
Un abrazo
La magia del amor
ese misterio que la mirada delata
preciosa segunda parte
un abrazo con cariño
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