lunes

El otro.





Amanecía. Un sol pálido se desmayaba sobre el río. Santino mascaba bronca junto con el tabaco que ya no  sabía a nada.
En toda la noche  ni una miserable mojarra, parece una maldición, se dijo.
Los de la colonia alemana habían  regresado con sus canoas repletas de peces, no pudo evitar la envidia en sus ojos hinchados de sueño. Pensó en regresar. La Juana  no se habría levantado. Evocó su piel oscura como el río, la curva mórbida de su cadera y el deseo de estar con ella lo convenció, regresaría al rancho.
La Juana, el nombre se le hizo miel en la boca, pagaría por ella cualquier precio,  hasta el mismísimo infierno.
Un  viento helado encrespó el río. Los camalotes  se arremolinaban chocando con la orilla y las olas  se alzaban en el centro creando remolinos.  Iba a la deriva. Se estrelló con un tronco caído, que desde  la orilla  se metía en el cauce.  Por el casco del bote el agua entró a borbotones,  había quebrado  el fondo, ya no había nada que hacer.  Se aferró a una rama, no lograba hacer pie, jadeando,  llegó a  tierra firme.  Escuchó el crujir de la popa al quebrarse. La barca se hundía  a merced del viento. No lograba entender. En segundos, el río había enloquecido. El agua surgía furiosa desde el fondo, en olas sin destino, hacía un lado y otro, como si un animal enorme se revolcara en el lecho fangoso.
Había perdido la barca y él se había salvado por milagro. Santino quedó de pie, los brazos caídos, la bronca  le hizo un nudo en la garganta, una opresión, igual a una mano gigante lo ahogó.
Nubes oscuras cubrieron el sol.
Cruzó la selva buscando el camino de regreso. La hiedra  se derrumbaba de los espinillos subía por  los ceibos formando una cortina que  le cerraba el paso. Estaba perdido. Un olor a podrido, a carne descompuesta le llegó hasta el estómago, le dio arcadas.
De pronto vio esa cosa parada frente a él, se detuvo paralizado.  No era un hombre, tal vez lo había sido, ahora era una masa repugnante. Quiso correr, las piernas se le negaron, estaba encallado en la tierra musgosa. El otro se acercó, su olor inmundo le revolvió la panza y lo hizo vomitar. Se incorporó, esa cosa seguía allí.
— ¿Quién sos? ¿Qué mierda querés?
El otro se acercaba. Santino retrocedió,  resbaló en  las hojas húmedas. Cayó. Recién  ahí, se dio cuenta que había perdido las alpargatas. Por las ropas raídas del otro, asomaban restos putrefactos de carne, las manos eran huesos descarnados, al igual que la cara, que apenas se veía, bajo el sombrero negro.
— ¿Ánima bendita, que buscás?
No obtuvo respuesta. Le temblaron las piernas, un sudor helado le bajó por la espalda. El chillido de un búho sobre su cabeza, le puso carne de gallina y lo hizo saltar.
Puta madre—murmuró bajo— los bichos estos no andan de día ¿qué hace acá?   Santino intentó correr, a los pocos metros cayó nuevamente. Esa cosa se aproximaba, no hacía pie, flotaba, se le retorcieron las tripas. Cuando el mareo y los vómitos pasaron, notó que el otro había desaparecido. El cielo seguía oscuro, ya no había viento. Una quietud  de muerte flotaba entre las hojas  ni el vuelo de un pájaro se oía.
Se secó la cara con la camisa.
Ahí estaba nuevamente el olor y esa cosa frente a él. Entre los jirones de  la ropa, vio una cadena y la cruz, un hilo de luz se reflejó en ella. La reconoció: era la cruz que Juana le había regalado al Mingo.
¡El Mingo! No podía ser, estaba muerto. Bien muerto.
— ¿Mingo?
Un gruñido por respuesta, intentó ser  grito. Se estremeció. No podía ser el Mingo. Santino lo había enterrado con sus propias manos. Le contó a la Juana, que lo vio irse con una de las alemanas del recreo. Ella no lo creyó y salió a buscarlo. La acompañó a preguntar en todos los puestos de la isla y  fue su paño de lágrimas. Pasaron los meses, cansada de esperar se refugió en  brazos de Santino. Y ahora después de casi un año…
                     — ¿Qué querés?
El otro lo señaló.
Un líquido inmundo, oscuro le corría del brazo hasta el suelo. Santino intentó correr, era imposible, resbalaba y caía. Tambaleando llegó hasta  el río, se metió en el, tratando de escapar, de ganar la otra orilla.
Lo último que escuchó fue el canto fatídico del búho. Las aguas se abrieron como una boca  y una mano de barro lo llevó hasta el fondo.





Ganador  V Muestra de Relato Cryptshow Festival‏


“El otro”, premio en la categoría de terror, nos transporta a un paisaje bucólico en el que acaba teniendo lugar una historia con ecos de Lovecraft. Su autora es María Rosa Giovanazzi, de Buenos Aires, Argentina.


María Rosa


                                                                                                     

29 comentarios:

La Dame Masquée dijo...

Madame, enhorabuena!
Merecidísimo el premio, porque su relato es sumamente bello. No solo contiene esa dosis de misterio que suele envolver sus historias, sino que su prosa es un puro deleite.

Feliz comienzo de semana

Bisous

Anónimo dijo...

Que buena historia. Tiene lo que Lovecraft llamaba ambiente.
Empieza con una serie de contratiempos de obstaculos, que se oponen a sus deseos. Hasta que un gran deseo es obstaculizado por una amenaza sobrenatural, de la que personaje parecía tener una idea, sobre que no salen de día. ¿Que habrá desatado esa amenaza?
Una buena intriga.
Muy bien escrito.

Montserrat Llagostera Vilaró dijo...

Enhorabuena Maria Rosa.
Merecido premio, por este relato tan bien escrito

Te mando un beso desde Valencia, Montserrat

lichazul dijo...

felicitaciones por el premio y el trabajo narrativo

un abrazo grande Maríarosa!!

cachos de vida dijo...

Mi más sincera felicitación por el justo premio que ha merecido tan gran relato.
Un beso.

El Gaucho Santillán dijo...

Felicitaciones!!!!


Muy merecido.

Un abrazo.

Felicidad Batista dijo...

Mariarosa, ¡madre mía qué relato!
Sé que los adjetivos se repiten y no otorgan el sentido exacto de lo que he vivido mientras leía tu historia pero es brillante.
La trama va subiendo la tensión a medida que la selva y la tupida e intrincada vegetación lo va atrapando. Percibimos con nitidez y horror el pútrido olor. Sentmos, como en una pesadilla junto al presonaje, que apenas podemos dar un paso. Y el final, amiga, es digo, dígnismo del magnífico relato que has construido con una atmósfera perfectamente lograda.
Enhorabuena. No me sorpende el premio por la calidad del relato y por lo bien que narras.Te lo mereces muchísismo.
Mi total admiración, amiga.
Un gran abrazo

Josep Capsir dijo...

Muchas felicidades por ese merecido premio. Doy fe, que totalmente merecedor. Siempre me ha gustado tu manera de relatar.
Nuevamente, enhorabuena!

TORO SALVAJE dijo...

Mereces el premio.
Da miedo de verdad...

Muy bueno.

Besos.

Delgado dijo...

Estas cosas son las que hacen a una persona seguir adelante con su literatura, ¡enhorabuena!. Desde luego has conseguido desarrollar una buena y clásica historia de terror, aunque te prefiero en la rama fantástica pues es mi debilidad. ;)

Un abrazo.

GOGO dijo...

El premio siempre lo das voss..al permitirnos disfrutar de tu increible talento..

mi cariño y mi admiracion..

Netomancia dijo...

Felicitaciones doña Mariarosa!!! Muy merecido ese premio!!!!

Anónimo dijo...

Un relato extraordinaio,...Que imaginación,....!!!! Muy merecido el premio,....Mis modestas felicitaciones,...maestra de las letras. ELCRUZADO

FIBO dijo...

Joer con el sandino, me has tenido asustado mientras lo leia,y mi mente se traslaba a ese lugar...me cachi, con la Juana, el otro y el otro y hasta las aguas...un terrorifico cuento que me ha gustado...un besote preciosa.

josef dijo...

Antes de leer lo del premio el relato me había dejado atrapado en su clima de terror. ¡Espeluznante!

Felicitaciones por el premio!
Te lo mereces.

Un abrazo.

Tatiana Aguilera dijo...

Merecido premio, porque el cuento lo vale. Me encantó sentir que de a poco me ibas transportando en intensidad, ese in crescendo fue asombroso.
Besitos María Rosa.

Antorelo dijo...

No te dieron en premio por gusto. El relato está muy bien narrado y atrapa al lector desde el principio.
Un abrazo.

Bertha dijo...

Es... terrorífico amedida que te vas adentrando en el relato!

Merecido premio a esta narrativa es un regalo poderla disfrutar.

Felicidades Mariarosa!

Mercedes Vendramini dijo...

Felicitaciones!!!! ES REALMENTE DE TERROR! Esribes muy bien Mariarosa, puedes con todo!
Cariños.

Luján Fraix dijo...

Ay... Mariarosa no me sorprende porque conozco de tu talento amiga. Qué increíble relato, se me ha helado la sangre y hasta he imaginado las secuencias. Eso es lo que tiene leer, siempre digo que me gustan más los libros que las películas basadas en los libros porque siento que ante el texto me desilusionan...

Este relato es sublime Mariarosa. Una maestra, se aprende contigo.

Un beso enorme.

Mercedes Pajarón dijo...

Enhorabuena! El jurado ha estado acertadísimo eligiendo un magnífico relato de calidad y con todos los ingredientes para poner los pelos de punta.

Un abrazo.

María Bote dijo...

Merecidísimo premio, MaríaRosa, Felicidades, amiga. Excelente relato,
impecable en su género. Un placer visitarte y leerte.

Besos. María

Anónimo dijo...

UFFFFFFFFFFFFFFFFFFF, QUÉ TREMENDO TEXTO!!!!!!! MERITORIO PREMIO. FELICITACIONES!!!!
BESOS

lichazul dijo...

gracias por tu huella
abrazo grande para este día :)

lichazul dijo...

gracias por tu huella
abrazo grande para este día :)

Carlos Augusto Pereyra Martínez dijo...

Mis respetos para María rosa. Muy bien logrado este cuento, que entra, como lo haces notar en el contexto de los relatos lovercrafianos. UN abrazo. Carlos

Anónimo dijo...

Querida María!!!!!!!!!!!! Te felicito por este premio. Es un cuento que conjuga misterio con la más bella prosa poética.
Muy merecido galardón!!!!!!!!!!!

E. Martí dijo...

Felicidades... Es justo y necesario.
Me alegro un montón
Besos, amiga

Marinela dijo...

Querida Maria Rosa: mil felicitaciones por ese premio tan merecido. El relato es estremecedor, pero de un gran calidad como todo lo que escribes.

Un fuerte abrazo de,
Marinela

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