Vivo en el tercer piso de un viejo edificio de
departamentos, frente a una plaza cuyo mayor encanto son sus estatuas.
Una en especial está frente a mi balcón, es un
adonis tan bello que no me canso de observar su cuerpo tan bien torneado y si
no fuera por el blanco del mármol pensaría que es humano.
No sólo yo lo admiro, cada tarde llega una joven,
carpeta de dibujo y lápiz en mano. Puedo apreciar que es muy joven, no debe
pasar los veinte años, lleva el pelo oscuro sujeto con una trenza suelta en su espalda. Llega a esa hora de la
siesta en que el sol se recuesta sobre los paraísos y les da un tono dorado a
sus hojas y en la que nadie molesta su trabajo. Mira al adonis y dibuja, por
momentos se detiene y parece hablarle, luego queda en silencio contemplándolo, la he bautizado “La enamorada”. Cuando comienzan a llegar los niños con
sus bicicletas y pelotas; ella se va.
Cada tarde repite la misma ceremonia, y yo dejo a un lado
mi computadora para mirarlos, son un cuadro perfecto, que he admirado por
meses.
Un sábado al abrir el ventanal, el bello adonis no estaba. Salí del
departamento y sin esperar el ascensor, bajé las escaleras corriendo, crucé la
calle y lentamente me acerqué, no estaba, recorrí la plaza sin hallarlo, mi
adonis admirado había desaparecido.
Esperé
por la tarde a “La enamorada”, tal vez ella supiera algo; no llegó.
Pregunté a los vecinos, al portero, nadie supo
decirme algo, noté que me miraban burlones y no me entendían. ¿Qué importancia
puede tener una estatua? Respondían, ya pondrán otra.
El lunes al alba, cuando el sol dibujaba con un
pincel de luz la copa de los árboles, apareció el adonis. Bajé a la plaza para
verlo mejor, no estaba solo, una bella mujer lo acompañaba, él la abrazaba y su
cabeza se inclinaba para besarla. Eran hermosos, ella lucía una trenza que
bajaba por su espalda y sujetaba en su mano derecha un lápiz y en la otra una carpeta
de dibujo; no podía creelo, era ella, “La enamorada”.
Quedé muda y sin poder quitar mis ojos de ellos,
mi corazón latía y en mi espalda subía y bajaba
un frío estremecedor, no sé cuánto tiempo estuve allí, hasta que
reaccioné y volví a mi departamento.
Nadie me cree, ni el portero, ni mi madre, que
me sugirió ir a un psicólogo, yo ignoro
sus palabras y disfruto cada día al abrir la ventana y los veo tan bellos y
enamorados, son el símbolo del amor.
21 comentarios:
Tienes una fantasía inagotable. Muy hermoso. un beso
Un cuento precioso con un punto de misterio que lo hace aún más atractivo. Un abrazo.
El cuento, apreciada Rosa, da para varias lecturas, en medio del misterio y el suspenso que bien manejas. Mientras que la narradora tiene por la escultura una admiración estética, la muchacha de las visitas diarias a la estatua se ha enamorado de la efigie, hasta el grado del fetichismo que la lleva, a hacer parte de la materia marmólea de la adonis escultura. Pero, quizás otros vean la dulzura, y el encanto de un amor ingenuo. UN abrazo. Carlos
Y son el símbolo del amor, sin duda.
Un abrazo.
Que historia tan bella, por qué no el amor traspasa todo, hasta las estatuas se pueden enamorar. Un besote grande.
Es un cuento hermoso, se me ha enternecido el alma. Qué agradable sorpresa leer tu cuento antes de irme a dormir, gracias!!!
Hola Maria Rosa!!
Que linda historia, tiene todos los detalles para ser una leyenda, al final su enamorada y el Adonis estaran juntos para siempre.
Un beso.
Uy que tierna y romántica historia. Me encanto. Te mando un beso
Que tal, amiga!
me encanto el cuento, es hiperromantico,
los dos se unieron y pasaran la eternidad
por siempre juntos, abrigados por el marmol.
Besos
¡Pero qué preciosidad de historia! Me encanta amiga mia, es magnífico. Besos :D
Estimada amiga, eres genial, hasta yo mismo me he enamorado de esos dos amantes. Una preciosa historía la que has contado y desarrollado como bien sabes hacer siempre. Vaya por delante mi 👏👏👏.
Un abrazo María Rosa.
Precioso cuento, Mariarosa, quien es capaz de imaginar el amor, está.
Feliz jueves.
Mariarosa ¡Me encantó! que relato tan atrayente y conmovedor por el sentimiento que despertó en ti...
hermoso querida amiga
Un abrazo
Lo que inspira una escultura de belleza sin igual, una historia hermosa y misteriosa que a mí ver hay que darle todo ese valor quizás ingenuo, pero que nos hace bien al. Espíritu creador para seguir buscando y haciendo al escritor un buscador incesante de una corriente creativa que lo eleva a descubrir mundos imaginarios bellos que enaltece el espíritu de su propia creatividad.
Te aplaudo.
Abrazo grande.
👏👏🌹🌹🌹🌺🌺🌺🌸🌸🙏🙏
Qué encantador cuento con ese halo misterioso lleno de romanticismo, y que bien lo cuentas y que forma de narrar tienes tan atractiva. Me encanta todas las cosas que escribes.
Un abrazo y buen fin de semana.
Tampoco nadie me cree las cosas que pasan, dicen que son fantasía, como todo lo que escribo. Pero sabemos que no, no es así.
Saludos!
J.
Que preciosidad de relato.
Una hermosura.
Besos!
Uma história maravilhosa, um amor intenso!
Você soube despertar em mim, que li e reli a história, um sentimento doce e terno!
Aplaudo você!
Abraços e uma feliz semana!
María Rosa siempre admiro tu capacidad para escribir relatos tan atrapantes.
Siempre te leo -aunque no siempre comente- pues en verdad me gusta mucho tu estilo narrativo.
Preciosa esta historia que -alguien yo lo dijo- tiene todos los ingredientes para poder ser una leyenda.
Abrazo admirado
Un bello sueño de amor. Me ha gustado.
Bellísima fantasía. Puede interpretarse que se ha vuelto de piedra, como él, y lo que ves cada día por la ventana es una escultura de los dos, pero en otro nivel de realidad.
Una gozada
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