Te
esperé en el bar de siempre, afuera llovía, Buenos Aires descargaba su gris sobre las veredas cubiertas de hojas.
Llegaste con tu andar desgarbado, cruzaste
el bar, me besaste en la mejilla y te
sentaste frente a mí. Me miraste como si me descubrieras, con ternura y hasta
te diría con amor.
Te
escuché, después de las primeras frases, tu voz se fue perdiendo, las palabras
resbalaban sobre mí como si fuera de mármol, hablabas demasiado, hasta que al
fin, encendiste un cigarrillo y quedaste en silencio esperando mi respuesta.
Trate de contener mi rencor, ese que creía olvidado y que al verte regresó como una paloma que vuelve al nido.
Fueron
años sin saber de vos
Alejandro y donde la vida me cayó encima con su frío de escarcha. Vos en
Madrid, yo en Buenos Aires. Yo acá, atendiendo
la casa de modas y escribiendo, soñando que alguna editorial alguna vez iba
publicar mi obra, siempre fui una ilusa soñadora.
Antes
no me daba cuenta de las diferencias, éramos tan jóvenes que sólo el amor
bastaba. Lloré Alejandro, lloré mucho, como si con llanto pudiera borrar
el desgarro que se produce en el corazón. Por eso cuando te fuiste no
entendí tus razones, se me hizo
difícil seguir viviendo y tu silencio fue la estocada final. Después de varias
cartas sin respuesta, me resigné. Fui entendiendo que lo tuyo no fue amor,
simplemente la pasabas bien, te gustaba
y encontrabas pasión y ternura, te sabías amado y sin ningún reclamo.
Y
ahora regresas buscando recomenzar aquello que vivimos, lo que una vez abandonaste, me parece que no
te das cuenta que hemos cambiado, yo no soy la misma e imagino que vos tampoco,
los años dejan marcas, no sólo en la piel, también en el alma. Aquella
mujercita que sonreía ante tus bromas, no existe.
No
me hables del amor que vivimos, de las escapadas al Tigre, claro que recuerdo los amaneceres sentados en el puente
de madera y mirando la bruma sobre el
agua y luego, nosotros bailando descalzos sobre la hierba mojada, pero también
recuerdo otras cosas Alejandro.
Recuerdo
que tu hermana vino al negocio y me dijo que te habías casado con una española y
que eras muy feliz, esa frase la recalcó y creo que hasta disfrutó al ver mi
cara de sorpresa y dolor. Ya ves, no hay nada que reconsiderar. Mi vida es
otra, tiene sueños esperanzas, un beso alado cada mañana, dos brazos fuertes
que me elevan hasta el cielo y amor, mucho amor.
Te
podés ir, ya no queda nada entre
nosotros.
Aplastaste
el cigarrillo, me volviste a mirar esperando mi arrepentimiento y mi gesto te convenció que no había nada que
decir.
Y te fuiste y me quedé con el corazón hecho
pelota, pero integra.
En
la calle había dejado de llover y un sol apenas nacido me iluminó la cara.
31 comentarios:
Sus relatos siempre tienen una cualidad especial capaz de transmitir no solo imágenes, sino también emociones. Da igual si se adentra en el género negro o si habla de sentimientos, sus palabras siempre llegan, calan profundo. Dice lo preciso. Nunca falta ni sobra nada, y eso es muy difícil.
Feliz día, madame.
Bisous
Una prosa muy cuidada maría Rosa .
Yo iba viendo todo lo que relatabas como si estuviera mirando una palícula.
Besos del alma. :)
Muy buen escrito me imagino esos encuentros deben ser muy dolorosos, porque se reviven los malos momentos que son los que dominan la existencia del ser humano aunque todos tratemos de borrarlos, pero lo malo jamás se va está siempre ahí doliendo cada ves que vienen a la mente, como siempre es un placer leerte amiga.
Besitos de luz que tengas una linda semana.
Me gusto mucho el recurso del cambio del clima, para expresar sin explicaciones, como va ella al encuentro y como termina interiormente. Aunque esté hecha pelota, pero íntegra.
El cierre de algo que por dentro todavía había quedado abierto, se ha cerrado, paró de llover y un sol incipiente indica un nuevo inicio.
Impecable, Mariarosa, como todos tus textos.
No solo hay que saber escribir, además hay que tener una sensibilidad como la tuya para escribir cosas tan hermosas.
Un beso.
...PERO QUE HERMOSO CUENTO ¡BELLISIMO! APLAUSOS A LA CREADORA.
Los que pasamos por una situación semejante, no diré quien es el que tiene la culpa, con el paso del tiempo, si pudiéramos retornar a una situación anterior, no dude que lo haríamos. "Tengo en el jardín del alma tengo un árbol-cargado de retales de recuerdos". Un muy buedn escrito lleno como siempre de ternura y realidades . Mi aplauso y un abrazo.
Maria Rosa, tu historia nos muestra esa evolución,que todos sufrimos con el paso del tiempo...Caminamos aprendiendo a madurar y es difícil volver atrás cuando se ha superado el charco y el descampado...La dignidad nos pide seguir adelante,porque la vida nos espera siempre y nos quiere valientes y renovados...
Mi felicitación por tu claridad,tu destreza y el mensaje humano que nos deja la historia.
Mi abrazo grande y mi cariño.
M.Jesús
Me ha gustado mucho el relato sobre todo el final........"todo pájaro que abandona el nido puede encontrarlo ocupado si decide regresar"
Así le pasó al protagonista del relato.Besicos
Agua pasada no mueve molinos.Cuanto daño pueden hacerse los seres humanos sobre todo: cuando no se puede perdonar.La protagonista por lo menos se ha dado el gusto de poder mirarle de frente y decirle que todos los esquemas e ilusiones que se hice junto a él:ya no existen.Que ha madurado pero aun tiene dignidad.
Un relato que cala hondo: me ha gustado mucho.
Un abrazo MªRosa.
QUE GRATIFICANTE ES LEERTE... SIEMPRE TIENES ESE TOQUE MAGICO.
ABRAZOS
CARLOS
muy buen trabajo Mariarosa
pusiste mucha alma y emotividad en el relato
traspasa al ojo lector
abrazos
La hermana, con su enfasis, aportó para que el regreso se hiciera aun más improbable.
Qué barbaridad, ¿Cómo se le ocurre regresar? En un principio pensé que se trataba del fantasma de Alejandro, no me esperaba este cierre.
Me gustó bastante.
Saludos Maríarosa.
un relato que está signado por lo sensiblero, lo realista, lo posible
saludos
No se puede vivir con el pasado a cuestas. Nop.
Saludos doña Mariarosa!
A veces, el pasado hipoteca nuestro presente. Un buen relato magníficamente contado.
Un abrazo
Un sol de resurrección.
La vida empieza de nuevo.
Besos.
Feliz fin de semana.
Un abrazo.
Tuvo su oportunidad y la dejó perder, y después del daño que hizo haciendo sufrir a su corazón, y de los años pasados y más con pareja, no pretendería que ahora lo recibiese con los brazos abiertos y beso de tornillo. Muy bonito, me ha gustado. Feliz fin de semana.
Besos María Rosa.
feliz fin de semana
abrazos
No había nada que recomponer ni recomenzar, hiciste bien.
Un abrazo.
"CHAO BABY" A CORRETEAR IGUANAS EN OTRO PATIO". JEJEJEJEEJE. EXCELENTE.
BESOS
La dignidad: no quedaba otra salida, ante la fractura del amor, sin dar la cara en el pasado, de aquel que ahora lo reclamaba. Cierto: las heridas quedan, si puede perdonar, pero no olvidar, y ello no deja querer de nuevo. UN beso. Carlos
El sol de la esperanza alumbró el camino.
Hermoso y profundo como siempre Maria Rosa, un abrazo!
A veces suelen pasar estos casos, el regreso cuando todo esta dicho y cuando ha pasado demasiado agua bajo el puente, excelente final querida Mariarosa, como siempre.
Buenas noches amiga.
abrazos energéticos
y feliz feliz semana
Los años marcan, así es, marcan más allá de los surcos en la piel; pero de esa forma evolucionamos...A veces, dejar partir, es crecer. Se necesita valentía para vivir en esta vida.
Buen relato, como siempre.
Besitos María Rosa.
Los años marcan, así es, marcan más allá de los surcos en la piel; pero de esa forma evolucionamos...A veces, dejar partir, es crecer. Se necesita valentía para vivir en esta vida.
Buen relato, como siempre.
Besitos María Rosa.
Los años marcan, así es, marcan más allá de los surcos en la piel; pero de esa forma evolucionamos...A veces, dejar partir, es crecer. Se necesita valentía para vivir en esta vida.
Buen relato, como siempre.
Besitos María Rosa.
Los años marcan, así es, marcan más allá de los surcos en la piel; pero de esa forma evolucionamos...A veces, dejar partir, es crecer. Se necesita valentía para vivir en esta vida.
Buen relato, como siempre.
Besitos María Rosa.
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