domingo

Final de la isla de los tigres.

CAPITULO Nº 3 

Era real, el árbol se movía apoyando sus raíces como pies en el suelo y avanzaba lentamente. No reconoció la especie, el tronco grueso y oscuro era flexible a cada inclinación.  Fascinado y sin poder moverse por el asombro, contemplaba la escena. Fueron desfilando otros árboles en igual movimiento, el silencio era total, ni un pájaro se escuchaba. Recordó la cámara y filmó, los siguió hasta que se detuvieron a orillas de un  río. No había visto ningún cauce en los mapas.  El grupo se detuvo. Las raíces se enterraron  en la tierra arenosa y se hacían uno con la costa. En pocos minutos fueron parte del paisaje, como si siempre  hubieran estado allí.
Se acercó.
Intentó cortar unas ramas, que se defendieron  de su ataque, finas espinas lo envolvieron dejando arañazos en su piel y  le arrancaron la cámara. Con la navaja liberó sus brazos y se alejó. Los árboles quedaron  allí.
El Chúcaro  seguía durmiendo. El aroma de las flores había desaparecido y  el sendero también. Zamarreó a su compañero, debemos regresar, le dijo.
No comentó con el Chúcaro la experiencia vivida.
Llegaron al muelle y esperaron, atardecía cuando la lancha de la vuelta los recogió. El viejo Cedrón los estaba esperando preocupado por la tardanza.

Durante la noche Leandro Bruman no durmió, estuvo de pie mirando por la ventana la selva oscura, en un momento salió y fue hasta el río, se sentó en la orilla mirando el agua serena, el grito de una lechuza lo sobresaltó, desde un travesaño del muelle, ella lo observaba con sus redondos ojos amarillos, lo impresionó. Regresó a la cabaña, no hallaba explicación a lo vivido.

Por la mañana fue a la casa del viejo, lo encontró tomando mate en la pequeña cocina, se sentó frente a él, quiso hablar de la isla de los tigres y fue imposible no le salían las palabras, su antigua seguridad no existía. Puso el arma sobre la mesa, le dio gracias a Cedrón y le dijo que esa misma tarde regresaba a la capital. El viejo lo escuchaba y observaba los arañazos en los brazos y la cara de Bruman, sin embargo nada preguntó, se puso de pie, lo abrazó y le dijo:
—No diga que no le avisé, en esa isla hay algo extraño, los isleños en nuestra ignorancia, aceptamos los enigmas que no son humanos y  nos mantenemos alejados, sabemos que ella no nos pertenece. Para su lógica Bruman, lo misterioso no existe, va a ser difícil sobrevivir con semejante experiencia y tanta duda en la mente.

Mientras viajaba de regreso en la lancha y con la vista clavada en el río, Leandro Bruman  se preguntaba; cómo sacarse el terror que llevaba en la sangre, ese miedo en escala máxima que se había adueñado de su vida… y que presentía, sería un eterno compañero  de ruta.
FIN






20 comentarios:

El Demiurgo de Hurlingham dijo...

Creo que la fauna es extraña, tal vez produzca un efecto adormecedor, de causar pesadillas.
El terror en el protagonista puede ser un efecto de eso. Y tal vez eso haya producido terror en el gato, que encontró.
Hay que ver que registró la cámara.

lichazul dijo...

felicitaciones , un cuento bien narrado con el argumento inquietante atrayendo al ojo lector sin tregua

la natura siempre termina por impresionarnos, pero nosotros inventamos los fantasmas y los duendes

besitos y buena semana

Pluma Roja dijo...

Un fantástico cuento que se podría confundir con un sueño o una pesadilla o producto de la imaginación del personaje. Quien queda perplejo ante una realidad que no entiende.

Un gran abrazo María Rosa.

Pluma Roja dijo...

Un fantástico cuento que se podría confundir con un sueño o una pesadilla o producto de la imaginación del personaje. Quien queda perplejo ante una realidad que no entiende.

Un gran abrazo María Rosa.

Pluma Roja dijo...

Un fantástico cuento que se podría confundir con un sueño o una pesadilla o producto de la imaginación del personaje. Quien queda perplejo ante una realidad que no entiende.

Un gran abrazo María Rosa.

Carlos Augusto Pereyra Martínez dijo...

Bueno...interpreta uno que la selva misma se defiende...bien manejado el suspenso...con un tema natural...la selva también tiene sus lógicas, en la lógica de lo feérico. Un abrazo. Carlos

Mª Jesús Muñoz dijo...

El hombre cruza límites insospechados,quiere llegar más allá de lo que puede llegar...Y la misma naturaleza le frena, sujeta su mano,le hiere...y le deja en el alma ese recuerdo perpetuo para que reflexione, para que piense...Que todo está vivo y tiene su propio espíritu...Impresionante, amiga...Hemos vivido paso esta aventura, escrita magistralmente...Te dejo mi felicitación y mi abrazo grande por tu buen hacer y tu cercanía, amiga.
M.Jesús

Rafael Humberto Lizarazo Goyeneche dijo...

Tuve que leer los tres capítulos, pero valió la pena, el cuento es realmente fantástico y tiene ese toque de misterio que solamente tú podías darle.

Los mitos y leyendas aún existen en muchas partes del mundo y los lugareños los conocen muy bien, hay que creerles.

Abrazos.

TIGUAZ dijo...

El toque de misterio que nos dejas en los tres capítulos, es como esa niebla que cubre el río en las mañanas, hermosa al tiempo que espantosa no sabemos ni tampoco queremos desvelarla. Que decirte que ya no te dijeran. Solo añadiré, hermoso. Muchas gracias.

Kasioles dijo...

Nunca será buena ir contra la Naturaleza, se la destroza muchas veces sin corazón, se talan árboles milenarios y, espacios llenos de vegetación, se transforman en solares rápidamente.
No es de extrañar que ella arañe y se defienda.
Te dejo mis cariños en un fuerte abrazo.
kasioles

Diana de Méridor dijo...

Esas dudas a veces las siembra el mismo miedo. El individuo trata de defenderse negándose a aceptar, a asumir. Pero no se puede vencer al misterio.

Feliz comienzo de semana

Bisous

Charlie El Balsero dijo...

una disculpota, me he puesto al día hasta ahora porque estuve fuera.
Un historia muy bien contada que bien bien podría ser un sueño. Aunque le haya quedado el miedo de por vida.
Abrazos
carlos

Anónimo dijo...

Hola María Rosa,....mente fértil e imaginativa,...Excelente la estructura del cuento,...atrae la atención y la lleva por todo el relato, no hay pausa para el asombro, hace de lo sobrenatural un percepción fácil y accesible. Don Leandro nunca sabrá efectivamente si lo que vivió ha sido un sueño o si el sopor causado por el aroma de la flores alteró la visión de los hechos. eso si, no creo que pueda olvidar...Impresionante,...Un fuerte abrazo. Juan Angel Petta.

Lapislazuli dijo...

hola Rosa, lei los 3 capítulos juntos, muy bien llevados
Evidentemente hay que seguir los consejos de los lugareños
Abrazos

Mirella S. dijo...

Aveces hay una necesidad de entrar en el misterio para desentrañarlo y generalmente el misterio es más poderoso.
Me gustó mucho como lo terminaste, el miedo como un compañero constante.
Un abrazo y felicitaciones, Mariarosa.

José Manuel dijo...

Narración impresionante que nos lleva por un mundo donde se confunde la fantasía con la realidad.
Me ha gustado de principo a fín.

Un abrazo

María Socorro Luis dijo...

Inquietante, esa duda, esa zozobra...

Me quedo con las palabras sabias del isleño: "aceptamos los enigmas que no son humanos y nos mantenemos alejados;sabemos que ella no nos pertenece"

En efecto; quienes somos nosotros, con nuestra mente tan limitada, para pretender entender el misterio de la tierra?

Enhorabuena, Mariarosa

cachos de vida dijo...

Es un cuento que se lee con la impaciencia de todo lo misterioso y sobrecogedor, y este tiene todos los ingrediente de uno de esos relatos que después de leído sigues pensando en trama y personajes.
Un beso.

Ernesto.. dijo...

Gracias Rosa, ciertamente estoy muy bien.

Mis mejores deseos para ti.

Un gran abrazo.

Meulen dijo...

Un relato muy significativo...
en la selva de la vida
a veces nos persiguen nuestros demonios

gracias!

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