miércoles

En la calle.




Intentó encender la luz, pero comprendió que no era conveniente, tal vez el portero de enfrente lo notara y avisaría a  don Paco y este subiría  a ver. No le hacía falta iluminación, Raimondi conocía cada detalle de la oficina. Veinte años son suficientes para saber en qué rincón, la alfombra hace una arruga, veinte años son una vida, su vida.
El actual director, consideró que ya no lo necesitaba y que lo mejor era despedirlo.  Jaime Alpeche le había hablado con voz pausada, intentando convencerlo de lo mal que iba la empresa y que pronto darían de baja a todos los empleados.
—Pero, su padre, don Justo, me prometió…
No lo dejo continuar.
—En tiempos de mi padre el país nadaba en abundancia y nuestros productos se vendían como el pan, ahora las ventas han disminuido a menos de la mitad…
En poco tiempo todos los empleados, algunos más antiguos que él, estarían en la calle.

Quitó el cuadro.
Con lentitud fue rezando en voz baja la clave que bloqueaba  la caja fuerte, una vez desactivada, la llave abrió con la naturalidad con que se abre un juguete, sacó el dinero y lo fue colocando  en una bolsa.
Cerró la caja, la bloqueó nuevamente y puso el cuadro en su lugar y sin hacer ruido, salió. Bajó las escaleras que daban a la puerta de atrás.  Don Paco siempre la dejaba abierta los días jueves, todos en el edificio, sabían que pasada la medianoche, entraba la rubia de la florería y cuando ella se iba, a eso de las cuatro de la mañana, el romántico amante, cerraba. En ese momento estaría en lo mejor de su fiestita.
En la calle respiró hondo, caminó hasta su coche, se quitó los guantes y los arrojó en un contenedor.
Don Justo Alpeche le había prometido el cargo de gerente general. El viejo nunca  integró a su hijo a la empresa, lo consideraba un vago y no ahorraba palabras para descalificarlo, pero la muerte lo sorprendió antes de lo pensado  y el crápula del hijo, destruyó en poco tiempo, lo que el padre había levantado con esfuerzo y decencia.
Raimondi nunca hubiera defraudado a don Justo,  siempre lo respetó. Y  su hijo nunca supo que el viejo le había dado las llaves de la empresa y el sistema para desbloquear la caja fuerte.  De don Justo aprendió a ser prudente, a saber esperar el momento y a guardar silencio
Pobre tipo Jaime Alpeche, él que se creía conocedor de todas las artimaña, resultó engañado por su propio padre.



27 comentarios:

Charlie El Balsero dijo...

UFFF BUEN RELATO... SE LA COBRÓ A LO CHINO, PERO HIZO JUSTICIA.
SALUDOS
CALOS

DIOGO_MAR dijo...

Gostei, haja justiça!

Cumprimentos

http://diogo-mar.blogspot.com/

Rafael dijo...

Ameno relato el que nos dejas.
Un abrazo.

CHARO dijo...

M;aria Rosa los níscalos son unas setas que crecen entre los pinos del campo en otoño, son muy apreciados y hay mucha gente que va a cogerlos.Besicos

omar enletrasarte dijo...

fue por lana y terminó esquilado
saludos

CHARO dijo...

Me ha gustado mucho este relato pero creo que lo de tirar los guantes a un contenedor es un error que podría delatarlo....se nota que he visto muchas pelis policiacas:-)) Besicos

Asun dijo...

Bueno pues al final las cosas se pusieron en su sitio.
Me ha gustado mucho la forma tan natural de contarlo, sin apenas describir a los personajes, somos capaces de visualizarlos perfectamente.
Felicidades.

Unknown dijo...

Ay María Rosa ! escribes tan bien tus relatos...! Yo, que soy re novelera, me hago la película desde que comienzo a leerte.Nunca me defraudas. Busco la cuota de curiosidad y asombro y la encuentro.
¡Buenísimo !
muchos besos de miel.
FELIZ TARDE !! :)

Anónimo dijo...

Muy buen relato,...medido y sobre todo ¡¡justiciero!!!Afectuosos saludos
Juan A. Petta

Mª Jesús Muñoz dijo...

Impresionante, amiga...Hemos visto todas las secuencias como una película...Aquel padre conocía al hijo y tuvo el cómplice oportuno para darle un escarmiento...
Mi felicitación y mi abrazo inmenso por tu buen hacer...Me alegro verte de nuevo, compañera y amiga.
M.Jesús

Diana de Méridor dijo...

Pues se lo tuvo merecido, madame. Tal vez la justicia no llegó por métidos muy ortodoxos, pero fue justicia al fin.

Feliz día

Bisous

TIGUAZ dijo...

Un relato tan real que hasta conmueve. Es la propia vida, cuando ya el patrono nos extrajo hasta la última gota de sudor y cree que alguien lo pude hacer por menos dinero, patada en el culo y fuera. De nada vale todo un pasado. Como siempre real como la misma vida. Un abrazo y mil aplausos.

Mirella S. dijo...

Raimondi tenía su propia ética y supo esperar el momento oportuno.
Un relato muy bien construido, Mariarosa.
Besos.

Anónimo dijo...

EXTREMA OPCIÓN, PERO JUSTA.
UN ABRAZO

Pluma Roja dijo...

un buen relato nos dejas hoy, bueno, como siempre María Rosa.

Me gustó de verdad.

Saludos cariñosos.

Bertha dijo...

Que buen sabor de boca deja este relato.Por estos lares se suele decir que el abuelo levanta la empresa el hijo la gobierna(...) y el nieto la arruina...pero a este crápula le salio más corto el camino.

MªRosa, es una gozada pasar por tu ventanita pero las obligacdas ausencias cada vez son más escasas.

Un abrazo feliz fin de semana.

cachos de vida dijo...

Has relatado justamente lo que harían muchas personas cuando el empresario les comunica el despido. Maravilloso relato.
Feliz fin de semana.
Un abrazo.

Amapola Azzul dijo...

Es triste el relato, pero muy bien conseguido, enhorabuena, feliz semana.
Un abrazo.

LAO dijo...

Muy buen relato María Rosa, nos llevaste la atención hasta el final. Muchos saludos y que bueno que lo hayas compartido!

lichazul dijo...

buen trabajo narrativo Maríarosa
felicitaciones


abrazos y buen fin de semana

PEPE LASALA dijo...

Muy buen relato María Rosa, yo también pienso tal y como comentan más arriba, que tirar los guantes al contenedor es una equivocación, deja pruebas al descubierto. Un abrazo y buen fin de semana amiga.

Carlos Augusto Pereyra Martínez dijo...

Siempre tienes la trama, ahí, para hacer un buen cuento. UN abrazo. carlos.

Sor.Cecilia Codina Masachs dijo...

Buenos días María Rosa, un tema muy del día,muy bien relatado,Raimondi aprendió muy bien de su patrón, y dejó en baba a su hijo que al parecer no merecía tener ese dinero.
Un abrazo
Sor.Cecilia

Antorelo dijo...

Originalísimo relato y, como siempre, muy bien narrado. ¡Qué bien urdes la trama !
Un abrazo, amiga.

María Socorro Luis dijo...

Muy buen relato, Mariarosa.
Creíble y conciso y estupendamente narrado.

Abrazo

Tatiana Aguilera dijo...

Interesante relato María Rosa, porque nos colocas frente a un problema ético. Robar no es la forma adecuada, menos legal; pero las circunstancias desencadenaron los acontecimientos y se siente una cierta liberalidad de normas, que hacen sentir al lector que se hizo lo adecuado.
Un abrazo querida María Rosa

Sneyder C. dijo...

Un relato muy al día, ya que muchos padres levantaron una empresa y los hijos al hacerse cargo de ella la hunden… Me ha gustado el desenlace.
Feliz semana.

Un inmenso abrazo Maraiarosa.

El museo

  EL MUSEO. Cuento. El problema del museo no era su vejez, era el abandono en que lo había sumido la desidia de sus últimos directores y l...