viernes

La oferta.



Esa tarde, después de escribir una carta
a su apoderado y discutir con el mayordomo
una cuestión de aparcerías,
volvió al libro en la tranquilidad del estudio
que miraba hacia el parque de los robles.

“La continuidad de los parques”. Julio Cortázar.


La oferta.

La cabeza blanca se inclina sobre el libro, hace meses que Octavio lee una novela que parece no tener fin. Nada lo perturba, ni el paso insinuante de su mujer circulando por la habitación, ni su perfume, ni sus pechos que ondean dibujados  bajo la fina blusa y mientras hace tintinear sus pulseras provocando un llamado  que  no obtiene respuesta.  Ella lo provoca, intenta regalarle su savia de ámbar, ser su húmedo panal de abejas, pero él no ve o no quiere verla.

Octavio  es un león embalsamado escapando de la lujuriosa oferta, se reclina en el respaldo del sillón, la mira alejarse y respira aliviado. Regresa a la lectura donde la protagonista, deseable y sensual,  juega al amor con un joven jardinero, mientras su esposo lee una interminable novela de amor.



18 comentarios:

soco luis fernandez dijo...

Aunque no hubieras puesto la cita de Cortazar, al leer tu relato me lo hubieras recordado.
Creo que ya te he dicho alguna vez, que alguna de tus historias me lo recuerdan, se ve que lo admiras mucho y ha sido una buena influencia para ti.

Muy bueno e interesante. Eres una excelente narradora.

Siempre, con mi admiración y afecto. Besos

El Demiurgo de Hurlingham dijo...

Me recuerda un cuento de Cortazar, está bien puesta la cita.

Y yo son un lector insistente, pero hay situaciones para dejar un libro de lado.

Un abrazo.

Sandra Figueroa dijo...

Muy buen relato......Me a dejado imaginando la escena...que sucede.....muchas veces..... Saludos.

Elda dijo...

Muy bueno María Rosa. Impresionante siempre tu pluma para hacer relatos a la justa medida, sin paja ni cartón.
Un abrazo.

María Pilar dijo...

¡Qué bueno, Rosa! No se puede decir más con menos palabras. Me has hecho disfrutar con una bellísima escena cinematográfica; sí, porque, más que leerlo, has conseguido que lo viera.

¡Felicidades!

Margarita HP dijo...

¡Fantástico! Es magnífico María Rosa, mejor imposible. Lo que son las ironías de la vida ¿verdad? ¡Muchos besos! :D

Susana dijo...

Podría pasar. Un beso.

Mirella S. dijo...

Un micro excelente, con el clima cortazariano y con imágenes muy bien hilvanadas.
Besos Mariarosa.

J.P. Alexander dijo...

Buen relato

Mari-Pi-R dijo...

Una lectura peligrosa de la que puede salir una infidelidad.
Un feliz domingo.

José A. García dijo...

Solo vemos lo que no podemos ignorar, e ignoramos cuanto podemos ver.

Saludos,

J.

Rafa Hernández dijo...

Normal si está tan ensimismado con el libro, puede ser que al final le pongan los leños. Esta lectura da que pensar, ya que si ignoramos a la pareja, nos puede salir rana.

Besos.

Soñadora dijo...

Realidad y ficción que se mezclan y se confunden.
Curiosa coincidencia: esta semana leí a Cortazar.
Besos!

Carlos Augusto Pereyra Martínez dijo...

Me encanta esta variación a un cuento de Cortázar. En tu relato seduce más libro. Un abrazo. carlos

el oso dijo...

Excelente! Que siga haciendose el sota, que acechan los buitres.
Besos!

Meulen dijo...

Se perderá en un libro...que es bueno el imaginario
pero se obvia beber la vida...

muy sugerente todo!

Gracias por tus buenos augurios hacia mi sobrina...te aprecio mucho!

TIGUAZ dijo...

Mi sincero aplauso desde esta GALICA TERRA NOSA, hoy en su cara real, lluvia y freo, con el calabobos incorporado. Un fuerte abrazo, reina del relato

Rafael Humberto Lizarazo Goyeneche dijo...

Camaleón que se duerme se lo lleva la corriente... y a marido distraído lo cambian por jardinero.

Un abrazo.

Un pueblo, allá lejos.

    La rutina de ir a la plaza, sentarme a escribir o dibujar se había convertido en una necesidad. Yo había llegado a ese pueblo en...