lunes

Una mujer diferente



Desde el primer día que te vi y a pesar de mi corta edad,  comprobé que eras  diferente. Las vecinas del barrio deben haber sentido lo mismo, porque  comenzaron a tejer historias sobre tu vida.
No soportaban tu sonrisa  a flor  de labios. Vivías como ellas en un barrio pobre,  donde la lluvia dibujaba lodazales en cada esquina y las casas bajas eran cuadradas como alguna mentalidades. Seguro que te molestaban los gritos de los chicos, que no perdonaban ni los  domingos. Sin embargo nunca protestabas, ni los corrias.
Las vecinas te espiaban escondidas tras las persianas, salías todas las mañanas y regresabas por la noche con la misma amabilidad, saludando a todos. Un día escuché a una de ellas decir:
-¿Pero a esta mujer nunca le duele la cabeza?
-Parece una muñeca, siempre sonríe –acotó otra.
-Si, pero de plástico, ¿Quién sabe a qué se dedica la mina esta? –sentenció la tercera.
Cuando el farmacéutico, el único soltero  buen  mozo que quedaba en la cuadra, comenzó a visitarte, ellas enfermaron de celos. El día que te vieron salir con él en su coche, la envidia las carcomió, esperaron hasta pasada la medianoche para verlos regresar.
Cada día, una de ellas visitaba la farmacia y dejaba su gota de veneno en los oídos del pobre hombre, inventaron historias que hasta el mismo García Márquez hubiera querido para sus novelas. Hasta que un día, él, dejó de visitarte. Cambiaste, ya no sonreías, tus ojos estaban siempre ocultos tras tus anteojos negros.
Los meses pasaron, vos te fuiste del barrio, al año siguiente, la farmacia cerró y según me contaron el farmacéutico se fue a Chile.
Ellas siguieron su vida de miseria, tan vulgares como los yuyos que crecen en el  cordón de la vereda.
Yo crecí, pero no olvide  tu cara ni tu sonrisa.

Por eso, cuando te vi paseando por la calle Florida,  con aquel  farmacéutico, me sentí muy feliz y ante la cara extrañada de los que iban y venían a mi lado, me largué a reír como una loca.



Cuento corregido y ya publicado. 


25 comentarios:

Charlie El Balsero dijo...

wow... esta historia tiene un gran mensaje de vida. La envidia a veces tiene una fuerza mortifera. Pero esta vez no pudo vencer ante el amor de esta pareja.

muy bueno mariarosa
abrazos
carlos

Unknown dijo...

¡Me encantó María Rosa ! Esta narración es una copia perfecta de la realidad.
Nunca falta gente envidiosa y mala.
Pero yo tengo esta filosofía. TODO LO QUE VA VUELVE .
lo hiciste tan bien que tuve ganas de llorar. Me parecía VER lo que contabas.
Mi admiración y mi cariño.

roberto dijo...

María Rosa. Una narración casi poética de tu recuerdo. Bella historia de amor tal vez ésas vecinas nunca se enteraron, hay que ver lo triste que pudieron ser sus vidas. La envidia mata al amor y no deja entrar en el propio corazón.
Un cálido abrazo.

Abuela Ciber dijo...

Desdeaca yo tambien rio dealegria y toco campanas en el alma agradecida de tus bellas palabras, con finales merecidos por los seres nobles

Cariños

Manrique dijo...

"Los rumores son proposiciones para ser creídas que se transmiten de persona a persona, particularmente de forma oral sin que existan datos para comprobar su veracidad.
Abrazos.

Mª Jesús Muñoz dijo...

Una historia muy real, que tu nos la cuentas con naturalidad y encanto, Maria Rosa...Cuántas historias se han roto debido a los celos y envidia de la gente...Pero,cuando el amor, además de real es inteligente, todo lo supera...Me encanta el final y lo he disfrutado,amiga.
Mi felicitación y mi abrazo inmenso por tu buen hacer.
Feliz semana,Maria Rosa.
M.Jesús

Carmen Silza dijo...

Que gran mensaje nos dejas Maria Rosa,bordado con el recuerdo, un placer leerte.
Un abrazo de buenas noches.

Mirella S. dijo...

Los corazones amargos y resentidos no soportan la serenidad y alegrías ajenas.
Por suerte esta mujer "diferente" logró reencontrarse con su amor.
Como siempre, Mariarosa, una historia con encanto y muy bien escrita.
Un abrazo.

José Manuel dijo...

Las malas intenciones de las envidiosas vecinas no pudieron evitar un hermoso final.

Un abrazo

omar enletrasarte dijo...

una historia que uno puede intercalar en sus propias vivencias, así y todo, tiene el ingenio que invita a leer y disfrutar de su mensaje
saludos

AdolfO ReltiH dijo...

FULLL, QUÉ BUENA HISTORIA!!!!!! COMO SIEMPRE, ME HACES PEGAR A TUS LETRAS.
BESOS

TIGUAZ dijo...

Digamos que es el resumen de muchas vidas, que es una historia que en algún momento vivimos y además, está contada con la delicadeza que tu imprimes en todo lo que haces. Desde este otro mundo, el aplauso encendido

Antorelo dijo...

¡Qué magnífico relato! Me encanta el tono sostenido que das a tus narraciones. Un abrazo, amiga.

Rafael Humberto Lizarazo Goyeneche dijo...

Ya me perecía haberlo leído antes, pero de todas maneras es una historia que deja huella. El amor es para vivirlo lejos de quienes se entrometen.

Un abrazo.

El Demiurgo de Hurlingham dijo...

A pesar de los rumores, ese amor prevaleció. Y las emisoras esos rumores en sus vidas mediocres.

Diana de Méridor dijo...

Qué buen final, madame! Sentía amargura al ir leyendo y ver que el mal iba ganando la partida, pero el final traía su recompensa :)

Feliz tarde

Bisous

Ernesto. dijo...

Tus sentidas narraciones María Rosa, entretenidas y bien contadas es un plato que degustamos muchos con interés. Y espera...

Un abrazo.

José A. García dijo...

La gente siempre se queda mirando cuando alguien se ríe en la calle. ¿Será porque es obligatorio estar con cara de nada cuando uno va caminando?

Saludos!

J.

Anónimo dijo...

Diría mi madre, cuando dos se llevan bien, los terceros no existen...
Buen cuento, Bello.

Karima dijo...

Este cuento tuyo no lo conocía y me ha encantado, como no podía ser de otra manera.
Es verdad, hay personas que suscitan envidia sin provocarla, porque son diferentes o radiantes como el sol. Desgraciadamente, su sino es convertirse en presa fácil de las arpías que anda sueltas, al acecho, alimentándose de maledicencia. Me alegro que en este caso el final de la historia sea muy distinto, gracias a la inteligencia de sus protagonistas.
Un abrazo y buen fin de semana, María Rosa.

cachos de vida dijo...

Has conseguido hacer un buen relato de la malediciencía y la envidia de la gente. Como todos tus relantos, también este hace pensar después de leerlo.
Feliz fin de semana.
Un abrazo.

PEPE LASALA dijo...

Es una realidad. La envidia es de los peores defectos que podemos tener, nos hace crueles. Me ha gustado mucho tu escrito María Rosa. Un fuerte abrazo y buen fin de semana amiga.

lichazul dijo...

sé de personas que han pasado por ello
y es muy real
felicidades Mariarosa
la vida y sus reflejos siempre traen enseñanzas

besitos y buena semana

Carlos Augusto Pereyra Martínez dijo...

Bello¡ UN abrazo. Carlos

María Socorro Luis dijo...

Tan real que lastima. Pobre gente...

Me ha gustado mucho. Besos

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